metricas
covid
Buscar en
Cirugía Española
Toda la web
Inicio Cirugía Española Preparación intestinal selectiva en un programa de rehabilitación multimodal. ...
Información de la revista
Vol. 89. Núm. 3.
Páginas 167-174 (marzo 2011)
Compartir
Compartir
Descargar PDF
English PDF
Más opciones de artículo
Visitas
10379
Vol. 89. Núm. 3.
Páginas 167-174 (marzo 2011)
Original
Acceso a texto completo
Preparación intestinal selectiva en un programa de rehabilitación multimodal. Influencia en el confort preoperatorio y resultados tras cirugía colorrectal
Selective intestinal preparation in a multimodal rehabilitation program. Influence on preoperative comfort and the results after colorectal surgery
Visitas
10379
José Vicente Roig
Autor para correspondencia
roig_jvi@gva.es

Autor para correspondencia.
, Alfonso García-Fadrique, Antonio Salvador, Francisco L. Villalba, Bárbara Tormos, Miguel Ángel Lorenzo-Liñán, Juan García-Armengol
Unidad de Coloproctología, Servicio de Cirugía General y del Aparato Digestivo, Consorcio Hospital General Universitario de Valencia, Valencia, España
Este artículo ha recibido
Información del artículo
Resumen
Texto completo
Bibliografía
Descargar PDF
Estadísticas
Figuras (2)
Tablas (5)
Tabla 1. Características de los grupos de estudio
Tabla 2. Diagnósticos, tipo de cirugía y vía de abordaje
Tabla 3. Encuesta sobre síntomas preoperatorios
Tabla 4. Complicaciones postoperatorias
Tabla 5. Curso postoperatorio
Mostrar másMostrar menos
Resumen
Introducción

Pese a no haberse evidenciado ventajas de su empleo, la preparación mecánica anterógrada (PMA) sigue siendo usual en cirugía colorrectal. Nuestro objetivo es analizar el impacto de su empleo selectivo respecto a confort y resultados en pacientes de un programa de rehabilitación multimodal perioperatoria (RHMM) o con cuidados convencionales (CC).

Material y métodos

Estudio prospectivo de 108 pacientes propuestos para cirugía electiva, asignados consecutivamente 2:1 a un protocolo de RHMM que incluyó emplear solamente PMA en cirugía rectal con anastomosis baja o a CC en los que se empleó PMA, salvo en cirugía del colon derecho. Además se estudiaron dos grupos (A y B) en función de si se usó o no PMA. Se analizaron su tolerabilidad, sus resultados y las variables de recuperación postoperatoria.

Resultados

Se incluyó a 39 pacientes en el grupo A y a 69 en el B; 69 siguieron el protocolo de RHMM. Los pacientes del grupo A presentaron más dolor abdominal, malestar anal, náuseas y sed, pero no hubo diferencias en lo que respecta a la tasa de muertes, complicaciones globales o su tipo, mientras que sí tuvieron menos complicaciones, fallos de sutura y muertes los pacientes del grupo RHMM (p<0,05). Tampoco hubo ventajas del empleo de PMA respecto al inicio del tránsito intestinal, tolerancia a la dieta o estancias, pero estos parámetros fueron favorables al grupo de RHMM.

Conclusiones

La restricción de la PMA a casos seleccionados es segura, y asociada a un programa de RHMM contribuye a una recuperación más rápida y cómoda sin incrementar las complicaciones.

Palabras clave:
Preparación mecánica intestinal
Rehabilitación multimodal
Fast-track
Cuidados perioperatorios
Cirugía colorrectal
Abstract
Introduction

Despite there being no evidence of the advantages of its use, mechanical bowel preparation (MBP) continues to be routine in colorectal surgery. Our objective is to analyse the impact of its selective use, as regards patient comfort and results, comparing a perioperative multimodal rehabilitation program (MMRH) with conventional care (CC).

Material and methods

A prospective study of 108 patients proposed for elective surgery, assigned consecutively 2:1 to an MMRH protocol which only included MBP in rectal surgery with low anastomosis, or to CC in whom MBP was used except in right colon surgery. We also studied two Groups (A and B) with and without the use of MBP. Their tolerance, results and postoperative recovery variables were analysed.

Results

Thirty-nine patients were included in Group A, and 69 in Group B. A MMRH protocol was used in another 69 patients. The Group A patients had more abdominal pain, anal discomfort, nausea and thirst, but there were no differences as regards, death, overall or local complications, whilst there was less complications, suture failures and death in the MMRH when compared with CC Group (P<.05). There were no advantages observed in the use of MBP as regards the start of bowel movements, tolerance to diet or hospital stay, but these parameters were favourable to the MMRH when compared with CC Group.

Conclusions

The restriction of MBP is safe, and associated with an MMRH program, contributes to a faster and more comfortable recovery, without increasing complications.

Keywords:
Mechanical intestinal preparation
Multimodal rehabilitation
Fast-track
Perioperative care
Colorectal surgery
Texto completo
Introducción

La preparación mecánica intestinal anterógrada (PMA) sigue siendo una práctica bastante habitual en la cirugía de colon en la creencia de que la reducción de la flora bacteriana fecal se asocia a menor riesgo de infecciones y complicaciones anastomóticas1. Pese a no haberse demostrado sus ventajas, el 99% de los cirujanos norteamericanos afirmaban usarla en 20032, y una reciente encuesta puso de manifiesto que el 98% de los cirujanos colorrectales españoles continúan empleándola3. Sin embargo, la evidencia contra su uso sistemático es patente, ya que varios estudios aleatorizados han mostrado iguales o más complicaciones infecciosas y anastomóticas cuando se emplea, es decir, lo contrario de su objetivo4–6. Además, hay trastornos hidroelectrolíticos asociados a su uso, especialmente en combinación con la agresión quirúrgica7. Si a ello unimos el temor a lo que supone para algunos pacientes la peor experiencia del perioperatorio si se incluye la preparación para endoscopia, cirugía e incluso otras pruebas (enemas, colonografía por TC), se hace evidente que debemos plantear su uso racional y selectivo.

La omisión de la PMA es uno de los pilares de la rehabilitación multimodal (RHMM) perioperatoria (fast-track), que pretende disminuir la morbimortalidad y promover una recuperación más rápida, al reducir el impacto de los factores que generan el estrés quirúrgico, basados en la evidencia científica8. Esta recuperación incentivada ha mostrado su efectividad9 y, aunque de forma lenta, va permeabilizando la opinión de los cirujanos y captando adeptos para lo que será el estándar de cuidados en los próximos años10.

El objetivo primario de nuestro trabajo es analizar los resultados de un uso selectivo de PMA en el confort perioperatorio y los resultados posquirúrgicos en pacientes de un programa de RHMM y con cuidados perioperatorios convencionales tras cirugía colorrectal. Como objetivo secundario, se analizan los resultados de la RHMM.

Material y métodos

Se efectuó un estudio prospectivo en una cohorte de 108 pacientes, 63 varones y 45 mujeres, con una media de edad de 67,7±10 (34-86) años, cuyo criterio de inclusión fue la indicación de cirugía colorrectal electiva y los de exclusión, cierre simple de estomas, suboclusión intestinal y subsidiarios de nutrición parenteral postoperatoria. Se les asignó consecutivamente 2:1, en el momento de su inclusión en lista de espera, a uno de los dos grupos siguientes: RHMM, en el que no se empleó PMA, excepto en cirugía de tercios medio e inferior rectal con anastomosis, y cuidados convencionales (CC), en el que se empleó PMA, a excepción de la cirugía de colon derecho. El hecho de efectuar esta asignación 2:1 se debe a que dentro del grupo de RHMM se incluyeron dos subgrupos (con y sin sobrecarga oral preoperatoria de carbohidratos), para su análisis en otro estudio. Los protocolos básicos de actuación (análisis por intención de tratar) se describen en la tabla 1. La PMA consistió en una solución de fosfatos monosódico y disódico (Fosfosoda®; Laboratorios Casen-Fleet) en dos tomas de 45 ml cada una, la mañana y la tarde anteriores a la cirugía, asociados a dieta líquida las 24 h previas a la intervención. Los demás pacientes no tuvieron restricción dietética alguna.

Tabla 1.

Características de los grupos de estudio

  Rehabilitación multimodal  Cuidados convencionales (CC) 
PMA  Solamente en cirugía rectal  Cirugía de colon izquierdo y recto 
Enema de agua templada  Cirugía de colon izquierdo  No 
Hidratos de carbono preoperatoriosa  Sí  No 
Ayuno preoperatorio  3 h para líquidos  6-8 h 
Catéter epidural  Sí (salvo laparoscopia)  No 
SNG  No  No 
Drenajes  Solo en cirugía rectal  Solo en cirugía rectal 
Retirada sonda vesical  Día 1 (2 si catéter epidural)  Día 1 
Fluidoterapia postoperatoria  1.500 ml/24 h  2.500 ml/24 h 
Analgesia  AINE-paracetamol  Paracetamol-metamizol/tramadol 
Inicio ingesta oral  A las 6 h de la cirugía  Día 3 
Bebidas proteicas  Sí (a las 6 h)  No 
Lactulosa  Sí (a las 24 h)  No 
Movilización  A las 6 h de la cirugía  Día 1 
Retirada de fluidoterapia  A las 24 h si tolera  Al día 4 si tolera 

PMA: preparación mecánica anterógrada; SNG: sonda nasogástrica.

a

Se emplearon en la mitad de los pacientes del grupo de rehabilitación multimodal, formando la cohorte de otro estudio.

Se dividió a los sujetos en dos grupos (A y B) en función de que hubiesen recibido o no PMA preoperatoria (fig. 1). Se aplicó a todos una encuesta sobre la preparación efectuada, y se analizaron: riesgo quirúrgico según la clasificación de la Asociación Americana de Anestesiólogos (ASA)11, puntuación POSSUM (Physiologic and Operative Severity Score)12, complicaciones postoperatorias, tolerancia a ingesta oral, tiempo a la primera evacuación, movilización, fuerza de la mano no dominante, medida en kilogramos con un dinamómetro (día 1), y estancia hospitalaria. Asimismo se valoraron dichos parámetros considerando solamente si se empleó o no un programa de fast-track (grupos RHMM y CC), independientemente de que hubieran recibido PMA o no.

Figura 1.

Diagrama de flujo en el que se muestran las asignaciones a cada uno de los grupos de estudio. CC: cuidados convencionales; PMA: preparación mecánica anterógrada; RHMM: rehabilitación multimodal.

(0.13MB).

El estudio fue aprobado por los comités de investigación y ético del centro. Los datos fueron procesados mediante el paquete estadístico SPSS (versión 15) para Windows (SPSS Inc.; Chicago, Illinois, Estados Unidos). Se calculó que, para obtener una reducción del 40 al 10% de las alteraciones preoperatorias a un 5% de significación estadística, con una potencia del 80%, se requería al menos 38 pacientes por brazo. Se emplearon los test de la χ2 y el test exacto de Fisher para la comparación de variables categóricas. Para la de medias de variables independientes, se empleó el test de la t de Student tras comprobar mediante el de Kolmogorov-Smirnov su ajuste a una distribución normal. Se consideró estadísticamente significativo un valor de p<0,05.

Resultados

Siguieron un protocolo de RHMM 69 pacientes, formando el grupo control (CC) otros 39; las medias de edad fueron 66,6±9 y 69,8±10 años respectivamente (p=0,101).

Un total de 39 pacientes (36%) recibieron PMA (grupo A): 19 (27%) del grupo RHMM y 20 (51%) del grupo CC (p=0,014). Lógicamente, hubo diferencias estadísticamente significativas entre los diagnósticos y las técnicas quirúrgicas incluidos en los grupos A y B, ya que los criterios de selección fueron distintos, aunque no las hubo al clasificarlos como RHMM o CC (tabla 2) ni en el modo de abordaje quirúrgico: abierto o laparoscópico. No hubo diferencias en la clasificación de riesgo quirúrgico ASA entre los grupos A y B (p=0,332), aunque sí al comparar el manejo tuvo protocolo de fast-track o no, más frecuente en el grupo B (p=0,014). Tampoco las hubo con la puntuación de POSSUM fisiológico (grupo A frente a B, 16,9±8 frente a 14,7±9; p=0,303; RHMM frente a CC, 14,7±8 frente a 17±10; p=0,315). Sin embargo, el POSSUM quirúrgico fue superior en los pacientes del grupo A que en los del B (12,8±6 frente a 9,4±6; p=0,029), aunque no hubo diferencias al comparar a los pacientes de RHMM con los controles (CC) (11,3±6 frente a 10,2±7; p=0,501).

Tabla 2.

Diagnósticos, tipo de cirugía y vía de abordaje

  Grupo A  Grupo B  RHMM  CC 
Pacientes  39  69  69  39 
Cáncer de colon  11 (28)  48 (70)  37 (54)  22 (56) 
Cáncer de recto  24 (61)  10 (14)  21 (30)  13 (33) 
Pólipos de colon  3 (8)  3 (4)  5 (7)  1 (3) 
Enfermedad diverticular  4 (6)  3 (4)  1 (3) 
Colitis ulcerosa  2 (3)  1 (1)  1 (3) 
Poliposis adenomatosa familiar  1 (1) 
Enfermedad de Crohn  1 (3)  1 (3) 
Reconstrucción de Hartmann  1 (1)  1 (1) 
Abordaje laparoscópico  12 (31)  20 (29)  23 (33)  9 (23) 
Cirugía de colon derechoa  1 (3)  24 (35)  16 (23)  9 (23) 
Cirugía de colon izquierdob  7 (18)  26 (67)  23 (33)  10 (26) 
Colectomía total/proctocolectomíac  1 (3)  4 (6)  3 (4)  2 (5) 
Resección anterior de recto (ST)d  6 (15)  11 (16)  10 (15)  7 (18) 
Resección anterior de recto (ETM)+ileostomíae  21 (54)  2 (3)  13 (19)  10 (26) 
Amputación abdominoperinealf  3 (8)  2 (3)  4 (6)  1 (3) 

CC: cuidados convencionales; ETM: excisión total del mesorrecto; RHMM: rehabilitación multimodal; ST: subtotal.

Diagnósticos: grupo A frente a grupo B, p<0,001; RHMM frente a CC, p=0,853. Abordaje laparoscópico: grupo A frente a grupo B, p<0,456; RHMM frente a CC, p=0,261. Tipo de resección: grupo A frente a grupo B, p<0,001; RHMM frente a CC, p=0,878.

Los datos expresan n (%).

a

PMA en 1 paciente del grupo CC con neoplasia de ángulo esplénico (se efectuó hemicolectomía derecha ampliada).

b

Tres pacientes del grupo CC no recibieron PMA (por dudas de hacer una hemicolectomía derecha ampliada).

c

Se preparó a 1 paciente por el mismo motivo.

d

No se hizo PMA en 1 paciente por fallo en el protocolo.

e

Dos pacientes no recibieron PMA porque tras propuesta para amputación se efectuó una anastomosis ultrabaja.

f

En 2 pacientes se efectuó PMA por si se podía preservar el esfínter.

Los pacientes del grupo A presentaron más dolor abdominal, malestar anal, mareo, calambres, náuseas y sed que los del grupo B (tabla 3), finalizando la preparación 36 pacientes (92%). También un total de 36 (92%) pacientes con PMA defecaron en las últimas 6 h del preoperatorio frente a 34 (49%) de los no preparados (p<0,001), y sus deposiciones fueron significativamente más líquidas. Sin embargo, no hubo diferencias en la tasa de complicaciones postoperatorias, íleo, fugas anastomóticas o infecciones de herida entre ellos, mientras que, al comparar a los pacientes del grupo RHMM con los CC, los primeros tuvieron significativamente menos complicaciones (el 36 vs. el 56%; p=0,042) y dehiscencias anastomóticas (el 6 vs. el 18%; p=0,043) (tabla 4).

Tabla 3.

Encuesta sobre síntomas preoperatorios

  Grupo A  Grupo B  RHMM  CC 
Pacientes  39  69    69  39   
Preoperatorio confortable  8 (21)  31 (23)  0,814  21 (30)  3 (8)  0,007 
Dolor abdominal  8 (21)  2 (3)  0,004  7 (10)  3 (8) 
Molestias anales  25 (64)  8 (12)  < 0,001  16 (23)  17 (44)  0,032 
Mareos  4 (10)  0,015  2 (3)  2 (5)  0,619 
Calambres  3 (8)  1 (1)  0,133  3 (4,3)  1 (3) 
Náuseas  14 (36)  1 (1)  < 0,001  8 (12)  7 (18)  0,394 
Vómitos  1 (3)  0,361  1 (1) 
Sed  24 (61)  24 (35)  0,004  27 (39)  21 (54)  0,161 
¿Repetiría esa preparación?  1 (3)  13 (19)  0,017  10 (14)  4 (10)  0,766 
Características de última deposición      < 0,001      0,131 
Sólida  18 (26)    16 (23)  2 (5)   
Blanda  2 (5)  21 (30)    16 (23)  7 (18)   
Muy blanda  8 (21)  9 (13)    8 (12)  9 (23)   
Líquida con restos  10 (26)  7 (10)    9 (13)  8 (21)   
Líquida  19 (49)  3 (4)    14 (20)  8 (21)   
v.p.  11 (16)    6 (9)  5 (13)   
Horas de la última deposición      < 0,001      0,586 
< 2  15 (39)  4 (28)    12 (17)  7 (18)   
2-6  21 (54)  15 (22)    21 (30)  15 (54)   
> 6  3 (8)  39 (57)    30 (44)  12 (31)   
v.p.  11 (16)    6 (41)  5 (20)   

CC: cuidados convencionales; RHMM: rehabilitación multimodal; v.p.: valores perdidos.

Los datos expresan n (%).

Tabla 4.

Complicaciones postoperatorias

  Grupo A  Grupo B  RHMM  CC 
Pacientes  39  69    69  39   
Complicaciones globales  16 (41)  31 (45)  0,694  25 (36)  22 (56)  0,042 
Colocación de SNG  4 (10)  12 (17)  0,404  9 (13)  7 (18)  0,576 
Resondaje vesical  9 (23)  9 (13)  0,191  7 (10)  11 (28)  0,029 
Transfusión perioperatoria  6 (15)  9 (13)  0,776  7 (10)  8 (20)  0,155 
Íleo prolongado  8 (21)  16 (23)  0,814  14 (20)  10 (26)  0,631 
Dehiscencia anastomótica  4 (11)  7 (10)  4 (6)  7 (18)  0,043 
Infección de herida quirúrgica  5 (13)  13 (19)  0,592  9 (13)  9 (23)  0,191 
Absceso intraabdominal  4 (10)  6 (9)  7 (10)  3 (8) 
Peritonitis difusa  2 (5)  3 (4)  1 (1)  4 (10)  0,056 
Evisceración  3 (4)  0,552  3 (4)  0,562 
Complicaciones respiratorias  2 (5)  5 (7)  3 (4)  4 (10)  0,25 
Insuficiencia cardíaca  2 (3)  0,534  1 (1)  1 (3) 
Infección urinaria  3 (8)  3 (4)  0,665  2 (3)  4 (10)  0,186 
Reintervenciones  6 (15)  12 (17)  9 (13)  9 (23)  0,191 
Muertes  4 (10)  5 (7)  0,72  2 (3)  7 (18)  0,01 

CC: cuidados convencionales; RHMM: rehabilitación multimodal; v.p.: valores perdidos.

Los datos expresan n (%).

El grupo sin PMA no presentó desventajas en lo que respecta a la tolerancia a la ingesta en función del día postoperatorio, ni en lo que atañe al reinicio del tránsito intestinal o en la capacidad de caminar (fig. 2). Tampoco las hubo en el día promedio al que se produjeron los primeros dos eventos o las estancias postoperatorias, y únicamente se observaron diferencias a favor del grupo B en la capacidad funcional (levantarse, caminar) y también en la micción espontánea. Por el contrario, los pacientes a quienes se aplicó un protocolo de RHMM presentaron un postoperatorio significativamente más rápido prácticamente en todos los parámetros analizados (tabla 5).

Figura 2.

Porcentaje de pacientes que cumplen determinados criterios según el día postoperatorio. A: toleran dieta blanda; grupo A vs. B, p=0,272; RHMM vs. CC, p < 0,001. B: primera defecación; grupo A vs. B, p=0,171; RHMM vs. CC, p=0,067. C: caminan; grupo A vs. B, p=0,192; RHMM vs. CC, p < 0,001. CC: cuidados convencionales; RHMM: rehabilitación multimodal.

(0.29MB).
Tabla 5.

Curso postoperatorio

  Grupo A  Grupo B  RHMM  CC 
Pacientes, n  39  69    69  39   
Número vómitos p.o.  0,9±1,3  0,9±1,3  0,93  0,8±1,2  1,1±1,3  0,325 
Tolera dieta blanda  4,4±3,5  3,6±2,9  0,285  3,1±2,7  5,5±3,5  0,001 
Tolera dieta normal  5,8±3,8  5,1±0,37  4,6±2,9  7±3,8  0,001 
Inicio ventoseo  1,8±1,2  1,7±0,9  0,631  1,6±1,9±0,226 
Primera deposición  2,9±1,8  2,6±1,3  0,367  2,4±1,4  3,3±1,7  0,016 
Se sienta  1,9±1,6  1,2±1,2  0,019  1±1,4  2,5±< 0,001 
Camina  3±2,7  2,2±1,7  0,094  2±2,3  3,6±1,3  < 0,001 
Fuerza de la mano (kg)a  7,4±6,3  15,4±9,1  0,044  12,3±8,9  9,6±8,3  0,505 
Orina sin sonda  3±2,9  1,3±0,9  0,002  1,6±1,9  2,8±2,3  0,017 
Retirada fluidos i.v.  4±3,5  3,7±5,6  0,764  3,2±5,3  5±3,5  0,046 
Ingreso postoperatorio (días)  9,1±6,2  9,2±8,7  0,943  7,9±7,4  11,5±0,025 

CC: cuidados convencionales; RHMM: rehabilitación multimodal; v.p.: valores perdidos.

Los valores son medias±desviación estándar del día postoperatorio que se produjo cada evento, a excepción del número de vómitos.

a

Fuerza de la mano el primer día postoperatorio en una cohorte de 10 pacientes por grupo.

Discusión

La preparación mecánica de colon es una reminiscencia heredada de una práctica emprendida a inicios del siglo xx, cuando la cirugía abdominal se asociaba a alta tasa de infecciones. En la era antibiótica, se asociaron antimicrobianos a dicha preparación y las infecciones se redujeron, lo que reforzó el uso de la preparación mecánica, que se ha efectuado, además de con laxantes diversos, tanto con enemas como incluso con irrigación de grandes volúmenes de suero fisiológico a través de una sonda nasogástrica1,13,14.

Ante las evidencias sobre la prescindibilidad del uso de PMA1,4–6 y la experiencia de años sin emplearla sistemáticamente de algunos de los autores (JVR, JGA), pero frente a una realidad nacional e internacional aún reacia a adoptar esta política2,3, nuestra hipótesis de trabajo era demostrar la no inferioridad del uso selectivo de PMA. Para ello, comparamos dos grupos de pacientes, con y sin PMA preoperatoria, de una cohorte de 108 sujetos sometidos a cirugía colorrectal asignados consecutivamente a un protocolo de RHMM o de CC. Seguimos empleando PMA en la cirugía rectal con exéresis mesorrectal completa y anastomosis baja, dado que en ese caso actualmente no se dispone de potencia estadística suficiente para demostrar ventajas no preparando el colon5. Además, porque en ellos efectuamos sistemáticamente una ileostomía derivativa, lo que podría entrar en conflicto con la omisión de la PMA. También la empleamos en quienes se pretendía realizar una colonoscopia intraoperatoria y en algunos candidatos a cirugía laparoscópica a criterio del cirujano, por una (no demostrada) mayor manejabilidad del colon preparado.

El empleo de PMA en cirugía de colon era, en una reciente encuesta a cirujanos colorrectales españoles, del 59% en el colon derecho, el 90% en el izquierdo y el 98% en el recto3, datos muy superiores al 9,5, el 42,1 y el 72,2%, respectivamente, de la Asociación de Cirujanos Colorrectales de Gran Bretaña e Irlanda15.

Los pacientes en que se efectuó PMA presentaron síntomas relacionados, como sed y molestias anales en más del 60%, náuseas en el 36% o dolor abdominal en el 20%, así como deposiciones más líquidas y en las horas más cercanas a la intervención, al igual que han referido otros autores16. Además, el empleo de fosfato sódico tiene contraindicaciones específicas en pacientes con insuficiencia renal, hepática o cardíaca, y la deshidratación puede facilitar una hipotensión durante la inducción anestésica1. Aunque no analizamos los cambios analíticos tras la PMA, Holte et al17 evidenciaron en voluntarios sanos una pérdida de 1,2 kg de peso y una disminución significativa de la capacidad de ejercicio de un 9%, a pesar de una gran ingesta de líquidos, un incremento de las concentraciones de urea y fosfato y reducción de las de potasio y calcio. Es difícil que sujetos ancianos o con comorbilidad acudan en condiciones idóneas a la cirugía, ya que el principal efecto fisiológico de la PMA es la deshidratación18,19 que, potenciada por un ayuno prolongado prequirúrgico injustificado20, requiere de optimizar el manejo intraoperatorio de fluidos21. Cuando analizamos a los pacientes que siguieron un programa de RHMM, estos refirieron un preoperatorio más confortable.

Sin embargo, estas mayores molestias asociadas a la PMA no se compensaron con un beneficio postoperatorio en lo que concierne a menores complicaciones. No obstante, al analizar a los pacientes según se empleara o no un programa de RHMM, observamos menos complicaciones, dehiscencias anastomóticas y muertes. Así pues, en nuestra serie, la omisión de la PMA no ha mostrado desventajas en la tolerancia y las molestias preoperatorias ni previniendo complicaciones. De hecho, desde hace varios años, ya no efectuamos preparación intestinal de ningún tipo ni dieta especial en cirugía del colon derecho y transverso, y además planteamos, incluso en nuestro grupo de CC, una actitud que se podría considerar avanzada, ya que una reciente encuesta efectuada a cirujanos miembros de la Sección de Coloproctología de la Asociación Española de Cirujanos y de la Asociación Española de Coloproctología mostró una actitud bastante tradicional en el manejo perioperatorio22, similar a otro estudio que valoraba varios países europeos y Estados Unidos23. En cirugía del colon izquierdo o recto alto, empleamos un único enema o lavativa que pueden aplicar el propio paciente o sus familiares, sin restricción dietética previa alguna, similar a lo utilizado por el 42,1% de los cirujanos británicos15, básicamente para hacer más fácil una anastomosis, generalmente mecánica. Ello es más cómodo, y su empleo no se asocia al proceso inflamatorio que induce una PMA24,25 con agentes irritantes. Evidentemente, la intención de efectuar una técnica quirúrgica determinada previo uno u otro tipo de preparación no se cumplió en todos los pacientes, ya que se adoptaron algunas decisiones intraoperatorias, cambiando el tipo de cirugía o el abordaje previstos. Ello puede suponer un sesgo del estudio, pero hemos querido mantenerlo para ofrecer una aproximación más real a la práctica cotidiana. Otro de los sesgos ya comentado es que el grupo B (sin PMA) estuvo compuesto significativamente por más pacientes con programa de RHMM que el grupo A. Esto no pudo influir en los resultados preoperatorios relativos a la PMA, dado que aún no se habían aplicado las demás medidas de RHMM en ellos, aunque sí en los postoperatorios.

Finalmente, se analizaron la restauración de la ingesta oral, el reinicio del tránsito intestinal o la capacidad funcional para movilizarse, y no hubo diferencias entre los grupos A y B, salvo en lo que atañe a la capacidad funcional y la micción espontánea, aun cuando estos datos deben ser tomados con cautela debido al predominio de pacientes con RHMM en el grupo B. Aunque la cirugía rectal baja con anastomosis, que asocia dos procedimientos quirúrgicos (anastomosis+estoma derivativo), se incluyó en el grupo A y tenía tanto una mayor puntuación POSSUM quirúrgica como mayor riesgo de alteraciones miccionales, al menos se demostró la no inferioridad de obviar la PMA en la mayor parte de las cirugías colorrectales. Otros autores han evidenciado en estudios aleatorizados que la PMA no ahorra estancias ni facilita el reinicio del tránsito intestinal26–29 y, una vez más, en nuestra serie los pacientes que siguieron un protocolo de RHMM se recuperaron más tempranamente que los controles en lo que atañe a tolerancia a la ingesta, recuperación del tránsito intestinal, capacidad funcional y días de estancia.

Nuestro grupo apuesta por una preparación intestinal individualizada adaptada al tipo de cirugía. Las evidencias de la literatura hacen referencia a una preparación intestinal completa; muchos cirujanos interpretan «no preparar el colon» de muy diversas formas, ya que se utilizan o no restricción dietética, laxantes, enemas de fosfato o salino, y en función de la vía de abordaje, etc. Creemos conveniente adoptar una política poco drástica, evitando dogmas científicos en uno u otro sentido, ya que hay puntos no aclarados todavía en la literatura. Tales son el previamente comentado de si es necesario o no efectuar PMA en cirugía rectal con estoma derivativo asociado, las posibles ventajas de emplearla ante un acceso laparoscópico o la gravedad de una dehiscencia en función de su uso.

El presente estudio avala los múltiples metaanálisis en los que la PMA no ha mostrado beneficio4-6,30 y aporta la idea de una indicación selectiva. Es más, con el advenimiento de los cuidados tipo fast-track, hay que tener muy en cuenta su uso restringido, que contribuye a un perioperatorio más cómodo y rápido, con impacto en la reducción de costes9,31,32. Este cambio de actitud tiene aspectos para los que la tradición supone una barrera intangible difícil de eliminar33, y básicamente son los relativos a la PMA, alimentación precoz, ingesta preoperatoria de hidratos de carbono y optimización de la fluidoterapia los que plantean mayores dificultades. Afortunadamente, los cirujanos con más dedicación, experiencia y acreditación en cirugía colorrectal ya tienen comportamientos acordes con la evidencia científica en este terreno21,34.

En conclusión, la restricción de la PMA a casos seleccionados es segura y, combinada con un programa de rehabilitación multimodal perioperatoria, contribuye a una recuperación más rápida y cómoda sin incrementar las complicaciones posquirúrgicas.

Conflicto de intereses

Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.

Bibliografía
[1]
J.E. Duncan, C.M. Quietmeyer.
Bowel preparation: Current status.
Clin Colon Rectal Surg., 22 (2009), pp. 14-20
[2]
Zmora O, Wexner SD, Hajjar L, Park T, Efron JE, Nogueras JJ, et al. Trends in preparation for colorectal surgery: survey of members of the American Society of Colon and Rectal Surgeons. Am Surg. 2003;69:150–4.
[3]
J.V. Roig, A. García-Fadrique, J. García-Armengol, M. Bruna, C. Redondo, M.J. García-Coret, et al.
Mechanical bowel cleansing and antibiotic prophylaxis in colorectal surgery. Use by and opinions of Spanish surgeons.
Colorectal Dis., 11 (2009), pp. 44-48
[4]
K. Slim, E. Vicaut, Y. Panis, J. Chipponi.
Meta-analysis of randomized clinical trials of colorectal surgery with or without mechanical bowel preparation.
Br J Surg., 91 (2004), pp. 1125-1130
[5]
P. Wille-Jorgensen, K.F. Guenaga, D. Matos, A. Castro.
Preoperative mechanical bowel cleansing or not? An updated meta-analysis.
Colorectal Dis., 7 (2005), pp. 304-310
[6]
C.E. Pineda, A.A. Shelton, T. Hernandez-Boussard, J.M. Morton, M.L. Welton.
Mechanical bowel preparation in intestinal surgery: a meta-analysis and review of the literature.
J Gastrointest Surg., 12 (2008), pp. 2037-2044
[7]
O. Zmora, A.J. Pikarsky, S.D. Wexner.
Bowel preparation for colorectal surgery.
Dis Colon Rectum., 44 (2001), pp. 1537-1549
[8]
H. Kehlet, D.W. Wilmore.
Evidence-based surgical care and the evolution of fast-track surgery.
Ann Surg., 248 (2008), pp. 189-198
[9]
J. Wind, S.W. Polle, P.H.P. Fung Kon Jin, C.H.C. Dejong, M.F. Von Meyenfeldt, D.T. Ubbink, et al.
Systematic review of enhanced recovery programmes in colonic surgery.
Br J Surg., 93 (2006), pp. 800-809
[10]
J.V. Roig.
Rehabilitación multimodal perioperatoria en cirugía colorrectal. Su utilización está más que justificada.
[11]
R.D. Dripps, A. Lamont, J.E. Eckenhoff.
The role of anesthesia in surgical mortality.
JAMA., 178 (1961), pp. 261-266
[12]
G.P. Copeland, D. Jones, M. Walters.
POSSUM: a scoring system for surgical audit.
Br J Surg., 78 (1991), pp. 355-360
[13]
J.V. Roig, J. García-Armengol, R. Alós, A. Solana, R. Rodríguez-Carrillo, P. Galindo, et al.
Preparar el colon para la cirugía. ¿Necesidad real o nada más (y nada menos) que el peso de la tradición?.
Cir Esp., 81 (2007), pp. 236-242
[14]
A.R. Crapp, P. Tillotson, S.J.A. Powis, S.J. Powis, W.T. Cooke, J. Alexander-Williams.
Preparation of the bowel by whole-gut irrigation.
Lancet., 2 (1975), pp. 1239-1240
[15]
R. Drummond, R. McKenna, D. Wright.
Current practice in bowel preparation for colorectal surgery: A survey of the members of the Association of Coloproctology of GB & Ireland.
[16]
K. Gründel, W. Schwenk, B. Böhm, J.M. Müller.
Improvements in mechanical bowel preparation for elective colorectal surgery.
Dis Colon Rectum., 40 (1997), pp. 1348-1352
[17]
K. Holte, K.G. Nielsen, J.L. Madsen, H. Kehlet.
Physiologic effects of bowel preparation.
Dis Colon Rectum., 47 (2004), pp. 1397-1402
[18]
F.A. Frizelle, B.M. Colls, Hyponatremia.
seizures after bowel preparation: Report of three cases.
Dis Colon Rectum., 48 (2005), pp. 393-396
[19]
T. Trotter, C. Hanning.
A study of the effect of Picolax on body weight, cardiovascular variables and haemoglobin concentration.
Ann Coll Surg Engl., 74 (1992), pp. 318-319
[20]
E. Soreide, L.I. Eriksson, G. Hirlekar, H. Eriksson, S.W. Henneberg, R. Sandin, et al.
Pre-operative fasting guidelines: an update.
Acta Anaesthesiol Scand., 49 (2005), pp. 1041
[21]
G. Sanders, S.J. Mercer, K. Saeb-Parsey, M.A. Akhavani, K.B. Hosie, A.W. Lambert.
Randomized clinical trial of intravenous fluid replacement during bowel preparation for surgery.
Br J Surg., 88 (2001), pp. 1363-1365
[22]
J.V. Roig, A. García-Fadrique, J. García-Armengol, C. Redondo, F.L. Villalba, A. Salvador, et al.
Perioperative care in colorectal surgery. Current practice patterns and opinions.
Colorectal Dis., 11 (2009), pp. 976-983
[23]
H. Kehlet, M.W. Büchler, R.W. Beart Jr., R.P. Billingham, R. Williamson.
Care after colonic operation. Is it evidence based? Results from a multinational survey in Europe and United States.
J Am Coll Surg., 202 (2006), pp. 45-54
[24]
A. Coskun, A. Uzunkoy, S.A. Duzgun, M. Bozer, I. Ozardali, H. Vural.
Experimental sodium phosphate and polyethylene glycol induce colonic tissue damage and oxidative stress.
[25]
J.L. Meisel, D. Bergman, D. Graney, D.R. Saunders, C.E. Rubin.
Human rectal mucosa: proctoscopic and morphological changes caused by laxatives.
Gastroenterology., 72 (1997), pp. 1274-1279
[26]
R.P. Miettinen, S.T. Laitinen, J.T. Mäkelä, M.E. Pääkkönen.
Bowel preparation with oral polyethylene glycol electrolyte solution vs. no preparation in elective open colorectal surgery: prospective, randomized study.
Dis Colon Rectum., 43 (2000), pp. 669-677
[27]
P. Fa-Si-Oen, R. Roumen, J. Buitenweg, C. Van de Velde, D. Van Geldere, H. Putter, et al.
Mechanical bowel preparation or not? Outcome of a multicenter, randomized trial in elective open colon surgery.
Dis Colon Rectum., 48 (2005), pp. 1509-1516
[28]
B. Jung, O. Lannerstad, L. Påhlman, M. Arodell, M. Unosson, E. Nilsson.
Preoperative mechanical preparation of the colon: the patient's experience.
[29]
M. Alcántara, X. Serra, J. Bombardó, L. Mora, R. Hernando, I. Ayguavives, et al.
Estudio prospective controlado y aleatorizado sobre la necesidad de la preparación mecánica de colon en cirugía programada colorrectal.
[30]
P. Bucher, B. Mermillod, P. Gervaz, P. Morel.
Mechanical bowel preparation for elective colorectal surgery: a meta-analysis.
Arch Surg., 139 (2004), pp. 1359-1364
[31]
P. Bucher, P. Gervaz, P. Morel.
Should preoperative mechanical bowel preparation be abandoned?.
[32]
C.J. Walter, J. Collin, J.C. Dumville, P.J. Drew, J.R. Monson.
Enhanced recovery in colorectal resections: a systematic review and meta-analysis.
Colorectal Dis., 11 (2009), pp. 344-353
[33]
S. Basu, V.K. Shukla.
Mechanical bowel preparation: Are we ready for a paradigm shift?.
Dig Surg., 25 (2008), pp. 325-328
[34]
M. Herrera, J. Izquierdo, I. Montalvo, J. García-Armengol, J.V. Roig.
Identification of surgical practice patterns using evolutionary cluster analysis.
Math Comput Model., 50 (2009), pp. 705-712

Trabajo científico premiado por la Sociedad Valenciana de Cirugía (enero 2011).

Copyright © 2010. AEC
Descargar PDF
Opciones de artículo
es en pt

¿Es usted profesional sanitario apto para prescribir o dispensar medicamentos?

Are you a health professional able to prescribe or dispense drugs?

Você é um profissional de saúde habilitado a prescrever ou dispensar medicamentos