El tumor pancreático de células gigantes tipo osteoclastos es de muy baja incidencia y Rosai1 lo describió por primera vez en 1968. Hasta 2002, se habían publicado sólo 31 casos2. Este tumor y el de células gigantes pleomórficas se clasifican como tumores pancreáticos no endocrinos de células gigantes. El pleomórfico tiene un comportamiento clínico similar al adenocarcinoma y es más agresivo que el tumor osteoclástico. La histología del osteoclástico muestra más uniformidad de los núcleos y si aparecen metástasis habitualmente son ganglionares regionales3.
Presentamos el caso de un varón de 44 años con historia de dolor epigástrico asociado a la reducción de 12 kg de peso. El examen físico, el análisis de laboratorio y los marcadores tumorales fueron normales. En la tomografía computarizada se visualiza una masa de carácter sólido y exofítica de 4 µ 4,6 cm en la cabeza del páncreas, con dilatación secundaria del conducto de Wirsung. El 2 de mayo de 2004 se lo opera y se efectúa una pancreatoduodenectomía. La macroscopia muestra un tumor con involución quística en la cabeza del páncreas (fig. 1). Histológicamente corresponde a un tumor de células gigantes de tipo osteoclastos (fig. 2). En 12 ganglios examinados no se evidencia neoplasia. La evolución postoperatoria fue satisfactoria y sin complicaciones.
Fig.1.Macroscopia de la pieza quirúrgica después de pancreatoduodenectomía, donde se observa tumor quístico de la cabeza del páncreas.
Fig. 2. Microfotografía de tumor pancreático (H-E, ×400) con células tumorales que incluyen células tumorales gigantes multinucleadas de tipo osteoclástico.
Como en nuestro paciente, los tumores osteoclásticos tienden a ser multiquísticos. Similar apariencia macroscópica se describe en otro caso publicado de un tumor osteoclástico asociado a cistoadenoma mucinoso4.
La histogénesis de estos tumores es controversial. Su origen podría ser mesenquimatoso o epitelial. La gran semejanza con tumores óseos de células gigantes confirmaría el origen mesenquimatoso. La presencia de glándulas y la asociación en algunas oportunidades con adenocarcinoma ductal favorecen el origen epitelial. Otros autores postulan que tienen el mismo origen pero con diferente grado de diferenciación5.
Correspondencia: Dr. L. Burgos-San Juan. Antumalal 01023. Temuco. Chile. Correo electrónico: lburgos@ufro.cl
Manuscrito recibido el 5-12-2006 y aceptado el 23-5-2007.