La sutura continua con hilo barbado ha facilitado la técnica laparoscópica, habiendo demostrado reducción del tiempo operatorio en suturas de refuerzo1 y en anastomosis, donde también es considerada factible y segura2,3. Ha demostrado igualmente no ser inferior respecto a las dehiscencias de sutura, hemorragia o estenosis de las anastomosis4.
La comodidad, ahorro de tiempo y buenos resultados publicados con la sutura barbada nos motivó, hace 20 meses, a cambiar nuestras suturas en las anastomosis gastrointestinales laparoscópicas (totalmente manual) del bypass gástrico (BPG) y la gastrectomía subtotal (GST), de continuas con hilo de monofilamento 3/0 (Monocryl, Ethicon) a hilo barbado 3/0 (Stratafix, Ethicon).
En la literatura, el sangrado de la anastomosis gastroyeyunal oscila entre el 1 y el 11%, en función de la técnica utilizada (manual, lineal, circular), siendo la circular la que presenta hemorragia con mayor frecuencia5,6.
Hemos observado un aumento de casos de sangrado de la anastomosis gastroyeyunal laparoscópica, que hemos querido analizar.
Hemos realizado un total de 79 anastomosis con monofilamento (14 GST y 65 BPG) y 66 con barbado (19 GST y 47 BPG) (tabla 1). No ha habido ninguna otra modificación en la técnica quirúrgica.
Destacamos la hemorragia a nivel de la anastomosis gastroyeyunal en 6 casos (9,1%) con el uso del hilo barbado por ningún caso con el monofilamento (tabla 2). En 4 casos se solucionó con esclerosis endoscópica; un caso, en un paciente con cirrosis hepática Child A tipo NASH y que tomaba antiagregantes, requirió sutura quirúrgica tras el fracaso de la esclerosis endoscópica, y un caso no fue confirmado endoscópicamente por autolimitarse.
Una característica común es que el sangrado se ha producido más allá del sexto día postoperatorio, tras el alta en la mayoría de casos, coincidiendo con una dilatación gástrica, causa o consecuencia de dicho sangrado. El único caso que sangró en el postoperatorio inmediato fue el que se autolimitó.
Nuestra hipótesis es que las anclas del hilo barbado no permiten la distensión de la anastomosis, pudiendo dañarla.
A pesar de que un 9,1% de sangrado anastomótico entra dentro de lo publicado, nos sorprendió este incremento de hemorragias tras el cambio de hilo de sutura respecto a nuestro histórico. Dado que nuestra experiencia no se asemeja a lo publicado, creemos interesante compartirla con el resto de la comunidad quirúrgica, básicamente para que otros grupos puedan expresar también si han tenido o no esta complicación.