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Vol. 36. Núm. 2.
Páginas 67 (abril 2014)
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Cómo publicar nuestros propios trabajos
How to publish our own results
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Roberto Anaya-Pradoa
a Dirección de Educación e Investigación en Salud, Centro Médico Nacional de Occidente, Instituto Mexicano del Seguro Seguro Social, Guadalajara, Jalisco, México
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El que acepten un manuscrito quirúrgico o médico no es una tarea fácil. Se requiere de mucho trabajo. Primero es la integración de resultados «con sentido»; segundo es escribir bien esos resultados; tercero es revisar varias veces la presentación de los resultados y cuarto, seleccionar la revista (journal) apropiada para someter el manuscrito. No es raro que ciertas revistas médicas o quirúrgicas rechacen entre el 60 y el 70% de los artículos sometidos. El consenso general entre los editores es de que «las revistas no rechazan buenos artículos porque tienen muchos de ellos». Los buenos artículos, que describen estudios de calidad, son aceptados aun cuando no sean publicados inmediatamente. Las 3 principales razones por las que una revista rechaza artículos son: a) el manuscrito es inapropiado; b) el manuscrito describe estudios mal diseñados o mal conducidos, y c) los manuscritos están pobremente escritos. Los editores están también de acuerdo en que el manuscrito inapropiado significa que los escritores no están haciendo bien su tarea al revisar las «instrucciones para los autores». En algunas revistas estas instrucciones están en cada número; en otras aparecen en el número de enero o julio, y en algunas aparece en el último número del año. Esto en el caso de las revistas impresas; actualmente, todas las revistas tienen un sitio web y las instrucciones se pueden consultar en todo momento.

Los estudios pobremente diseñados son aquellos que tienen información insuficiente, muestras de pacientes (animales) inadecuadas, muestras sesgadas, factores confusorios, objetivos finales vagos, desviaciones de la hipótesis y un pobre control de los números. Una buena práctica es pedirle a un colega o médico en otro departamento que revise el manuscrito antes de enviarlo a la revista. Muchos editores y revisores han evaluado manuscritos tan llenos de errores que no es posible verdaderamente emitir una opinión. Entre más ojos vean el manuscrito antes de que se someta, menores son las oportunidades de que se rechace. Una manera de identificar errores e inconsistencias es leer el manuscrito en voz alta. Otra manera es dejar que el manuscrito «descanse» por un par de semanas; entonces se lee nuevamente y se pueden identificar los errores que, de otra manera, se convierten en imperceptibles cuando se está perfectamente familiarizado con el tema que se redacta. Este último punto es un tema muy interesante: el escritor trabaja habitualmente por semanas integrando el manuscrito; lo lee varias ocasiones, incluso en voz alta; se convierte de alguna manera en una rutina que permite recorrer todo el artículo en poco tiempo porque casi está memorizado. Esta es la razón por la que de repente no se identifican los errores aun cuando se lea muchas veces. La ventaja de dejar «descansar» el trabajo por un par de semanas es que con las últimas lecturas no solo se identifican errores, sino que se juega con el estilo editorial, se manejan frases más elegantes, se le da estatura al documento, se cambian oraciones, incluso se eliminan segmentos innecesarios y, por qué no, se disfruta el esfuerzo realizado al ver concluida una obra de arte literaria.


Autor para correspondencia:

Blvd. Puerta de Hierro 5150,

edificio B, segundo piso, despacho 201-B,

Fracc. Corporativo Zapopan,

45110 Zapopan, Jalisco.

Teléfono y fax: (33) 3848 5410.

Correo electrónico:robana@prodigy.net.mx (R. Anaya-Prado).

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