La investigación clínica contribuye de manera decisiva a provocar un avance en la acción sanitaria, a mejorar los sistemas de atención de los pacientes y a incrementar las expectativas de salud de la población. El plan nacional de nuestra especialidad publicado en el BOE expone, de una manera clara, la voluntad de la Comisión Nacional de la Especialidad de que exista una formación adecuada en dicho campo1. De esta manera el documento propone la realización de 2 cursos de Metodología de la Investigación en los 2 primeros años de la residencia M.I.R. y aconseja que el «residente participe en la preparación de publicaciones escritas, comunicaciones orales y ponencias a reuniones y congresos y la participación en las sesiones del servicio»1. De hecho, al final del periodo formativo, según recoge el documento, el residente deberá contar con un mínimo de 6 publicaciones escritas o admitidas para publicación y haber colaborado al menos en 10 comunicaciones en congresos.
Recientemente Serra-Aracil et al.2 han publicado los resultados de la actividad de los residentes de nuestra especialidad mediante la recogida de datos a través del libro de residentes, correspondiente a un estudio multicéntrico prospectivo observacional. Los datos corresponden a una muestra de 64 residentes de 9 hospitales españoles. Si bien destaca que la media de comunicaciones en congresos por año se sitúa entre 3 y 9, es evidente que el número de artículos científicos es un número significativamente inferior, con una media de un artículo por año, únicamente en los últimos años de la especialidad. Esta realidad no es única de los residentes de nuestro país3.
¿Como se podría mejorar la producción científica de nuestros residentes para llegar a los niveles deseados/esperados según el programa de la especialidad? No hay ninguna duda de que la respuesta es compleja. En primer lugar, si diseñamos una trayectoria curricular de publicación científica en nuestros especialistas en formación, el primer paso debería ser la promoción encarecida de estimular la lectura crítica de artículos científicos4. Sin adquirir el hábito de la lectura crítica de publicaciones científicas, difícilmente se podrá iniciar el camino de la autoría. En ese sentido, la estandarización de sesiones bibliográficas para residentes, el denominado journal club, podría ser el primer paso5.
Otro aspecto a destacar es la baja tasa de publicación de los trabajos científicos presentados en congresos de nuestra especialidad. En distintas especialidades, al igual que la relación de los resultados presentados recientemente, es evidente que solo un tercio de los trabajos presentados en congresos son finalmente publicados como artículos científicos2,6,7. Probablemente el convertir un comunicación científica de un congreso en un artículo sea también una práctica que permite formarse en esta labor.
Otro aspecto a considerar sería planificar de una manera estructurada la participación en la escritura de determinadas publicaciones en función de su dificultad según el año de residencia. Así por ejemplo, la descripción de casos clínicos relevantes, la exposición de imágenes clínicas singulares o la realización de revisiones de la literatura son una buena manera de enseñar al residente en sus primeros años de la especialidad cómo escribir un artículo científico.
Pero en lo que no hay ninguna duda es en que el punto crítico es dedicar tiempo a la formación práctica en esta parte de la investigación clínica. Habría que realizar cursos tipo taller, en los que nuestros residentes pudieran aprender paso a paso cómo hay que realizar la escritura de un artículo científico. En esta línea, la Asociación Española de Cirujanos ha realizado un esfuerzo con la ejecución de sesiones conjuntas con miembros del comité editorial de revistas de elevada calidad científica (como por ejemplo British Journal of Surgery) pero sería también altamente recomendable planificar un curso específico anual, o bien un curso precongreso, con ese objetivo.
Finalmente, es nuestra responsabilidad promocionar las publicaciones de elevada calidad científica, que generen conocimiento y aporten pensamiento crítico, y no solo producción científica simplemente para mejorar el curriculum vitae de nuestros residentes.