Objetivos: Entender el liderazgo como una relación que el médico ha de ejercer allá donde esté, con especial relevancia en la relación tutor-residente, en la que es necesaria estimular la motivación y la competencia del residente para dirigirlo hacia la autodirección responsable (madurez).

Métodos: Apoyado en bibliografía reciente y en iconografía, se describen las competencias fundamentales para ejercer el liderazgo (visión, iniciativa e influencia), aplicado a la formación sanitaria especializada, de entre los cuales destaca y se profundiza en el liderazgo situacional, aquel que se basa en una gran flexibilidad y adaptabilidad a las circunstancias en cuatro subtipos (directivo, coaching, participativo y delegativo). La clave de este tipo de liderazgo está en elegir el estilo adecuado para cada situación/competencia. Profundizar en el feedback como herramienta para el desarrollo del talento, que ayuda a los residentes a obtener información acerca de sus conductas. Tratar la relevancia del ejercicio de liderazgo en la medicina (cirugía), competencia esencial y clave de todos los médicos, intrínseca e implícita al ejercicio de nuestra disciplina profesional.

Resultados: Implementar la formación en competencias de liderazgo y comunicaciones puede aumentar los costes o requerir más recursos a las universidades o instituciones a corto plazo, pero a medio y largo plazo genera una menor incidencia de profesionales desalentados y quemados, que según las estadísticas va en aumento. Cada aumento de 1 punto en un puntaje de liderazgo del responsable inmediato se asocia con una disminución del 3,5% en la probabilidad de agotamiento (p < 0,001) y un aumento de satisfacción de 9,1% (p < 0,001).

Conclusiones: Los comportamientos de liderazgo juegan un papel crítico en el bienestar de los médicos. Los programas de formación médica deberían modificarse, incluyendo formación en liderazgo. Tener a tutores de residentes más preparados, entusiastas y motivados, reportará de forma directa en la formación de los residentes, aumentando la calidad de la docencia, con el impacto directo sobre la atención sanitaria y sus costes.