P-496 - HERNIA INCISIONAL CON PÉRDIDA DE DOMICILIO COMO SECUELA DE INFILTRACIÓN CON TOXINA BOTULÍNICA Y LA SITUACIÓN COVID-19
1Hospital Universitario Central de Asturias, Oviedo; 2Hospital de Henares, Coslada.
Introducción: La cirugía de pared abdominal ha sido una de las grandes damnificadas de la situación COVID-19, con gran cantidad de pacientes que han visto retrasada su cirugía y que aún hoy muchos siguen esperando por ser intervenidos. Por otra parte, la toxina botulínica es uno de los grandes protagonistas de la optimización de la cirugía de pared, especialmente importante en eventración compleja, pero no debemos olvidar que puede tener efectos adversos.
Caso clínico: Presentamos el caso de un varón de 54 años, con antecedentes de obesidad, DMT2, DL, HTA, ERC y trasplantado renal en el año 2000, que presentaba una eventración de línea media consecuencia de una hernia epigástrica intervenida en 2006 y posteriormente dos hernioplastias supraaponeuróticas en 2010 y 2015, con un volumen de 35%, M2-4W3R3. En febrero de 2020 se infiltra bótox como optimización para cirugía y en espera de colocación de catéter de neumoperitoneo se produce la alarma por situación COVID-19. Acude de nuevo a consulta en 2022 con un aumento considerable de la hernia, con un volumen del 95%. Se indica pérdida de peso, toxina botulínica y neumoperitoneo preoperatorio. Realizamos una SPC-TAR con malla de 45 × 60 cm y abdominoplastia. Tras un año de la cirugía el abdomen se mantiene contenido.
Discusión: La toxina botulínica puede facilitar de la cirugía abdominal, especialmente en la hernia compleja, pero no debemos olvidar que el bloqueo de los músculos abdominal puede traer efectos adversos. La pandemia COVID-19 ha sido especialmente dura con las listas de espera quirúrgica de patología benigna, demorando cirugías y agravando los problemas.