El presente estudio explora la relación entre los tipos de personalidad afectiva construidos a partir de las respuestas a las escalas PANAS de afecto positivo (PA) y afecto negativo (NA) y las dimensiones de personalidad medidas con el NEO FFI. Se obtuvieron también medidas de autoinforme de satisfacción con la vida y de bienestar subjetivo. Participaron 378 estudiantes universitarios españoles, con edades entre 18 y 36 años (media=22.5 y DT=2.96), siendo el 54% mujeres. Se clasificó a los participantes en cuatro tipos de personalidad afectiva. Los ANOVA posteriores mostraron diferencias significativas entre ellos, siendo los estudiantes de autorrealización (alto PA y bajo NA) los que tenían el mayor nivel de bienestar subjetivo, mientras que los individuos autodestructivos (bajo PA y alto NA) demostraron el nivel inferior; los afectivos altos fueron más adaptativos que los de tipo afectivo bajo. Los perfiles de personalidad con las dimensiones del NEO-FFI proporcionan una comprensión más profunda de las diferencias individuales entre los estudiantes universitarios.
The present study explores the relationship between the affective personality types constructed from responses to the PANAS scales, (PA) positive affect and (NA) negative affect and the personality dimensions evaluated by the NEO FFI. Self-report assessments of satisfaction with life and subjective wellbeing (happiness) were also obtained. Participants were 378 Spanish students, from 18 to 36 years old (mean=22.5, SD=2.96), 54% being women. Participants were classified into four affective personality types. Subsequent ANOVAs showed meaningful differences between them, being self-actualization type (high PA and low NA) the one with the highest level of subjective well-being, while the self-destructive type (low PA and high NA) showed the lower level; the high affective personality type was more adaptive than the low affective type. Personality profiles with the NEO-FFI dimensions provide a deeper understanding of individual differences among university students.
Judge y Kammeyer-Mueller (2011) han destacado la función benefactora para la sociedad de los estudios sobre la felicidad o bienestar subjetivo. Los hallazgos empíricos indican que los niveles altos de felicidad se asocian, entre otras, a ventajas para la salud mental y con disposiciones y rasgos de personalidad más adaptativos. Concretamente, la satisfacción con la vida es el principal indicador del bienestar subjetivo, importante parámetro de salud pública, como señalan Sánchez, García, Valverde y Pérez (2014).
Los afectos se dividen en cualidades positivas y negativas separadas, al ser relativamente independientes entre sí. Esta cuestión ha sido estudiada por Tellegen y su grupo (Tellegen, 1985; Watson y Clark, 1984; Watson y Tellegen, 1985), quienes han mostrado cómo algunas personas son propensas a experimentar más emociones positivas a lo largo del tiempo que otras personas. Por el contrario, hay gente más predispuesta a tener experiencias emocionales negativas. Se considera, entonces, que hay dos dimensiones de la afectividad: una positiva y otra negativa. Las emociones positivas proveen a las personas de capacidades cognitivas especiales, proporcionando unos guiones de comportamiento más amplios y ricos que los que propician las negativas (Fernández-Abascal, 2009).
La medición de la afectividad positiva y la negativa se efectúa a través de las escalas de afecto positivo (PA) y afecto negativo (NA), o escalas PANAS, de Watson, Clark y Tellegen (1988). Cuando se han comparado los resultados de las escalas PANAS con las dimensiones de personalidad del modelo de los “cinco factores”, los 10 descriptores de PA se relacionan con las puntuaciones altas en extraversión, en tanto que los 10 descriptores de NA se asocian con las puntuaciones altas en neuroticismo (Burger y Caldwell, 2000; Connor-Smith y Flachsbart, 2007; Miller y Harrington, 2011). Ya hace algunos años, Norlander, Bood y Archer (2002) idearon un procedimiento para poder clasificar a los sujetos en cuatro tipos de personalidad afectiva. Dividiendo en dos mitades los resultados de las escalas PANAS, la mediana deja altos y bajos en PA y lo mismo hace en NA. Los tipos resultantes son el autoconstructivo (altos en PA y bajos en NA), el autodestructivo (bajos en PA y altos en NA), el afectivo alto (altos en PA y altos en NA) y el afectivo bajo (bajos en PA y bajos en NA).
El bienestar subjetivo se define generalmente como la presencia de satisfacción con la vida y afecto positivo, junto con relativa ausencia de afecto negativo (Diener, Suh, Lucas y Smith, 1999). Busseri, Sadava, Molnar y DeCourville (2009) describen la investigación contemporánea sobre el bienestar subjetivo como la ciencia de la felicidad y de la satisfacción con la vida (Morán, Vicente, Sánchez y Montes, 2014), lo mismo que ha propuesto unos años antes el grupo de Diener (Diener, Lucas y Oishi, 2005). Desde que Diener (1984) definió al bienestar subjetivo en términos de tres componentes primarios (la satisfacción con la vida, el afecto positivo y el afecto negativo), esta conceptualización ha tenido una gran influencia. Según Busseri et al. (2009), esa influencia ha creado una pluralidad de modelos teóricos en los que se han explorado numerosas variables.
La satisfacción con la vida, el componente cognitivo expresado como una sensación de bienestar, se caracteriza por la percepción del individuo de cuánta felicidad tiene en su vida. Alta satisfacción con la vida se asocia a mayor esperanza de vida (Diener et al., 2005), salud y longevidad (Avey, Luthans, Smith y Palmer, 2010), relaciones amistosas y satisfacción en el matrimonio (Rivera, Cruz y Muñoz, 2011), satisfacción con el salario y con el trabajo (Vera-Villarroel et al., 2012); alta satisfacción con la vida también se asocia a estrategias de afrontamiento adaptativas orientadas a la solución de los problemas (Diener y Chan, 2011). La satisfacción con la vida también supone una ventaja en el equilibrio hormonal y en otros indicadores del sistema fisiológico e inmune (Jiménez, Martínez, Miró y Sánchez, 2008).
El afecto positivo está implicado en procesos psicobiológicos que favorecen la salud de los individuos (Archer, Adrianson, Plancak y Karlsson, 2007; Steptoe, Dockray y Wardle, 2009); según Veenhoven (2008), son destacables los efectos del afecto positivo sobre la salud física, llegando a ser un eficaz medio de prevención; según Archer, Adolfsson y Karlsson (2008), la personalidad afectiva muestra relación con las predisposiciones autoinformadas para la salud o la enfermedad.
La afectividad positiva correlaciona positivamente con la extraversión, factor de personalidad, de modo similar a la correlación existente entre afectividad negativa y otro factor de personalidad como es el neuroticismo (Costa y McCrae, 1980; Tellegen, 1985; Watson y Clark, 1992). Los estudios realizados sobre esta clase de relaciones han mostrado que la extraversión y el neuroticismo interactúan para predecir ambos tipos de afecto, de tal modo que los sujetos con altas puntuaciones en neuroticismo y bajas en extraversión (introvertidos) son los que puntúan más altos en afecto negativo y los más bajos en afecto positivo (McFatter, 1994).
No existen teorías generales sobre cómo se relaciona la personalidad en su conjunto con el bienestar subjetivo, pero sí sabemos que McCrae y Costa (1991) informaron de que distintos rasgos de personalidad exhibían diferentes patrones de asociación con bienestar subjetivo, afecto positivo, afecto negativo y satisfacción con la vida. Dado que neuroticismo y extraversión son las variables de la personalidad más estrechamente relacionadas con la felicidad, han tenido un papel más relevante en esas investigaciones (Bobić, 2012; García, 2012; García, Nima y Kjell, 2014). Esta relación, referida sólo a neuroticismo y extraversión, puede comprobarse con el modelo de personalidad de tres factores de Eysenck (e.g., Chico, 2006). Pero existe el modelo de los cinco factores (McCrae y Costa, 1991), que permite explorar de manera más completa esa relación entre bienestar subjetivo y personalidad, tal como proponen Steel, Schmidt y Shultz (2008).
El propósito de este estudio es descubrir si hay estudiantes universitarios del tipo autoconstructivo contrapuestos a estudiantes del tipo autodestructivo y cómo se diferencian en las escalas PANAS y en bienestar subjetivo. Intentamos conocer cómo se relacionan los tipos de personalidad afectiva con las dimensiones de personalidad medidas con el Inventario NEO-FFI. Esperamos altas puntuaciones en neuroticismo y bajas en extraversión del tipo menos adaptado y de autodestrucción y a la inversa para el tipo autoconstructivo. Al mismo tiempo, buscamos establecer perfiles específicos en el NEO-FFI de los cuatro tipos de personalidad afectiva que aclaren la posible asociación entre tipos afectivos y dimensiones más allá de neuroticismo y extraversión.
MétodoParticipantesEn el estudio participaron 378 estudiantes de todos los cursos de magisterio de la Facultad de Educación de la Universidad de León (España), de 18 a 36 años de edad (media=22.5 y DT=2.96), siendo el 54% mujeres. Los cuestionarios de autoinforme fueron completados en una única sesión en el contexto del aula, con grupos no superiores a 50 personas. Todos los cuestionarios entregados fueron cumplimentados y entregados.
InstrumentosPANAS (Watson, Clark y Tellegen, 1988). El afecto positivo (PA) y el afecto negativo (NA) se evaluaron con la versión en castellano (Sandín et al., 1999). El cuestionario PANAS consta de 20 adjetivos, 10 de los cuales describen estados de ánimo positivos y los otros 10 los describen negativos. A continuación se hallan cinco ejemplos de los 20 adjetivos, que van precedidos de la frase “te comportas como una persona”: tensa (con tensión o estrés), viva (animosa, despierta), hostil (enemiga), fuerte (enérgica), culpable (con sentimientos de culpa). La intensidad de los estados de ánimo experimentados se midió en las escalas PANAS durante la vida en general. Las respuestas se recogían a través de una escala de tipo Likert de cinco puntos, desde nada (1) hasta mucho (5) con puntuaciones intermedias.
Escala de Satisfacción con la Vida [Satisfaction With Life Scale] (SWLS; Diener, Emmons, Larsen y Griffin,1985; adaptación al castellano de Vázquez, Duque y Hervás, 2013). Es una medida de 5 ítems, que pretende evaluar la satisfacción global con la vida, o la satisfacción de una persona con la vida como un todo, antes que evaluar cualquier dominio específico. Se pide a los sujetos que califiquen en una escala de tipo Likert de 5 puntos, de 1 (muy en desacuerdo) a 5 (muy de acuerdo), el grado de acuerdo o desacuerdo con cada uno de los ítems. Por ejemplo, un ítem dice: “estoy satisfecho con mi vida”. La fiabilidad de la que han informado los autores es de .82, obtenida por el procedimiento de test-retest y 8 semanas de intervalo entre una aplicación y la siguiente.
El NEO-FFI (Costa y McCrae, 1999). Es la versión española abreviada del NEO-PI R y consta de una selección de 60 ítems, para medir, con 12 ítems para cada factor, los cinco grandes dimensiones o factores de la personalidad sana, no patológica. En Manga, Ramos y Morán (2004) pueden verse las propiedades psicométricas de la versión española. Estos cinco grandes [Big Five] se conocen por la letra inicial en inglés (Costa y McCrae, 1992). Los factores medidos por el NEO-FFI son: neuroticismo [Neuroticism] (N), extraversión [Extraversion] (E), apertura a la experiencia [Openness to experience] (O), amabilidad [Agreeableness] (A) y responsabilidad [Conscientiousness] (C). Las respuestas se valoran de 0 a 4 puntos, en una escala tipo Likert de 5 puntos que va desde el extremo en total desacuerdo al extremo totalmente de acuerdo. La puntuación total en cada factor se obtiene sumando los puntos de los 12 ítems y abarca de 0 a 48 puntos.
ProcedimientoSe utilizó el tipo de muestreo denominado accidental (Kerlinger y Lee, 2001). Los cuestionarios fueron aplicados por personas expertas. Se invitó a participar voluntariamente a los estudiantes en el contexto de las clases prácticas. Todos los alumnos invitados respondieron a los cuestionarios en una única sesión de manera anónima, garantizándose la confidencialidad de sus datos.
Se hicieron análisis estadísticos de frecuencias, descriptivos, correlación de Pearson, prueba t de diferencia de medias, χ2 y ANOVA con el SPSS, versión 21.
El bienestar subjetivo se calculó con la siguiente fórmula: bienestar subjetivo=satisfacción con la vida+PA–NA, la misma que ha utilizado Chico (2006, p. 40). La medición de estos dos constructos se suele hacer con la Escala de Satisfacción con la Vida (Diener et al., 1985) y las escalas de PA y NA (PANAS; Watson et al., 1988).
ResultadosEstadística descriptiva, fiabilidad y diferencias de género en las escalasVemos en la tabla 1 las puntuaciones medias y desviaciones típicas (DT) de las principales variables, así como el estadístico de fiabilidad de los instrumentos, el alfa de Cronbach. Bienestar subjetivo no tiene escala propia, por lo que no aparece el alfa, al ser construida con las escalas de PA, NA y satisfacción con la vida, con las que obviamente tiene correlaciones altas (positivas con afecto positivo y satisfacción con la vida, pero negativas y las más altas con NA). Precisamente NA no establece correlaciones con PA ni con satisfacción con la vida.
Estadística descriptiva de las variables, fiabilidad (coeficiente alfa) y matriz de correlaciones
Las diferencias de género en las escalas anteriores pueden verse en la tabla 2. En afecto positivo no hay diferencia, ni en satisfacción con la vida, pero sí en afecto negativo, al puntuar más las mujeres (p<.001). En sentido contrario, los varones obtienen puntuaciones más altas en bienestar subjetivo (p<.01).
Diferencias de género en las escalas PANAS en satisfacción con la vida y en bienestar subjetivo
Media | Prueba t | |||
---|---|---|---|---|
Escalas | Varones | Mujeres | t | p |
Afecto positivo (PA) | 36.07 | 36.23 | −0.32 | ns |
Afecto negativo (NA) | 22.49 | 25.41 | −4.62 | ** |
Satisfacción con la vida | 18.34 | 18.39 | −0.13 | ns |
Bienestar subjetivo | 31.72 | 29.13 | 2.80 | * |
Nota: ns=no significativa
Los tipos de personalidad afectiva se formaron a partir de las puntuaciones obtenidas en las escalas de afecto positivo (PA) y afecto negativo (NA). Se consideraron altas en el afecto correspondiente a todas aquellas puntuaciones de la mitad superior de la escala, dividida ésta por la mediana y contando a partir de ella; en afecto positivo eran altas las puntuaciones de 36 puntos o más, en tanto que en afecto negativo eran altas las puntuaciones de 24 o superiores. Las puntuaciones inferiores a 36 en PA y a 24 en NA se consideraron bajas.
Los tipos de personalidad afectiva fueron cuatro: el autoconstructivo (PA alto y NA bajo), el autodestructivo (PA bajo y NA alto), el afectivo alto (PA alto y NA alto) y el afectivo bajo (PA bajo y NA bajo).
El tipo de autoconstructivo lo integraban 53 varones (14%) y 50 mujeres (13%), el 27% de la muestra; del tipo de autodestructivo formaban parte 43 varones (11%) y 56 mujeres (15%), el 26% de la muestra. La distribución por sexo de estos dos grupos contrapuestos en PA y NA no mostró diferencia significativa (χ2=1.30, p=.25) como se puede ver en la tabla 3.
El tipo afectivo alto lo componían 34 varones y 68 mujeres, sumando en total el 27% de la muestra, mientras que el tipo afectivo bajo agrupó al 20% de la muestra, 44 varones y 30 mujeres. La distribución por sexo de estos dos grupos afectivos, alto y bajo, sí mostró diferencia estadísticamente significativa (χ2=11.86, p=.0006), ya que el tipo afectivo alto incluye una elevada proporción de mujeres, el 18%, que es el doble que de varones (9%), a la inversa que el tipo afectivo bajo, compuesto mayoritariamente por varones (12%), en tanto que las mujeres suponen el 8%.
Comparación de los tipos entre sí en las principales medidas mediante ANOVAEn la tabla 4 aparecen los resultados de las comparaciones entre los tipos de personalidad afectiva, con las F y p correspondientes a cada ANOVA. Las variables independientes o clasificadoras son sexo y tipo. A continuación aparecen las comprobaciones post hoc, mediante la prueba de Newman-Keuls, de las que se presentan en la tabla 4 sólo los resultados más destacados, añadiéndose más abajo el resto de aclaraciones. Se han agregado en la tabla 4 los ANOVA con medidas de personalidad del NEO-FFI (neuroticismo, extraversión y responsabilidad) por ser las únicas que muestran conclusiones relevantes.
Puntuaciones medias de los grupos o tipos de personalidad afectiva en las escalas más representativas utilizadas y el análisis de varianza (ANOVA) con cada una
Tipos de personalidad afectiva | ANOVA | ||||||
---|---|---|---|---|---|---|---|
Escalas | A-C | A-D | A+ | A- | F | p | Newman-Keuls |
Satisfacción con la vida | 18.87 | 17.25 | 19.15 | 18.07 | 6.57 | .0002 | A+>A-D**; A-C>A-D* |
Bienestar subjetivo | 39.47 | 21.26 | 30.00 | 30.39 | 150.13 | .0000 | A-C>A-D, A+ y A-** |
Neuroticismo | 17.00 | 23.20 | 20.62 | 18.85 | 20.74 | .0000 | A-C<A-D y A+** |
Extraversión | 33.95 | 28.67 | 32.67 | 30.44 | 18.67 | .0000 | A-C>A-D y A-** |
Responsabilidad | 30.67 | 27.57 | 30.01 | 27.51 | 7.72 | .0001 | A-C>A-D y A-** |
Nota. Newman-Keuls=prueba post hoc de Newman-Keuls, A-C=auto-constructivo, A-D=auto-destructivo, A+=afectivo alto, A-=afectivo bajo.
En satisfacción con la vida el tipo que más puntúa es el afectivo alto (A+), siendo estadísticamente superior (p<.001) al tipo auto-destructivo (A-D). El auto-constructivo es superior al auto-destructivo en satisfacción con la vida.
El tipo afectivo bajo (A-) no presenta diferencias estadísticamente significativas con ningún otro tipo ni tampoco existen entre el afectivo alto (A+) y el auto-constructivo (A-C).
Bienestar subjetivoEl tipo de personalidad autoconstructivo es superior a todos los demás grupos en bienestar subjetivo, siempre con diferencia muy significativa (p<.001). Entre el tipo afectivo alto y el afectivo bajo no hay diferencia, pero ambos son superiores en bienestar subjetivo al autodestructivo (p<.001).
Factores del NEO-FFIEn neuroticismo (ver tabla 4), el autoconstructivo es inferior al autodestructivo y al afectivo alto (p<.001). El autodestructivo presenta diferencias muy significativas al ser superior en neuroticismo a todos los grupos. Incluso el afectivo alto es superior (p<.05) al afectivo bajo en neuroticismo.
Como se puede observar en la tabla 4, el autoconstructivo es superior en extraversión al autodestructivo y al afectivo bajo (p<.001). El autodestructivo es inferior en extraversión, con diferencia estadísticamente significativa, a todos los grupos: al afectivo alto (p<.001) y al afectivo bajo (p<.05).
La tabla 4 muestra que el tipo autoconstructivo es superior en responsabilidad al autodestructivo y al afectivo bajo (p<.001). El tipo auto-destructivo es inferior en responsabilidad al afectivo alto (p<.01), pero superior al afectivo bajo. El afectivo alto supera al afectivo bajo (p<.05) en responsabilidad. El tipo afectivo bajo y el autodestructivo puntúan lo mismo, siendo los más bajos en responsabilidad. Las dimensiones de personalidad apertura a la experiencia y amabilidad no presentan diferencias estadísticamente significativas en estos tipos.
DiscusiónLos diferentes tipos de personalidad afectiva muestran grados de bienestar subjetivo diferentes, lo que permite defender este modo clasificatorio introducido por Norlander et al. (2002). Los tipos facilitan dos comparaciones de personas de gran significación adaptativa. Por una parte, se contraponen los tipos autoconstructivo y autodestructivo, siendo el primero el tipo de mejores resultados en su autoinforme y el segundo el peor. Es más, con mucha distancia adaptativa, porque entre ellos, en general, se sitúan los otros dos tipos. Estos tipos de afecto alto y bajo también se contraponen entre sí, aproximándose más el tipo afectivo alto al tipo auto-constructivo en su perfil de personalidad, mientras que el tipo afectivo bajo está más próximo al tipo autodestructivo; en ambos casos, las puntuaciones en neuroticismo, extraversión y responsabilidad son las más diferenciadoras. Similares resultados hallaron Zanon y Hutz (2013) que, en una muestra de estudiantes universitarios caucasianos, aunque con otra denominación para los tipos de personalidad afectiva, hallaron que los individuos que frecuentemente experimentan PA (ocasionalmente o a la vez que NA) tienen mayor inestabilidad emocional que los que no experimentan ni PA ni NA (afectivo bajo). Otros estudios, como el de Ying y Fang Biao (2005) realizado con adolescentes chinos, comprobaron una fuerte correlación de la satisfacción vital con la baja presencia de síntomas depresivos y ansiosos; también Estévez, Murgui, Musitu y Moreno (2008) hallaron en adolescentes españoles que la presencia de síntomas depresivos se asocia con la valoración que éstos hacen de su satisfacción con la vida.
La medición del bienestar subjetivo, realizada como requiere el mayor acuerdo entre los investigadores en este campo, nos ha proporcionado una clara diferenciación de niveles de felicidad: en el nivel más alto está el autoconstructivo, seguido de los tipos de afectivo alto, afectivo bajo y, en último lugar, el nivel de más bajo bienestar del tipo autodestructivo. Se ha constatado que los dos factores más implicados en bienestar subjetivo son neuroticismo y extraversión, siendo neuroticismo bajo y alta extraversión los componentes del perfil que distinguen a la personalidad resiliente (también responsabilidad es alta en este prototipo de personalidad). Nuestro tipo autoconstructivo posee ese perfil, lo mismo que el tipo autodestructivo posee el perfil contrario, propio del prototipo vulnerable o inhibido.
Asumiendo que la personalidad tiene una fuerte relación con el bienestar y la felicidad (Lucas y Diener, 2008), llegamos a las siguientes conclusiones:
- 1.
La tipología de la personalidad afectiva es una vía apropiada para mejor conocer el bienestar subjetivo de los estudiantes universitarios.
- 2.
La medición del bienestar subjetivo con las medidas del cuestionario PANAS y el de satisfacción con la vida tiene la ventaja de ser fácilmente replicable a través de los estudios, así como también de permitir establecer niveles de bienestar subjetivo en diferentes tipos de personalidad afectiva.
- 3.
Para el bienestar subjetivo así medido no sólo resultan determinantes las combinaciones de neuroticismo y extraversión del modelo de los “cinco factores” sino también de responsabilidad.
Los autores de este artículo declaran que no tienen ningún conflicto de intereses.