Es un hecho conocido que la atención médica que reciben los pacientes hospitalizados no es la misma en los días laborables que en los festivos. Particularmente ha sido objeto de estudio el nivel de atención sanitaria en cuanto a las urgencias, emergencias y cuidados críticos durante los fines de semana. En general, se ha observado mayor mortalidad, complicaciones y estancia media en los pacientes ingresados o intervenidos durante los fines de semana respecto al resto de los días de la semana. Lo anterior se atribuye tanto a una minoración de los recursos disponibles como a una menor capacidad o competencia del staff durante el fin de semana.
Un reciente estudio da una nueva vuelta de tuerca y analiza las diferencias en la mortalidad de la cirugía electiva practicada en los diferentes días de la semana. Aylin et al.1 comprobaron la mortalidad a 30 días de 4.133.346 pacientes intervenidos mediante procedimientos quirúrgicos electivos con ingreso a lo largo de 3 años en hospitales ingleses y la relacionaron con el día de la operación. Se excluyó la cirugía de urgencia y la cirugía mayor ambulatoria. Entre sus hallazgos, observaron cómo el riesgo de mortalidad va creciendo significativamente a lo largo de los sucesivos días de la semana (tabla 1). Es llamativo que un paciente quirúrgico tenga un riesgo de muerte un 44% mayor si es intervenido un viernes que si lo es un lunes. El estudio es serio y entre las explicaciones a las que atribuyen estas diferencias proponen el distinto nivel de atención sanitaria (diagnóstico y terapéutico) que se puede proporcionar en el periodo postoperatorio inmediato en el último segmento de la semana.
Mortalidad según el día de la semana de la cirugía electiva (OR)
Lunes | Martes | Miércoles | Jueves | Viernes | Sábado y domingo |
1 | 1,07 | 1,15 | 1,21 | 1,44 | 1,82 |
OR: odds ratio.
Fuente: Modificada de Aylin et al. 1
La situación en los hospitales españoles puede ser diferente a la de los hospitales ingleses pero, en cualquier caso, la atención médica que tiene lugar entre las 15h del viernes y las 8h del lunes (65 horas, 38,69% de la semana) siempre nos ha preocupado. Por no hablar de puentes o periodos vacacionales. Debemos admitir que durante esos lapsos de tiempo los recursos y capacidades son, obligadamente, menores. Particularmente problemáticos pueden ser los domingos y días festivos. Así, en un contexto diferente, Barba et al., del Hospital de Alcorcón2, comprobaron mayor riesgo de mortalidad en los pacientes ingresados durante el fin de semana; y nosotros mismos3 llamamos la atención sobre la importancia del pase de visita sistemático durante los domingos para obtener una detección precoz de problemas clínicos y una reducción de estancias inapropiadas y costes.
No sabemos con seguridad si los hallazgos de Aylin se reproducirían en los hospitales españoles, pero intuimos que la respuesta sería afirmativa. Durante las 65 h que transcurren a partir de las 15h del viernes, en el fin de semana no existe la misma capacidad de respuesta que en condiciones habituales. Probablemente no tenga gran influencia el equipo quirúrgico, que en cualquier caso se distribuiría cíclicamente a lo largo del tiempo, pero sí la reducción que existe o puede existir en la oferta o la accesibilidad de los medios diagnósticos y en el apoyo de los cuidados intensivos. Los cirujanos generales somos los grandes usuarios y responsables de las emergencias quirúrgicas, entre las cuales están las complicaciones postoperatorias graves. Debemos ser capaces de proporcionar una atención continuada y estrecha a los pacientes intervenidos que haga posible la detección y tratamiento precoz de las desviaciones del curso quirúrgico previsto. Para ello, hemos de exigir unos medios propios adecuados y además unos recursos diagnósticos complementarios suficientes y de calidad. Los tiempos actuales, con la galopante crisis económica hiriendo el sistema sanitario, no son los mejores para tales exigencias. Sería importante disponer de datos nacionales de suficiente rigor y potencia estadística para arrojar luz sobre este problema. Mientras tanto se impone la observancia estricta de protocolos y vías clínicas, el avance en la sectorización de la cartera de servicios y una normativa clara de derivación interhospitalaria.