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Vol. 48.
Páginas 32-62 (enero 2013)
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Mesa redonda: hablan jóvenes universitarios*
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Primera sesión (21 de mayo de 2013)

Alumno Rojo: Tengo un compañero que es mi amigo. Una vez, platicando con él, nos mencionaba que le gustaría casarse con una mujer virgen. Él decía que no se casaría con una mujer que hubiera tenido muchas parejas sexuales, no porque según él le diera asco, pero nos dio a entender que para él es así como raro haber tenido relaciones sexuales con una mujer que ya ha estado con muchos hombres. Finalmente, es un prejuicio, pues creo que muchas mujeres tienen la idea de que deben ser vírgenes porque es lo que el hombre espera, no porque ellas lo quieran.

Debate: Pero ese muchacho, ¿era virgen? No, ¿verdad? [Risas.]

Debate: ¿Alguien conoce a un hombre que diga que su ideal es llegar virgen al matrimonio?

Alumna Azul: Yo sí conozco el caso de un chico. De hecho, tiene 24 años este amigo y es virgen. Pero creo que ahí sí influye mucho la religión, porque sus papás son pastores. Dice: “yo sí quiero llegar virgen al matrimonio, yo quiero tener mi familia, yo quiero hacer todo conforme a la ley de Dios”. Pero él no tiene ningún inconveniente en casarse con una mujer que no sea virgen. Aquí yo lo veo porque la educación que le da la mamá es como que la mujer es lo importante en la casa, y el hombre es lo importante afuera; pero que no importa si la mujer ya ha tenido dos, tres, cuatro parejas... que las mujeres no somos jabón para desgastarnos.

Alumno Negro: Depende mucho también de la sociedad en que nos desenvolvamos. Hay opiniones diversas. Es una distancia inmensa de mente a mente entre nosotros mismos. He estado en provincia, en pueblos de Oaxaca y Guerrero muy conservadores, muy tradicionales, y he estado en los lugares más liberales del Distrito Federal, por decirlo así. Son inmensas las diferencias de opiniones. En el pueblo, lo que importa es que una mujer sea virgen para que pueda consumarse algún matrimonio o tal vez la unión de dos familias. Lo importante es que la mujer sepa lavar, sepa planchar, sepa hacer todo lo que se supone hace una mujer. Y aparte que sea virgen para mantener y satisfacer sexualmente nada más a su marido, o sea, al hijo de la familia que tiene más dinero. Ya en las sociedades más liberales, en el Distrito Federal, no interesa tanto porque, aun en familias católicas, la virginidad ya no es asunto de trascendencia.

Alumno Blanco: Estoy de acuerdo con Negro, porque México es muy complejo, pero creo que hay otro factor que importa mucho, tanto en las ciudades como en provincia, que es la globalización a través de los medios de comunicación. Muchos jóvenes, tanto de provincia como en la capital, ya tenemos acceso a series de televisión, a películas que nos muestran una forma de vida distinta de la tradicional católica mexicana; una forma de vida que es más gringa, más anglosajona, que se preocupa menos por las costumbres sexuales tradicionales. Entonces, creo que eso, si no determina directamente el comportamiento de los jóvenes, sí los pone a pensar en el sentido de, “por qué si estoy viendo una realidad en una serie de televisión donde ya no se preocupan por x y y valores, mi mamá y mi papá o la iglesia a la que yo pertenezco me está exigiendo tales valores”. Siento que entran en conflicto. También aquí en la ciudad hay lugares muy conservadores, no todos somos muy liberales.

Alumna Rosa: Desde el kínder hasta la prepa estuve en una misma escuela y era religiosa, entonces marcó mucho mi opinión al respecto de la sexualidad y cómo debía de llevarse, porque todo el tiempo estuve ceñida al principio religioso. Cuando salí de la prepa sí fue, no sé, una ruptura total con todo lo que ya tenía de cierto modo establecido como verdad, y pues me di cuenta de que hay otras posibilidades por descubrir, no solo el hecho de que te restrinjan o que tengas como principio rector de tu vida que la virginidad es lo mejor y lo único que le puedes dar al hombre como mujer. No sé, tienes muchísimas cosas más que una membrana para dar. Pero sí, mi formación siempre estuvo marcada por cuestiones religiosas y sí te limitan como ser humano.

Alumna Naranja: En mi formación, mis abuelos, tanto paternos como maternos, son oaxaqueños, entonces ahorita me acordé mucho de una anécdota que me platicó mi mamá y que a ella le platicó mi abuelita. A mi abuela ya le tenían destinado un esposo. Pero ella quería a otro chico ahí en el pueblo, y una práctica muy curiosa que me llamó la atención es que ahí tenían una como... no sé si llamarla tradición, pero que si una persona iba a lanzar piedras a tu casa, siendo mujer, significaba que ya tenías algo con otra persona, y no con la persona con la que te estabas comprometiendo. Eso era señal de que ya no eras una persona digna para comprometerte porque ya habías hecho algo malo. Y eso nada más como anécdota. Mi educación ha sido que las mujeres siempre tenemos que ser independientes, valernos por nosotras mismas. Si nosotras lo decidimos, está bien casarnos; si no, también. O sea, unión libre. Aunque mi papá nos decía mucho que a él sí le importaba mucho; como que él sí tenía todavía muy arraigado eso de que era importante el matrimonio, aunque nos decía que estaba bien si nosotras no queríamos por la iglesia o así. Pero de las hermanas que tengo, solamente dos se han casado, las demás viven en unión libre, de modo que cuando una de mis hermanas se casó, a él le dio mucha emoción porque dijo que él pensaba o estaba seguro de que, después de ella, ninguna de las otras se iba a casar por la iglesia.

Alumno/a: Para mí no es trascendental. Yo algún tiempo ni siquiera me veía con una familia. Ahora sí, sí me gustaría tener hijos, pero también la verdad es que soy muy coyona. No me da miedo pensar en su educación, sino nada más en tenerlos, sea parto, sea cesárea, la verdad a mí me da terror. Pero, bueno, creo que sí, una parte muy importante de nuestra vida es construir una familia. No lo tengo como en un plan prioritario, tampoco estoy renuente a ello, con el tiempo se sabrá.

Alumno Gris: Yo coincido con lo que decía Blanco de la influencia de la globalización en la formación cultural. O sea, yo en casa recibí una educación extremadamente liberal, básicamente indiferente a la cuestión de la virginidad y a las tradiciones, y mucho de esto tiene que ver con el hecho de que mi mamá vivió en Estados Unidos de 1965 a 1970, más o menos. Ella siempre dice que fueron los mejores años de su vida, porque ella nació en una situación de orfandad, entonces, pues de las diversas familias adoptivas que llegó a tener, la que le dejó la influencia más efectiva fue una familia de norteamericanos. Eran demócratas. Y recibió una influencia muy fuerte de los valores de la parte más liberal y progresista de la sociedad norteamericana, por así decirlo. Entonces, cuando yo nací, muchísimos años después, en la casa recibí libros del proceso de formación de los bebés. Crecí con una idea muy indiferente a la virginidad o a muchos valores que se tienen dentro de las familias y que generalmente las abuelitas repiten a las mamás, los abuelitos a los papás, y estos se la repiten a los hijos. Pero como mis padres no tuvieron padres que les trasmitieran esos valores, ellos adoptaron los valores progresistas de la época. Lo mismo pasó con mis hermanos mayores, o sea, mucha liberalidad. Sí tiene que ver con lo que estaba pasando en ese momento en Estados Unidos, con la revolución sexual de los sesentas, y con la formación de la familia. Finalmente, en mi casa casi no hubo presión... como no tengo familia extendida por las mismas razones, no sé, nunca recibí esos memes de que la virginidad es la pureza de las mujeres, que la mujer tiene que hacer esto y esto. Yo considero el matrimonio como una cuestión contractual, que dos personas se ponen de acuerdo para vivir juntas, y si alguien ya no quiere, pues se rompe el acuerdo y ya.

Alumno Morado: No tienes idea de la suerte que tienes por no tener familia extendida. Yo vengo de una situación algo confusa, algo complicada, con varios matrimonios. Tengo seis hermanos, pero técnicamente soy hijo único y mi madre es relativamente liberal, en un tiempo fue marxista. La actitud hacia la sexualidad en la casa ha sido un poco... liberal ortodoxa. No hay mucho entusiasmo con respecto a la sexualidad, solo lo que ves en el manual y repites...

Alumna Verde: Yo tuve una educación similar a la de Gris. En mi casa no hay eso de que las mujeres son así y los hombres son así. Mis papás no son así. Mi papá puede ir a comprarme vestidos, cosas así. Hagan de cuenta que las características de los géneros están mezcladas y yo tuve como la posibilidad de adquirir las que yo quisiera, no importaba el género. O sea, mis papás aceptaron las características que yo quisiera adoptar. A mí me gustó mucho la educación que recibí.

Alumna Violeta: Yo nunca me voy a cansar de decirle a mi madre que nosotras las mujeres somos las culpables porque fomentamos el machismo. Mi madre es la que siempre dice que las mujeres valen más cuando llegan vírgenes al matrimonio. Es algo de lo que he tratado de hablar con ella para que rompa con eso. Y es curioso porque mi padre no, mi padre es más liberal, por así decirlo; es de las personas que dicen: “¿sabes qué? si vas a tener relaciones sexuales...”. Siempre me ha dicho: “tú no tienes permitido salir embarazada ahorita, porque serías una pendeja”, tal cual me lo dice, “porque si tú tienes relaciones sexuales y no te cuidas... en cada esquina hay una farmacia, puedes comprar una pastilla de emergencia, etcétera”. Siempre habla conmigo. Mi mamá es más cerrada. [...] Nosotros como científicos sociales debemos empezar a educar a las personas que están a nuestro alrededor, para quitarles esos prejuicios; no necesariamente un hombre te va a botar porque no eres virgen.

Alumna Amarillo: Mi familia tiene ideas encontradas. Mi mamá me dice: “tú no debes someterte a un hombre, si tú quieres tener relaciones sexuales las puedes tener...”. Pero también es así de: “tienes que cuidar que no te embaraces fuera del matrimonio. Si no te casas o no estás conviviendo con alguien, no puedes tener un hijo en estos momentos”. Igual me lo dicen por la cuestión de que sigo estudiando, y no les gustaría que por ese motivo dejara de estudiar. Es muy contradictorio. Por un lado, “ejerce tu sexualidad libremente”; pero también es de “no lo vayas a hacer donde te vayan a criticar”, porque en mi familia una de mis primas quedó embarazada a los quince años, entonces fue como el gran estigma de toda la familia: “¿cómo pudo ser?, no vayas a cometer el mismo error que tu prima, porque si no, mira, vela cómo anda”.

Alumno/a: Mi mamá fomenta mucho que todos deben ayudar en la casa, tanto hombres como mujeres. Pero yo soy la mayor y la carga siempre va más hacia mí. Tengo dos hermanos y una hermana. Ella es muy chiquita, no puede ayudar tanto, pero mis hermanos ya son un poco más grandes y casi todo lo tengo que hacer yo porque soy la mayor y soy la mujer. Mi padre igual es un tanto contradictorio en lo que nos dice. Es igual de: “tú puedes tener los novios que quieras, puedes hacer lo que se te dé la gana con tu sexualidad”. Pero también es como: “no hija, tú no lo vayas a hacer porque eres mi niña”. El problema con él es que, cuando yo nací, él quería una niña, entonces me tiene sobreprotegida; es muy contradictorio. Igual creo que eso fue parte de su educación desde niño, porque mi padre fue huérfano de padre, solo tuvo la educación de su mamá y tuvo padrastros, pero nunca le dieron educación, y mi madre quedó huérfana de su mamá cuando tenía doce años. Ambos vivieron su niñez en un pueblo, entonces todavía en esos pueblos había muchos prejuicios sobre el sexo. Incluso mi madre hace poco me comentaba que su hermana mayor le decía: “no quiero que vayas a quedar embarazada cuando andes ya con alguien”. Pero nunca le decía cómo podía quedar embarazada.

Debate: ¿A alguien le dijeron cómo cuidarse? ¿Sí? ¿Con instrucciones claras y eficientes?

[Risas, comentarios, murmullos].

Alumna Azul: En mi caso fue también un poco contradictorio, porque toda mi familia es cristiana y los valores cristianos son como súper “sométete, no hagas esto, no hagas aquello”. Pero mi mamá es madre soltera; entonces aquí vino como un problema porque toda la familia la señaló: “¿quién es el padre?”. Y hasta el momento nadie sabe quién es mi papá, ni yo. Entonces, esta es la parte de la contradicción. Por un lado, mi mamá me dice: “cuídate y llega virgen al matrimonio”. Y, por el otro, dice: “bueno, pero si tienes relaciones, sabes que venden esto, sabes que está esto y sabes que está aquello”. Creo que este tipo de educación es precisamente porque tiene como una formación muy arraigada, pero a la vez se da cuenta de que somos seres humanos, no podemos estar sin hacer nada siempre. Es una cuestión bastante compleja y que a mí en lo personal me ayudó, porque hoy por hoy yo decido lo que quiero, por la formación que ella me dio...

Alumna Verde: Como dicen mis compañeros, sí hay contradicciones en la sociedad, ¿no? O sea, de que el sexo no es malo, pero hay que cuidarse. Las mujeres son las más afectadas en su imagen por cuestiones sexuales, pero bueno, yo lo que he observado... yo conozco muchas chicas que iban conmigo a la secundaria y que han salido embarazadas y conozco a sus familias, y son familias muy estrictas ¿no?, donde no había mucha comunicación. Por ejemplo, cuando una de mis amigas salió embarazada, me acuerdo que hablar siquiera con los papás de que ya tenía novio era toda una hazaña, toda una batalla que había que lograr. O sea, si no podía hablar con sus papás de que ya había tenido un novio, mucho menos podía hablar de sexo, de que ya había tenido relaciones sexuales, y mucho menos de que iba a tener un bebé. Entonces, hay ese mensaje de “cuídense”, pero, OK, ¿cómo nos cuidamos? Es como un mensaje a medias, no hay una educación sexual real. Y, de hecho, tuve un maestro en la primaria que me encantaba y nos hablaba de sexo abiertamente, y recuerdo que una de las mamás, al día siguiente de que nos empezó a hablar de sexo, fue y reclamó y dijo: “no, es que las cosas sexuales son malas, ¿cómo van a mostrar los cuerpos desnudos en esta clase? Es un viejo libidinoso...”.

Debate: ¿En qué escuela estabas?

Alumna Verde: En una primaria oficial que está cerca de mi casa en Azcapotzalco. El maestro era súper abierto en cuestiones sexuales, sin faltar al respeto. Era una cuestión meramente educativa, pero muchas mamás reclamaron, querían correr al profesor y suena así como malo, ¿no? Como dar ese mensaje a medias y todo lo que ocasiona.

Alumno Negro: Es interesante lo que mi compañera Verde está diciendo. Muchos de mis amigos de primaria, de secundaria ya son papás. Yo iba en la secundaria técnica 114, en la delegación Iztapalapa, y, en esa secundaria, el turno vespertino eran alrededor de cien alumnos. De esos cien alumnos, los que pudimos pasar a prepa, cch o voca fueron diez, y los que están en universidad ahorita somos tres, me incluyo. Tres compañeros —nada más— con los que todavía tengo contacto estamos en la universidad, dos aquí en la unam y uno en el Politécnico. Entonces... yo no estoy diciendo que llegando a la universidad, ¡uff, ya ganamos, somos lo mejor de lo mejor! No, no, pero sí es el objetivo, ¿no? Lo que muchos pretenden es llegar a la universidad, tener una carrera universitaria y ejercer su título.

Pero, volviendo a mi primaria, yo tenía un maestro que se llama Rodolfo; a ese profesor, mis respetos. Nos hablaba mucho de sexualidad. Pero fue una situación distinta a la de mi compañera, ya que acá los papás sí pedían que el profesor nos hablara de sexualidad. Decían: “está muy bien que se les hable de sexualidad, felicidades al profesor”. Pero más bien querían diluir esa responsabilidad. Yo lo notaba mucho: “yo no le voy a hablar a mi hijo de sexo porque como que a mí eso no, y que vaya con el profesor”. Mis compañeros de primaria y yo teníamos mucho contacto con el profesor, lo queríamos mucho y él a nosotros. Para él era fácil hablarnos de sexo y a nosotros fácil preguntarle: “¿qué es un condón?, ¿cómo se usa un condón?, ¿qué es la eyaculación?, ¿qué significa ser precoz?”. Nosotros le preguntábamos abiertamente y él nos contestaba de forma magistral. Pero ya cuando pasé a secundaria, el único que tenía conocimiento sobre esos temas era yo. De ahí en fuera, a mis compañeros no los veía interesados o conocedores en estos temas, sino que simplemente lo veían como diversión. En ese entonces, estaba de moda la música reggaetón y el perreo. Iban a las fiestas y a los toquines, y muchos compañeros me contaban sus aventuras: que ya se habían cogido a tal muchacha del otro grupo, y que ya se la habían tirado. No llegamos a tercer año y muchos de ellos ya eran papás. Por eso, tuvieron que dejar la secundaria. Muchos hombres, saliendo de la secundaria, embarazaron a alguien; y mis compañeras también se embarazaron. Hay algo interesante: los que se embarazaron iban en escuelas como Bachilleres, Conaleps, Cetis. Los que iban en Prepas, Vocas o CCH, que yo sepa, no. Concluyo: es un fenómeno que yo viví, yo lo vi. Mi amigo que estaba al lado mío ya es papá. Y tiene que trabajar. Vive con sus suegros; ni siquiera tiene un lugar en dónde vivir con su esposa. A mí me preocupa este tipo de fenómenos porque, si nosotros somos una generación que tiene muchos beneficios, ahora ¿que podemos esperar de las generaciones venideras?

Debate: ¿Alguien más quiere contar algo sobre su educación sexual?

Alumna Violeta: Mi familia es muy mustia. Siempre utiliza ese doble discurso de: “que todo pase, pero en mi casa no”. Yo me eduqué sobre la marcha y no recibí educación sexual. Cuando yo le pregunté a mi mamá por qué usaba una toalla femenina, me dijo que se había lastimado. Yo dije: “ah, bueno”, me la creí. Yo aprendí a hacer ese tipo de cosas sola. Por curiosidad, leía e investigaba. En mi familia no se hablaba de eso y no se habla. No sé, si mi mamá escucha que yo digo la palabra “pene”, se espanta y se ríe. En unas elecciones, el IFE organizó un ejercicio infantil al que yo asistí. Y te preguntaban que si en tu casa hablaban de sexo, y me puse muy nerviosa porque iba con mi hermana; tenía no sé qué en la mente. Mi hermana me decía: “no, pues llegando a la casa vamos a hablar de eso”. Ese día me acuerdo que me la pasé muy mal, estaba muy espantada, es tema cerrado. También como de raíz muy machista. Por ejemplo, mi hermano es el más grande. Él podía llevar a sus parejas sexuales a su casa y se dormían ahí y mis papás no decían nada. Pero cuando yo tuve un novio y quise presentarlo, era la crisis, el interrogatorio en frente de mi papá. Y cuando se me ocurrió que un novio se podía quedar en mi casa fue así. Quizá yo he sido la que ha aportado otra perspectiva. No he quedado embarazada, no soy mamá, soy universitaria. Son muchas cosas que no se esperan de alguien que hace lo que yo hago. Quedarme a dormir en mi casa con el novio, eso no me quita otros logros. Ese ha sido entonces mi logro: hacer que cambien... O que se resignen. No me he hecho a sus limitantes.

Alumna Café: A mí me pasa algo muy similar a lo que mencionaban. Vivo en una familia particularmente conservadora. Mi familia paterna es conservadora, pero de un tipo como más popular. Y la de mi mamá es de un tipo más clase mediera, muy religiosa. En la familia paterna es mucho más visible este asunto del machismo, toda esta cuestión de que las mujeres siempre sirven la mesa, siempre lavan los platos, siempre cocinan, y los hombres solo ven el futbol y demás. En general, en mi casa tampoco se habló de sexo jamás, se habló muy poco, y yo diría que mal. Como yo veo las situaciones, por esta cuestión de que mi familia paterna es muy machista, en casa se vivieron situaciones violentas. El sexo es tabú: no era algo que se pudiera plantear muy claramente. A mí me tocó descubrir el interés sexual totalmente sola. Lo cual me dio mucha libertad, por una parte. Pero tampoco podía hablar de ello con nadie, o sea, ni siquiera con mujeres cercanas, y no tenía ninguna herramienta de cómo saber hablarlo. Yo supongo que, a raíz de eso, por lo mismo que no se hablaba de eso en casa, una de mis hermanas se embarazó a los 20 años. Sigue siendo hasta la fecha un tema tabú. Mi hermana es madre soltera. Y, a pesar de que yo vivo con una orientación no heterosexual, es muy extraño, porque hay muchas cosas que hemos aprendido y descubierto, pero afuera.

Alumna Verde: Yo sí tuve una educación sexual muy abierta. Mis dos padres son médicos. Desde primaria me dijeron: “este es un condón femenino; este es un condón para hombres. Así se usan”. Todo fue explícito, desde que estaba en primaria, entonces es un trauma mío. [Risas] Tiene sus lados malos que sea muy explícito todo, sobre todo si estás en primaria. Yo no le veía ningún interés al sexo y decía: “voy en primaria; quiero jugar, no me interesa nada de eso”. Entonces me lo dijeron en primaria; después me lo repitieron en secundaria; también en preparatoria. Y obviamente, a nivel de que iba yo creciendo, iban creciendo los niveles de la plática. Con mi mamá ya eran preguntas como: “¿sabes qué es el sexo oral?, ¿sabes qué es el sexo anal?, ¿sabes cómo se hace? A ver, explícamelo”. Tiene su lado contrario y, a pesar de que mis papás son muy abiertos en estos temas de sexualidad, llegó un momento en que una de mis mejores amigas era lesbiana, yo me enteré y dije: “ah, ok”. Mis papás se enteraron y fueron muy discriminatorios en ese aspecto. Me dijeron “no, no te juntes con ella” y no, de plano no. No me dieron una explicación buena para que no me juntara con ella. O sea, ¿qué tiene de malo?, es una buena persona. Le gustan las mujeres y ya. Yo dije que la manera de pensar de mis padres no tiene por qué ser la mía. En ese aspecto, yo poco a poco me fui metiendo en esos temas. Dije: “pues es una persona, lo único que tiene diferente es su orientación sexual, y qué”. He intentado que mis padres cambien su perspectiva de ver a las personas homosexuales y lo han hecho poco a poco. Pero pues sí, en ese aspecto son súper cerrados; son diferentes maneras de ver las cosas.

Alumna Violeta: Yo también tengo una anécdota. Te pones a pensar hasta qué punto las palabras de tus padres pueden influir, incluso pueden cambiar un poco tu identidad como persona. Yo, anteriormente, me controlaba con pastillas anticonceptivas, entonces en mi casa, pues sí, ¿no?, así, tal cual, mi papá: “cuídate”, etc. Mi mamá era como la más... hasta la fecha yo no puedo hablar con mi mamá de que yo ya he tenido relaciones sexuales porque es como. le da el infarto. Algo que no me gusta, y siempre se lo he discutido, es que ella te revisa las cosas. Y te revisa porque está en su derecho, porque estás en su casa y porque tiene que hacerlo. A mí me molestaba muchísimo; ya no hace eso, o al menos no me he dado cuenta [risas]. Pero una vez se le ocurrió revisar mi cartera y yo traía mis pastillas. Ese día les juro que mi mamá me hizo sentir como la hija más desgraciada del mundo, la más desdichada, la más bruta. A pesar de que yo ya tenía un año tomándolas. O sea, se dio cuenta yo creo que el día que ya se me iban a terminar. Me hizo sentir muy mal, porque ¿cómo es posible que las palabras de tu madre, siendo mujer...? O sea, que no capte, no entienda. Me sorprendí muchísimo. Yo tuve que mentirle a mi mamá, desafortunadamente: “no mamá, ¿cómo crees? Era para probar. Pero no he tenido relaciones sexuales todavía. Fui con la doctora y ella me dijo que podía tomarme éstas porque...” ¡Imagínate! O sea no. “Fui con la doctora porque, bueno, tenía un poco de preocupación de que, ya sabes, para las mujeres en este caso, si tomas pastillas, ya sea que puedas engordar, en fin, informarte más o menos cuál es la dosis adecuada para tu cuerpo. Fui con la doctora solo para preguntarle. Ella me dijo que nada más me la tomara acabando el mes y que ya podía tener relaciones sexuales, pero no he tenido nada. Te juro que no”. Tuve que mentirle. Yo le hablé a la doctora por celular para decirle: “sabe qué, va mi mamá para allá; por favor, no le diga usted que ya me he estado tomando las pastillas, que desde hace un año me atiende”. Y creo que me sentí más orgullosa de la doctora que de mi propia madre... Mi mamá le dijo: “¿cómo es posible?”. Y la doctora le dijo: “¿sabe qué?, debería sentirse orgullosa de su hija, porque se está cuidando”. Pero ese día no me quedó una buena experiencia como para decirle a mi mamá: “sabes qué mamá: esto, esto y esto...”. Tengo un hermano menor y yo soy la encargada de enseñarle: “oye, mira, pues si tu novia esto, pues llévala al doctor; yo con gusto los acompaño, incluso puedo pagar las consulta para que tú y ella se enteren de cómo está”. Pero siempre por fuera.

Debate: Cambio de tema, quisiera que hablaran sobre el amor. ¿Cómo lo definen? ¿Creen que el amor es una cosa pasada de moda? ¿Se han enamorado?... Nadie quiere hablar sobre el amor.

[Risas]

Alumna Café: Realmente llevo poco tiempo pensando en este tema, pero he descubierto algunas cosas. Creo que hay una discusión muy fuerte sobre lo que es el amor romántico, cómo debe ser y todas las cosas que implica, y que está muy lleno de mitos que —además de ser mitos— llevan frecuentemente a situaciones muy violentas o a infelicidad. Entonces, existe la idea de que hay una relación muy fuerte entre el erotismo entre amigos o amigas y el erotismo en la vida sexual de una pareja, como si realmente fuera una situación separada... y esta cuestión de la familia no solo como una relación consanguínea, sino también como una familia de elección. Al final de cuentas, uno va construyendo relaciones en su vida tan importantes que llegan a ser más fuertes y más solidarias que una relación con primos a los que jamás vemos. A fin de cuentas, el modelo de familia continuamente reproduce un montón de roles donde hay relaciones de poder, sobre todo económicas y demás, pero también es posible salirse de ese modelo y, aunque resulte extraño vivir casi en comuna con amigos y amigas y demás, creo que es posible y es muy válido. Las cadenas de solidaridad es posible construirlas, hacerlas visibles y pensarse desde ahí.

Alumno Morado: Primero, el amor ha estado pasado de moda desde que se inventó. [Risas] Segundo, el amor es avaricia, es un deseo de posesión, y no solo el amor romántico; hasta el ágape cristiano tiene profundas raíces de control no solo patriarcales. Es un asunto muy extraño, el amor cosifica, incluso el amor filial. Esto en sí no tiene nada de malo; yo siempre he dicho que, pese a todo lo que digamos aquí —y a la mejor ahorita me linchan—, somos cosas, no somos seres hechos de luz, no somos espíritus, somos cosas, y no hay nada de malo en ser cosas. El problema es cuando convertimos en un contrato ese amor, ya sea el matrimonio o el amor romántico, y empezamos a normarlo, y empezamos a verlo como algo más duradero de lo que es. Un momento muy saludable para acabar con la infelicidad de este mundo sería dejar de reconocer al matrimonio como una institución, y que sea algo que solo se hace en la Iglesia. Bueno, la próxima vez que amen sepan que son el dragón de Nietzsche. [Risas]

Debate: A ver, ¿alguien que disienta?

Alumna Amarillo: Yo considero que la cuestión del amor como que tiene muchas variantes, ¿no? Porque puede ser el amor de cinco minutos que sentiste cuando eras niño. Bueno, no sé, para mí fue así. Cuando era pequeña sentía el amor como te lo plantaban en la televisión, en los medios de comunicación, y al paso del tiempo, igual. En la secundaria conocí a alguien y fue algo así como mi gran amor. Tengo una amiga que es psicóloga y me explicó que en esa etapa se encuentra el verdadero amor, cuando se siente lo que es querer sinceramente. Porque quieres sinceramente, no demuestras ningún interés de por medio, no hay nada impuro, por así decirlo, dentro de ese cariño; es cuando realmente pudiste haberte enamorado. Si a esa edad no tuviste a nadie que te moviera el tapete, que sintieras un amor así, que pensaras: “con esta persona quiero estar toda mi vida”, ya no te enamoraste realmente. Quizá sí puedes sentir ese amor, pero ya no como tal. También considero que es importante aquí la educación, cómo te dicen que tiene que ser el amor, o si no te lo dicen. La educación que nos dieron mis padres es muy contradictoria porque a mí me explicaban cosas de la sexualidad a medias, sobre el enamoramiento, sobre las parejas, pero mi padre me dijo: “hasta los 21 años puedes tener un novio”, [risas] “hasta los 21 años, porque ya eres más grande, ya estás en la universidad y ya te fijas como una meta y no la vas a perder en el camino”. Fue así como un trauma. Obviamente no hice caso a esa condición y era así como: “¿que van decir mis padres? No puedo decir que tengo un novio y lo que siento en este momento, lo que me está pasando en ese momento”. No podía decirles, “mamá, papá, ¿qué se siente estar enamorado o querer a alguien que no sea de tu familia o de tus amigos?”.

Alumna Verde: Como dice Amarillo, el amor tiene muchos significados. Bueno, para mí, el amor es lo máximo... Es espiritual. Creo que puede ser eterno y puede ser efímero, para mí es libre y no tiene edad. Y yo creo que el amor no es el que falla, las que fallan son las personas.

Alumna Magenta: Pues yo soy de la idea de Emma Goldman, de que el amor es libre, lo demás es discursivo para legitimar una institución tan estúpida como es el matrimonio. En mi experiencia, he amado a varias personas al mismo tiempo de diferente forma. Actualmente amo a dos personas: a un machista patriarcal y a otra persona que es pro-feminista. Ahí hay como una contradicción enorme; por una parte, al machista pues lo perdono. Entonces, es muy complicado el tema del amor; ni los revolucionarios más radicales lo han resuelto, ni la anarquía pudo resolver esto.

Alumno/a: Mi propuesta es que cada quien haga su institución amorosa o como le quiera llamar a lo que le convenga. Es como la religión: cada quien la vive como puede, la vive como quiere. Considero que así debe ser el amor, no debe haber una definición —esto debe ser el amor—, sino que cada quien invente su definición. Por otra parte, yo considero que en el amor siempre hay una cuestión de egoísmo. Bueno, esta es mi versión del amor: las personas hacemos cosas para nosotros mismos. No considero que haya un amor altruista; no, el amor es egoísta en todo momento.

Alumno Rojo: Yo iba a comentar algo similar a lo que ella dijo. La concepción que cada quien tiene sobre el amor es muy diferente. A mí me han preguntado varias veces si he amado a alguien. Antes me conflictuaba; ahora ya no porque ya lo resolví. Pero antes decía: “es que, ¿cómo amar, qué es amar, qué se siente cuando amas?”. Y si me dicen: “es querer mucho, es desear, es querer tener relaciones muy seguido, es no sé qué”, entonces sí he amado. [Risas] Pero hay algo que también tiene que ver con las personas y cómo se configura cada pareja. Por ejemplo, hay parejas en que amor es fidelidad, y hay otras parejas en que el amor es ser libres de poder tener sexo con otras personas y, aun así, compartir algunas cosas que con otras personas no vas a encontrar. Esa es la idea que yo tengo: puedes estar con alguien y sabes que tu relación está basada en ciertos principios —confianza, muchas cosas—, y puedes quererlo mucho o quererla mucho, y puedes tener otras parejas o personas con las que tengas sexo. También esa puede ser una forma de amar, pero depende también mucho de las personas, de los recursos con los que cuenten, de la educación... Y pues que siempre se conflictúan con la frase “te amo”.

Alumna Azul: Hola, creo que la idea que yo tenía del amor hace mucho tiempo era el hombre con rosas y chocolates, pidiéndote que seas su novia, pero también me di cuenta, en mi experiencia, de que esos hombre son los más violentos, y posteriormente fui descubriendo que no es eso. Para mí el amor es el que llega, te respeta, te da tu espacio y tu libertad; y si quiere estar, ahí va a estar; y si no, se va a ir. Y el contrato de exclusividad es hasta que tú quieras; el día que tú decidas que no va a ser así, no va a ser así y te vas a ir. Entonces ese es el amor desde mi perspectiva.

Alumna Naranja: Es similar a lo que ya decían. Yo creo que hablar del amor es muy complicado, porque no podemos definir lo que es amor; es como ponernos a definir lo que es democracia: entre más definiciones hay, pues queda más ambiguo.

Alumno Gris: Concuerdo plenamente con la idea de que el amor es algo muy complicado de definir. Yo creo que una de las cosas que están pasando ahorita es que nos estamos dando cuenta de que no puedes simplificar fenómenos tan complejos, de que “¡ah sí!, es desinteresado, ¡ah sí!, es egoísta, es posesivo”. No podemos establecer un universal de amor, porque no existe. En primer lugar, así en abstracto; lo usamos para designar muchas cosas que son diferentes y contradictorias. A mí me han atraído o encantado muchas personas de muchas maneras diferentes, porque cada vez que me he enamorado de alguien es diferente, cada amor es único. No puede haber una definición universal de amor. Creo que cada persona debería tener la libertad de establecer esos términos para así poder realizarse de forma emocional, física o como quiera hacerlo.

Alumna Violeta: Pues yo también concuerdo con esa idea de no ponerle nombre de amor a lo que uno es... no sé. Creo que sí es muy... no sé cómo decirlo. A mí me ha pasado, yo sí me he sentido enamorada, yo sí he sentido el amor por las personas, o por la pareja, o por amigos, o por la familia, o por mi gato. Siento el amor de diferentes formas. Por supuesto, tiene diferentes manifestaciones y diferentes momentos.

Alumna Café: Yo quería comentar algo que una vez escuché y que me pareció muy cierto: el amor no existe, porque los que existen son amores, y cada uno es diferente, y en todo caso vale mucho la pena analizar si vale la pena que un amor de verdad sea considerado como tal, pues no tiene que ser violento, ni de chantajes, ni tener ciertas cosas que a veces nos venden, como la idea de que el amor es sufrir, es dolor y es drama, y que la historia de amor más grande es Romeo y Julieta ¿no?, donde mueren no sé cuantas personas, o sea un amor imposible y demás. O sea, como que hay muchos discursos muy dañinos sobre lo que es el amor que implican mucha violencia. Entonces, es muy bonito darse cuenta de que no existe tal cosa como el gran amor, el amor de la vida, el Amor. Además, también debemos pensar el amor no solo como una pareja, sino también como los amigos o amigas, la familia, incluso las mascotas. También está la idea de que el amor no es solo sexual, y de que el erotismo no es nada más en una pareja sexual, sino que también recibir un abrazo de un familiar un amigo es un tipo de erotismo diferente.

Debate: Cambio de tema. ¿Qué opinan de la promiscuidad?

Alumno Blanco: Muchas veces dicen que los gays somos muy promiscuos —yo soy gay—, pero yo he descubierto que no. Aunque claro, a mí no me importaría para nada tener sexo casual con alguien que acabo de conocer hace cinco minutos; o sea, no hay ningún problema, si yo al menos logro separar el hecho de “cogemos” y el hecho de “quiero algo contigo, como una relación”. Normalmente es muy racional el asunto de: “¿sabes qué?, quiero esto contigo”.

Alumna Café: Yo supongo que la promiscuidad suena como sexo muy frecuente, con muchas parejas, pero es igual: ¿por qué pensar que el cuerpo, nuestro cuerpo, pertenece en exclusividad a alguien? ¿Por qué no pensar que somos dueños de nuestro propio cuerpo y de nuestro propio placer? A mí me parece, por escandaloso que pueda sonar, que es bastante genial, en realidad, esto de poder tener sexo con varias personas. Pero no como una cuestión de estarse escondiendo, sino como algo abierto y claro, ¿no? A mí en particular me cuesta mucho trabajo no vincularme emocionalmente de alguna forma con una persona con la que tengo sexo. O sea, me parece muy difícil pensar que solo es un acto sexual y ya. Incluso el caso más superficial lo veo como una complicidad. Digamos que las personas con las que me relaciono sexualmente nunca me dejan de importar. De alguna manera, siempre los tengo en mucha estima y creo que no puedo hacerlo de otra manera; si lo hiciera de otra manera, si no me importara, yo sentiría que las traté como objetos. Aunque no me relacione como si fuera una pareja, y como esta cosa extraña romántica, no me dejan de importar como personas.

Alumna Púrpura: En referencia al sexo casual, en las entrevistas me llamó mucho la atención que a las chicas cuya orientación es heterosexual les da miedo de cierta forma; o sea, sí les llamaba la atención, sí les hubiera gustado hacerlo, pero les da miedo porque con su pareja estable tienen una forma de compartir la responsabilidad. En cambio, cuando practican sexo ocasional, la responsabilidad es propia, es tu responsabilidad: si te vas a meter con una persona, entonces, claro, tienes que cuidarte. Es un poco el miedo que les da estar con otras personas, y, bueno, también en lo personal.

Alumna Amarillo: Yo voy a dar mi opinión sobre el sexo casual, pero quiero dejar en claro que yo todavía no he tenido sexo ni nada, sino que sigo siendo virgen. Me llama mucho la atención porque todas mis parejas, mis ex-novios, siempre me han preguntado: “¿y por qué no lo has hecho?”. En un momento yo no podía contestar a eso; pero ahora, ya con esta clase y con todo lo que hemos ido aprendiendo en mis experiencias, me he dado cuenta de que en un principio era por un prejuicio, pero también ha sido el miedo a que sea con una persona que no... o sea, que tengas la responsabilidad de que sea con alguien... como mi pareja estable, que sea como “¡ah!, voy a compartir esa responsabilidad”. Porque si llega a ocurrir con alguien que no es mi pareja y quedas embarazada, dices: “bueno, yo voy a atender a lo que fue un acuerdo, a lo que llegamos en que solo iba a ser por esa ocasión y ya”... Pero ya ahora pienso y digo: “bueno, va a ocurrir en el momento en que menos te lo esperes, y va a ser lo más placentero posible, ¿no?”. No me importaría que dijeran: “¡ay, eres una promiscua por andar teniendo relaciones sexuales con muchas personas!”.

Alumno Negro: Bueno, yo veo la promiscuidad como asunto de cada quién; si él aguanta y ella aguanta, ¿cuál es el problema? [Risas] Se busca el placer, lo ha dicho Freud: deseamos, deseamos algo, acercarnos los hombres a una mujer. Se dice a veces en plan de amigos, pero no, hay algo más, ¿no? Entonces ya depende de cada persona. O sea, depende obviamente, como decía mi compañera, de la responsabilidad de cada quien y la protección debe estar siempre presente para evitar cualquier tipo de enfermedad o problemas que pueda acarrear todo esto, ¿no? Y bueno, ya en mi opinión, lo que no me agrada es cuando, más que nada los hombres, hablan como si fueran aventuras superépicas, superépicas. [Risas] Yo tengo amigos que pintan las aventuras que...

Alumno Rojo: Y seguro ni se les para.

[Risas]

Alumno Negro: Se ponen en un plan que denigra tal vez a la mujer, así como de: “bueno, la mujer me sirvió para un rato, pero pues ya no la he vuelto a ver, ni siquiera supe su nombre, pero me la pasé bien chido con ella”, y siempre es así; siempre cada fiesta y cada aventura que a mí, en lo personal, no me agrada, ya que degrada mucho al sexo femenino.

Segunda sesión (24 de mayo de 2013)

Debate: Tengo varias preguntas, palabras clave sobre las que me gustaría que opinaran. Una es el feminismo, que piensen si son o no, si se consideran o no feministas, en qué medida sienten o no identificación con el movimiento feminista, en general o en México; qué piensan de las personas que nos auto denominamos como feministas; ese es un tema. Y el otro tema es el del aborto, me gustaría mucho oír sus opiniones.

Alumna Violeta: Yo sí estoy a favor de la despenalización del aborto. Creo que es muy difícil, ¿no?, hablar sobre maternidad, sobre embarazos y todo eso a nuestra edad. Yo creo que si no estás preparada para traer a alguien a este mundo, o sea, si ni siquiera sabes cómo educarlo y cómo vas a financiar todo lo que va a necesitar y requerir para su crecimiento... un ser humano no tiene por qué venir a sufrir carencias. Cuando no estás preparado, no es justo, y no darle una vida digna, no. Entonces, yo sí estoy a favor de la ley que se aprobó en el Distrito Federal. Me parece terrible, por ejemplo, cuando las mujeres quedaban embarazadas en las violaciones, abortar era así como igual a pecado, ¿no? Estaba prohibido abortar. Yo sí estoy a favor, una mujer no tiene por qué ser reprimida en su cuerpo y en su —¿cómo se dice?— maternidad. Yo sí estoy a favor del aborto.

Alumno Blanco: Yo creo que el tema del aborto se ha vuelto muy complicado. Como hombre, se me hace curioso que muchos de los que opinen sobre el tema sean hombres. Creo que es un tema, pues, si bien a veces pasa como en una situación de pareja, de papá-mamá, novio-novia, creo que la mujer debe tener la última palabra en la decisión que atañe a su cuerpo, que atañe a su desarrollo de vida, a su desempeño. Estoy a favor porque creo que hay muchas chicas que se ven obligadas a hacerlo y que lo hacen en condiciones pésimas de salud. Eso complica mucho más las cosas; pero también creo que es una decisión muy difícil. Yo tengo como tres amigas que han tenido que abortar y, aparentemente o a simple vista, es como fácil: “antes de las 12 semanas voy a una institución y me hacen el procedimiento, etc., y a los tres días estoy bien”. Creo que no, creo que queda mucha culpa, y creo que es una decisión muy difícil; que, muchas veces, las chicas la toman solas porque nadie las comprende, ni sus parejas, ni sus amigos, ni su familia. Creo que es un tema muy delicado, que las chicas deben de estar muy bien informadas, que deben de estar muy bien apoyadas por muchas personas y que está bien que el Estado tome cartas en el asunto, al menos proporcionarles ese derecho.

Alumna Violeta: Comentando un poco lo que dice Blanco, me llama la atención porque he tengo amigas que han tenido que abortar... Pero, como dices, efectivamente es más una cuestión moral, es como de cada persona, porque obviamente, si no tienes una vida sexual responsable... Y lo repito: el niño no tiene por qué sufrir; o sea, ellos merecen una vida digna, que los hayan querido desde el vientre de la madre. Del amor y todo eso. No puedes solo pensar en ti, sino en esa persona, en ese pequeño ser que traes, que está contigo. En saber si le vas a dar calidad de vida, si vas a poder educarlo. No nada más es pensar si me da remordimiento, o qué van a decir los demás si se enteran de que tuve un aborto y todo. También hay que pensar en esa persona, ¿no?

Alumna Café: Yo estoy de acuerdo tanto con lo que dice Blanco, como con lo que dice Violeta. Primero, con lo que dice Violeta. Una prima mía salió embaraza a los 15 años y tomó la decisión de tener a su hijo. Igual y no tenía la opción de abortar en esa época, ¿no? Pero considero que desde que ella supo que estaba embarazada, podía tomar la decisión de abortarlo, porque la vida que le está dando no es la más adecuada, no es la mejor; porque la educación se la está dando la abuelita de la niña, o sea, mi tía, y la atención también se la está dando ella. Mi prima no le tiene paciencia, no sabe cómo educarla, prácticamente su abuelita es su mamá. Mi prima no tuvo la oportunidad de casarse con el papá de la niña y tampoco el papá se hizo responsable. La decisión debe ser de las dos partes, pero también más de la mujer, porque ella es la que debe cuidarse durante nueves meses para mantenerse bien, para que el bebé nazca bien. Y, bueno, cuando hice la entrevista para esta cuestión del sexo ocasional, el chico con el que estuve platicando me dijo que sí, que a pesar de que a él no le gustaría tanto que su pareja abortara, porque él sí se responsabilizaría, consideraba que la última palabra la tenía la mujer, que ella era la que se iba a hacer responsable; que el papá, aunque estuviera muy apegado a su bebé, no siempre iba a tener la responsabilidad, como la madre. En este caso, la mujer debe saber, estar informada de los riesgos que pudiera correr y pensar en la vida que lleva en su vientre.

Alumna Naranja: También estoy a favor del aborto independientemente del motivo por el cual se haya embarazado la mujer: si fue porque tenía una sexualidad libre o porque fue una violación. Muchas veces, cuando una mujer queda embarazada por ejercer su libre sexualidad, piensan que te tienes que hacer responsable de tus actos, asumir las consecuencias. Pero bueno, yo creo que entra un poco lo que habían comentado, no nada más eres tú, sino la persona que vas a traer al mundo. Yo creo que aquí no tenemos experiencia en hijos, pero pienso que debemos tener tanto estabilidad económica como emocional para poder traer un hijo al mundo. Y también es un poco subjetivo, porque, por ejemplo, lo que yo pienso darle al niño es diferente a lo que otros querrían para él.

Alumno Gris: Yo creo que las mujeres deben de tener el derecho de abortar por cualquier circunstancia. Creo que es muy peligroso cuando uno como hombre interviene u opina al respecto. Hay una gran cantidad de insensibilidades encontradas. Yo estoy consciente de que nunca entenderé esa experiencia, nunca lo viviré, pero yo creo que las necesidades reales apuntan a que las mujeres decidan. Y es un hecho histórico que los hombres han sido quienes deciden sobre los derechos de los demás, de la vida social y, en ese sentido, muchas veces el tema del aborto se polariza en muchos aspectos. Primero, en el aspecto moral de la vida del producto; y, segundo, las cuestiones religiosas pueden estar involucradas. Yo creo que es un asunto exclusivamente de las mujeres. Y por las mujeres no me refiero a colectivos, porque finalmente, cada quien tiene su propia moral, y cada mujer debería tener derechos sobre su propio cuerpo. Las personas tienen derecho a hacer lo que quieran con sus cuerpos, y, en ese sentido, el aborto sería un derecho fundamental. Deberían decidir ellas, no nosotros los hombres. Y en las circunstancias que podrían juzgarse como utilitariamente materiales más favorables para los hijos, pero ese es un debate más complicado. No estoy de acuerdo con la idea de que la responsabilidad sea de la pareja, de los dos; yo no estoy de acuerdo con esa idea por una razón: en la realidad práctica, aquí en México y en el mundo —o en la mayor parte del mundo—, lo padres abandonan, es un hecho que los padres abandonan a su pareja y al hijo que tienen, al hijo no deseado, o deseado también. Entonces, si metes a una parte que generalmente está ausente en algo que es decisión del cuerpo de las mujeres, me parece que no tiene ningún sentido, por eso tiene que ser una decisión exclusivamente de la mujer.

Alumna Verde: Pues yo estoy más a favor del aborto que en contra, 60% contra 40%, ¿no? Porque bueno, con respecto a lo que dijo Blanco, yo también he conocido gente que ha abortado y se la pasa muy mal; o sea, viven con esa culpa. Tengo una amiga que abortó hace como cuatro o cinco años y todavía está muy presente eso; es una decisión bastante difícil, ¿no? También conozco a una persona que hace muchos más años abortó, ahora que quiere tener un hijo no puede tenerlo y pues vive con ese sentimiento de: “¿por qué aborté y ahora que quiero un hijo ya no se puede?”. Pero le doy ese 60% al sí al aborto porque siempre he tenido esa percepción de que las leyes se ubican en ese “sí a la vida, pero no a la calidad de vida”. No se enfocan en qué calidad, ¿no? Por ejemplo, lo de la eutanasia. O sea: prolonguemos la vida lo más que se pueda, pero, ¿qué calidad de vida le estás dando a la persona y a la gente que convive alrededor de esa persona?

Alumna Magenta: Pienso que el aborto tendría que ser un recurso último, porque no deberían de existir las violaciones, la información tendrían que ser accesible para todas las personas. Pero como sabemos que eso es una utopía y no es verdad, entonces el aborto no debe ser prohibido por ninguna ley, por ninguna persona. Porque hay diferentes circunstancias, por la calidad de vida. Y yo, particularmente, lo haría porque no quiero tener un hijo, porque no quiero. O sea, yo no puedo querer a una persona por el solo hecho de que estuvo en mi vientre, ¿no? Bueno yo pienso así, claro. Y obviamente no se debe de ver como un pecado, porque ni siquiera podemos hablar de ser humano cuando todavía es un embrión.

Alumno Negro: Yo considero que hay mucha presión social siempre en estos temas, ¿no? Lo que vemos aquí tal vez es una perspectiva de una rendición de cuentas por parte de las mujeres hacia la sociedad. En cuanto surgen temas tan polémicos como el aborto, la eutanasia, matrimonios homosexuales, etc., siempre llegan distintos sectores a opinar y todo mundo es opinólogo: este quiere imponer lo que él o ella consideran importante, pero —lo acaban de mencionar— la última decisión es de la que sostiene el embarazo, de la mujer que está embarazada.

Alumna Azul: Ningún método anticonceptivo marca 100% de protección, o sea, creo que el más eficaz es de 98% algo así, y son muchísimos los factores por los que puede fallar ¿no? De que si subes tantito de peso, tus ritmos hormonales ya bajan el porcentaje de protección, el condón se rompe... Y es la mujer la que a fin de cuentas lleva la carga más pesada. Pero tampoco estoy tan completamente de acuerdo con lo que dice Gris de que no nada más es una decisión, porque pienso que depende mucho de las circunstancias. O sea, obviamente si la mujer fue violada o algo por el estilo, pues es una decisión solamente suya. Pero si es una pareja estable o si es un matrimonio o si se juntaron o lo que sea, pues no solamente es su hijo, es también el hijo de él, y cuentan las opiniones de los dos, cuenta la responsabilidad de los dos.

Alumno Ocre: A mí en esta temática, más que el debate sobre si es decisión de la mujer o no, me parece que hay puntos más importantes. Y hablando sobre esta cuestión de la juventud, de los 15 a los 24 años, tenemos garantizados como jóvenes (bueno voy a hablar muy someramente) el libre ejercicio de la sexualidad, la privacidad en el ejercicio de nuestra sexualidad y, lo más importante que me parece y antes de la cuestión del aborto, la instrucción, la educación sobre salud sexual —entendida como el disfrute pleno, tanto psicológico como físico, de nuestra sexualidad, ¿eh?—. A mí me parece que, en este sentido, por un lado, nos limitan, o a la mujer le limitan la opción del aborto. Pero, por otro lado, tenemos a una población en México con 47% de pobres que probablemente no tienen ni siquiera acceso a los métodos anticonceptivos, y es precisamente esa gente la que más se embaraza; la gente en pobreza patrimonial y pobreza alimentaria, son como 20 millones de mexicanos.

En ese sentido, me parece que no; o sea, estoy totalmente a favor de la despenalización del aborto, pero creo que hay un punto crucial anterior a la cuestión del aborto y que no se discute tanto, no se debate; y es precisamente la información que tenemos nosotros para utilizar métodos anticonceptivos. No solo conocerlos, porque el noventaitantos de la población joven conoce al menos un método anticonceptivo, pero no sabe cómo utilizarlos o no tiene acceso al método anticonceptivo. Inclusive hay un estudio en donde los estados del Bajío presentan especialmente negación a brindar los servicios de salud sexual, sobre todo brindar métodos anticonceptivos, en especial la pastilla, la post-day.

Alumna Magenta: Pienso que la decisión sí debe ser de las mujeres, porque por ejemplo: aunque tengas una pareja estable, si él quiere tener un hijo y tú no, entonces tú no te vas a limitar por la decisión que él haya tomado. Eso por una parte. Y además, considero que sí hay un problema más de fondo: un dominio que muchas veces ni siquiera podemos vislumbrar, porque se encuentra tan arraigado en la vida cotidiana de las personas, que pensamos que solamente con las leyes ya nos vamos a poder liberar. Y eso no es así, o sea, a pesar de que haya leyes como la de la igualdad, la de no violencia, leyes generales que se aplican a toda la república, aún no podemos ser libres completamente.

Alumna Violeta: Nosotras somos dueñas de nuestro propio cuerpo. Pero, hablando política, social y económicamente, sabemos que una mujer, no solamente en México, sino en todo mundo, es independiente cuando tiene poder adquisitivo. Cuando tiene un trabajo, cuando tiene estabilidad económica, cuando puede sustentarse. Muchas veces, la mujer es la cabeza del hogar ¿no? Trabaja, cuida a los niños, aparte hace de comer y en algunos casos hasta mantiene al marido. Entonces, el problema cuando la mujer no puede ser dueña de su propio cuerpo o tomar la decisión de abortar es que está sometida a lo que el hombre diga, porque es el que lleva el gasto. Como vemos en una sociedad muy machista: “yo doy el gasto, tú tienes que hacer esto”, ¿no? Tengo una amiga que tiene mi edad, 22 años, y tiene tres bebés. Y le dije: “¿Sabes qué?, ya es hora de que te operes, o utiliza un método anticonceptivo y opérate, ya tiene suficientes hijos, ya no más”. Y me dijo: “Es que ¿sabes qué?, es que Christian —su pareja— quiere tener todavía otro hijo”. Y le digo: “Él, ¿y tú que quieres?”. Y me dice: “Es que yo ya no”. “Y entonces ¿qué estas esperando?”. “Es que me dijo que si yo me opero, él se va ir, me va a dejar sola con mis hijos”. Entonces volvemos a lo mismo: como ella no tiene poder adquisitivo, no puede decir: “¿Sabes qué? Lárgate, yo puedo cuidar a mis hijos, yo puedo mantenerlos”. Ella se somete y es lo que él diga, lo que él quiera. Entonces, eso es lo político y lo social.

Alumna Azul: También hablaban de los estratos bajos de la población, y yo creo que aquí hay un choque en cierto sentido. Porque, por ejemplo, si hablamos de comunidades indígenas, tienen su cultura, sus tradiciones. Cuando lo ves de frente, son mujeres que tienen hasta ocho hijos, o sea, que son golpeadas, que son vendidas todavía. Entonces, yo creo que sí, en ciertos estratos, la cuestión económica es definitoria, pero también hay otra carga y creo que es la carga moral, incluso religiosa; o sea, aunque yo tenga dinero y él no me da el gasto, ¿cómo me voy a ver yo sola ante la sociedad?, aunque yo tenga todo para sobrevivir y para mantener a mis hijos, creo que no es puramente económico.

Alumna Lila: Yo concuerdo con la opinión de Azul, porque a una mujer siempre se le está preguntado que si ya tienes novio, cuándo te casas, y si ya te casaste, cuando vas a tener un hijo. Siempre está, a pesar de los grandes avances que se están dando en el país. Me parece que la maternidad es un tema de dominación muy importante en México... y en los países desarrollados también. Se me hace interesante, porque siempre está esa sanción: podrás ser profesionista, podrás alcanzar tus metas, pero nunca vas a ser una mujer plena si no tienes un hijo.

Alumno Ocre: A mí me parece que lo primero que nos limita es la división sexual del trabajo, ¿no? El hombre como ente productivo y la mujer como ente reproductivo, y siento que en ese sentido la relación de dominación del patriarcado sobre las mujeres... es esta asignación de la mujer como madre y como ser reproductivo y multiplicar a la especie en este sentido... Yo creo que ahí es donde descansa toda la polémica, toda la cuestión del poder que existe sobre la feminidad. Creo que la permisión del aborto es un golpe muy fuerte a esa relación de dominación que tiene el patriarcado sobre la feminidad. Y creo que es el verdadero reto a la autoridad patriarcal, de la figura de autoridad. Es como una emancipación por parte de la mujer; es decir: “yo no quiero este papel”, “yo no quiero ser madre o lo quiero ser por decisión y no por obligación”, “yo quiero ser astronauta, pero no quiero ser madre”. Entonces, ese es el reto; el patriarcado pierde poder, pierde dominación el hombre sobre la mujer.

Alumno Morado: Ahorita dijeron algo muy interesante: se tiene que dar todo por los hijos, seas hombre, mujer o mapache. Tener, engendrar algo no es una cuestión de afecto. El resto de tus días vas a dedicarte a hacer algo por ellos, por lo menos unos 20 años. Siendo mucho de decisión, el aborto no debe ser tanto una decisión o no debería ser tanto una decisión, debería ser más bien un mandato. Conozco mucha gente que ha abortado y conozco más gente que debería haber abortado. [Risas] ¡Sí! El problema es: hay otra vida en juego, y más allá de si lo matamos o no lo matamos, ¿estás preparada para sustentar emocionalmente a esa cosa? Y si logramos establecer un sistema en donde todo engendro es una decisión, todo engendro no decisivo es un aborto automático. Suena a veces como que está tomando el control de todo. No sé, de repente ya no solo es tu cuerpo, no es solo que vas a perder a un bebé, es otra vida. Bueno, tengo demasiados sobrinos que son horribles, y porque precisamente sus padres salieron embarazados y no están preparados. Entonces, ¿qué tal si establecemos un programa? ¿Quieres tener un hijo? ¡Ah! Tienes que ir a un curso de capacitación como mujer, como padre, como hermano, como familia; y una vez que tengas la capacidad de sustentar emocionalmente a otro individuo tienes derecho a tener un hijo, ¡uno, uno!

Alumna Naranja: Antes de mi comentario yo tengo una duda de lo que dice el compañero, porque en la sesión pasada él dijo que todos éramos cosas, y ahorita está hablando de vida, es otra vida, entonces no somos cosas, ¿no?

Alumno Morado: La vida es lo que hacemos con ella, si me siento aquí y espero el fin del mundo, mi vida no tiene sentido. Somos cosas, ¡sí! El asunto es que tenemos la capacidad de ser más que cosas. Es así, dicotómi- co, contradictorio, al final de cuentas quiero llamar a veces un poco a una humildad ontológica, porque a veces de repente oigo cómo se habla aquí y parece como... si yo soy pasivo, dejas de ser vivo, ser social, dejas de existir te vuelves cosa. Es muy complicado, pero somos cosas con potencial de ser poco más que cosas por cierto tiempo, por medio de nuestras acciones. Por eso hablo del derecho a una vida, ¿tienes derecho a vivir? No sé, ¡gánatelo!

Alumna Naranja: No creo que tendría que ser un mandato, porque, bueno, yo no conozco a ninguna persona que haya abortado a mi alrededor, pero me puedo imaginar: puede haber una mujer que haya sido violada y, aunque obviamente el acto no fue consensuado, puede que ella quiera tener al hijo. A lo mejor, igual moralmente, presionada por su familia, pero que al final ella tome la decisión, ella misma: “no lo planeé, pero lo quiero tener, lo voy a tener”.

Debate: Vamos a cambiar de tema. Entiendo que Julieta Venegas queda embarazada y agarra su criatura y no le informa al padre porque no le interesa. Y ahora la noticia es que alguien decidió que va exigir que se le haga una prueba de paternidad, una prueba de adn, para ver si la criatura es suya. Aquí me gustaría oír sus opiniones.

Alumna Azul: Dejando de lado un poco el caso de Julieta Venegas, pasándolo a un plano como más general, me parece una idea hermosa en el sentido de que es muy romántico. Digo, o sea, yo creo que el hombre también tiene derecho, no solo es el derecho de la mujer, sino también el hombre. El hecho de decir que voy a ser madre, que voy a tener un hijo... es una idea romántica de ella. Pero el hombre tiene el mismo derecho de soñar y de decir: “voy a ser padre, voy a cuidar a alguien”. Es lo mismo. Yo creo que tanto el hombre como la mujer tienen derecho; o sea, si la mujer dice: “yo quiero cuidarlo sola”, y el hombre está de acuerdo, adelante. Y si el hombre dice: “tenlo, yo lo cuido” y la mujer dice que está de acuerdo, adelante. Creo que ambos tienen derecho...

Alumna Naranja: Yo creo que más que el derecho de él o ella, también es el derecho del niño. Regreso a lo de Venegas, ella dice: “yo no necesito de esa figura para criar a mi hijo”. Pero, ¿qué tanto la necesita ese niño? Estamos en un mundo donde la mayoría de la construcción social es así, ¿no? Mamá y papá, la familia heterosexual. Entonces, ¿qué repercusiones puede traerle a ese niño? No es a lo más definitorio, pero sí es influyente y creo que también habría que ver. No dudo de la capacidad de ella, y de cualquier mujer, para darle lo que necesite económica y emocionalmente, pero ese niño en el entorno en el que se va desenvolver. Yo creo que sí influye; por eso, habría que ver también el derecho del niño y no nada más...

Alumna Magenta: Es que, hablando de Julieta Venegas, pues es una figura pública. El padre, el supuesto padre, ese hombre, ¿qué intenciones tuvo?, o sea, ¿para ser famoso o para qué? ¿O para cuidarlo realmente? Y ya opinando de manera generalizada, pienso que depende de las circunstancias, de los acuerdos que se tengan, porque tampoco hay que dejar de lado las leyes o los reglamentos, porque entra lo que es el reconocimiento de los hijos fuera del matrimonio; eso que está establecido en el Código Civil Federal. Se tendría que vislumbrar el caso en particular para definir qué hacer.

Alumno Blanco: Sobre lo que dice Naranja, lo de los derechos del niño... como que ese discurso se utiliza más para defender el statu quo, a veces. Entonces, para ti, ¿el niño tendría derecho a una mamá y un papá?

Alumna Naranja: No, bueno, puede que la pareja sea mamá-papá, pero puede ser mamá-mamá y papá-papá, ¿no? Pero yo a lo que me refiero es que estamos en una sociedad donde la familia está como hegemonizada, por decirlo así, en ese papel heterosexual de la pareja.

Alumno Blanco: Sí, y a lo que iba es que muchas veces se usan discursos como “los derechos del niño”, de tener papá y mamá, como si se hablara más de. pues sí, de un ente, una pa“rte de la comunidad que necesita estar protegida, cuando en realidad se están reproduciendo patrones. O sea, no por el hecho de no tener una familia de heteros, o sea, una mamá y un papá, o sea, un núcleo de dos, el niño no va a tener los roles o los patrones tanto masculinos como femeninos. Eso también es un mito, porque el niño va a recibir los patrones de otros miembros, la figura paterna y la materna, la figura femenina y la masculina, porque vive en una sociedad dividida entre masculino y femenino. Pero el hecho de hablar del derecho de un niño a la familia, a esta familia por tradición nuclear, etc., muchas veces cae en ese discurso...

Alumno Gris: Precisamente, yo abogo por una visión mucho más cínica. Yo creo que sentar el precedente de que el padre puede reclamar cosas, a partir del supuesto derecho a paternidad, se presta más a la extorsión que a cualquier posible beneficio. O sea, básicamente es una manera en la que esta persona podría extorsionar de una manera emocional o material a la pareja. Yo no le veo ningún sentido; si son padres, que se hagan responsables en el momento, si no, no tienen nada qué hacer. Se presta, primero, como figura jurídica, a muchos enredos; y segundo, yo creo que abogar por los derechos de los hombres, por el derecho a ser padres, se me hace un alegato históricamente fuera de lugar. En este momento, no es relevante esa cuestión, ese alegato por el derecho de los hombres a la paternidad. Realmente, con todas la ventajas que siguen disputando los hombres, es irrelevante, vaya, históricamente contraproducente y sería morderle de nuevo los pocos derechos políticos que ha ganado la mujer. Sería morderlos de nuevo con la parte que es históricamente dominante; sería volverlos a tirar, a ponerles más cadenas y limitantes a algo que apenas en el siglo xx se comenzó a liberalizar.

Alumna Verde: Como Julieta Venegas es una figura pública es muy común eso, ¿no? Es algo que se ha venido dando desde antes... esa imagen de las mujeres independientes, que toman decisiones. No sé, llevan todo un discurso detrás, yo creo. Y bueno, yo creo que estuvo mal lo que ella hizo. Me acordé del caso de Michael Jackson: uno de sus amigos le donó esperma, entonces ahora que muere Michael Jackson su amigo sale a decir: “yo soy el papá”. Y al ser una figura pública algo debe de haber ahí... se me hizo una decisión muy errónea, tomada muy a la ligera.

Debate: Vamos a pasar a otro tema: ¿qué opinan del feminismo, cómo ven el feminismo, se consideran o no feministas, cómo ven a las feministas, a los feministos?

Alumna Magenta: No sé, estoy como en construcción apenas, pero yo consideraría que sí soy feminista porque reivindico muchas de las propuestas feministas que se han venido dando a lo largo de los años. Pienso que el feminismo es una lucha inacabada, que se está construyendo; es decir, que ya se rebasó al feminismo liberal y ahora viene el posfeminismo o el feminismo posmoderno; entonces, siempre va a haber, hasta que no se termine el sistema patriarcal capitalista, el sistema sexo/género. Siento que todavía es actual esa lucha de las mujeres y de personas que no se autodenominan como mujeres ni como hombres, pero que tienen esa vinculación con esas luchas feministas.

De los feministos no sé, ¿sabes? Creo que los hombres a la vez sí pueden ser feministos pero a la vez no. [Risas] Es que, por el hecho de ser hombres, o sea, hablo de los heterosexuales. Por ejemplo, tengo un amigo que es pro feminista, pero todavía no puede dejar de ser hombre —jerárquicamente superior, dominador—, al estar situado en un lugar de ventajas con respecto a nosotras las mujeres. Es un tema, no sé, que me hace mucho ruido.

Alumno Blanco: Ese tema de los hombres feministas es uno de los temas de género. Yo participo en un grupo de chicas feministas en la Facultad y soy el único hombre en ese grupo. Siempre les pregunto que si soy feminista, porque me cuesta trabajo considerarme feminista, ya que a veces no entiendo muy bien desde dónde se parte. Y me dicen: “es que un hombre nunca va a ser completamente feminista porque no vive lo que la mujer”. Y estoy de acuerdo, un hombre nunca va a vivir lo que una mujer. Pero sí creo que hay puntos de coincidencia en que el hombre puede ponerse suficientemente empático con la situación de las mujeres, ¿no? Por ejemplo, lo que tú dices: “no sé si un hombre heterosexual pueda hacerlo”, y quizá los hombres que no participamos en el modelo heterosexual tengamos otro punto de vista, pero aun así tenemos esos privilegios del sistema patriarcal que nos sitúan en un lugar diferente que a las mujeres, independientemente de si somos heterosexuales, homosexuales, bisexuales, etc. A veces, mis amigas me dicen: “es que no lo eres, aunque sí eres feminista, porque piensas como feminista”. Entonces, yo ya no sé que soy. [Risas] Es que a veces piensas más como hombre patriarcal y a veces más como feminista. Siento que es un poco complicado para los hombres decirnos: “yo sí soy feminista”, “yo no soy feminista”, etc.

Alumno Gris: Se me hace una presunción, primero lógicamente absurda y, segundo, extremadamente peligrosa que los hombres no puedan ser feministas. La cosa del feminismo es una causa de justicia social, y presumir que los hombres no pueden ser feministas porque no viven la situación de las mujeres es como si no pudieran existir antiesclavistas blancos porque no vivían la situación de los negros. O sea, la situación es que al ser cuestión de justicia, cualquier ser humano puede estar consciente de ello no desde un punto de vista de hombre, mujer, cosa, lo que quieras; sino desde el hecho de que eres un ser humano, de que es una situación de injusticia que viven otros grupos de seres humanos, aunque no sea el tuyo. El hecho de que puedas distinguir, en primer lugar, una injusticia y, en segundo, darte cuenta de que existen caminos razonables y soluciones a esa injusticia, es formar parte de un movimiento, formar parte de cierto activismo. Yo no necesito ser de esas personas que trabajan en Asia oriental, en las fábricas de Apple para saber que trabajan en condiciones terribles. Yo no necesito trabajar con ellos para saber que su situación es terrible y debe ser combatida.

Alumna Café: Yo tengo como tres años considerándome feminista; igual comparto esas posturas de que no es necesario ser mujer para ser feminista. De hecho, ojalá que todas las mujeres fueran feministas, pero no es así; creo que considerar a algunos hombres como feministas ¿qué mejor, no?, que muchos hombres pudieran considerarse feministas. La cuestión aquí es que los feminismos no son algo acabado, incluso como una postura ética no es algo acabado, porque al final de cuentas vivimos en un sistema que nos moldea de cierta forma. Y siempre es necesario hacer ese ejercicio de autocritica, de qué actitudes en términos éticos estoy tomando, cómo estoy viviendo mi feminismo. Entonces, tengo más como la curiosidad sobre esa cuestión de los trans-feminismos, que son como la pelea por cambiar el sujeto histórico del feminismo. Históricamente han sido las mujeres como una clase oprimida, digamos. La cuestión aquí es entender al hetero-patriarcado, ¿no? Eso implica reconocer que la violencia que puede haber en el sistema respecto a ciertos sujetos varía. Creo que es mucho de ética y de consciencia también para el quehacer político del feminismo.

Alumno Plateado: Compartiendo la opinión con Gris, siento que es importante en el tema de los hombres feministas tomar en cuenta que parte de la violencia de género es justamente eso, dividir el binomio masculino/femenino, hombre/mujer. Y el hecho de que, cuando alguien excluye al otro, se entra en un conflicto. La lucha feminista es una lucha de causa social, de igualdad, de equidad, de justicia. Efectivamente, puede haber hombres machistas y puede haber hombres feministas, de la misma manera que puede haber mujeres machistas y mujeres feministas. El problema es que, en la meta a la que queremos llegar, la construcción de la igualdad, no podemos limitarnos, no nos podemos simplemente limitar a “porque eres hombre no eres feminista”.

Alumna Amarillo: Bueno, yo no me considero feminista como tal, la verdad es que sí conozco sobre el tema, pero no a profundidad como para considerarme feminista. Pero eso no quiere decir que no esté a favor de esas reivindicaciones, de la equidad. No de la igualdad, porque obviamente nunca vamos a ser iguales un hombre y una mujer, fisiológica y genéticamente, ¿no? Pero sí considero que es importante que se luche por estas cuestiones de la equidad y que también haya tanto hombres como mujeres que se interesen en ellas. De que si un hombre también puede ser feminista, ¿por qué no? Y una mujer, bueno si no eres feminista, pero sí te interesan los temas de género que tienen que ver con las mujeres, no necesariamente tienes que estar como arraigada con una idea para defender ciertos derechos que también te corresponden como ser humano.

Alumna Rosa: Yo tengo una pregunta, o sea, ¿qué significa ser feminista? O sea, si simplemente es estar de acuerdo con todas las causas por las que luchan o realmente es ser activista de cierta forma. Porque varios de aquí, no quiero hablar de ellos, pero pues serían feministas porque están a favor de esas causas y creen en la justicia social, ¿no? Pero a mí me surge eso porque, entonces, ¿simplemente es estar de acuerdo con eso o es realmente hacer algo práctico para llevar a cabo esas consignas?

Alumna Lila: Yo empecé a entrar precisamente a estos temas de género hace aproximadamente un año, y también llegué a esta crisis, ¿no? ¿Qué es ser feminista? Porque, por un lado, está el feminismo visto como ese de las mujeres radicales, casi casi corta penes [risas]; es como esa imagen, no sé, quizás estadounidense. En un principio, me costó asumirme como feminista porque tampoco conozco muy bien el tema; sin embargo, fui a una charla y alguien me dijo que el feminismo solo es una forma de vida y que no hay que conocer la historia ni conocer cuántos temas de feminismos hay; es importante, pero mientras partieras de esta cuestión crítica para lograr una mejor justicia social, eso bastaba. Y bueno, considero que desde la vida cotidiana sí trato de cambiar estos patrones, y sí los he cambiado a veces. También me gusta reflexionar con otras personas que todavía no han tenido este proceso de sensibilización y pues, desde ahí, sí me considero como feminista.

Alumno Negro: También me genera conflicto la definición del feminismo. Con base en la experiencia, bueno, yo no me considero ni feminista, ni marxista, ni comunista, ni ningún “-ista”; no me gusta casarme con ningún pensamiento o con un solo autor. Pero sí pienso que el feminismo es, más que una forma de vida, un pensamiento que se derivó de intensas movilizaciones en el siglo xx, que ahorita están teniendo resultados, están siendo estudiados por la academia y eso ya es un gran avance. Tal vez yo no trabaje en plantíos donde maltratan a los campesinos, no soy mujer y no siento lo que sienten las mujeres en el embarazo o todo lo que sufren, ¿no? Pero por el simple hecho de ser persona tengo cierta sensibilidad hacia los demás y hacia los actos de estas personas. Entonces, a la conclusión que yo también llegué después de tanto pensar —y también este curso me ayudó mucho— es que no estoy dentro de una ideología muy radical, el pensamiento ese femininazi en el que las mujeres odian a los hombres... No, pues yo considero que primero hay que respetar. Si una parte del ala feminista exige respeto, también hay que tener respeto hacia los grupos que consideren opresores, llámese el hombre europeo blanco, ¿no? Que son ellos los que controlan todo, los que están en la cúpula del poder, los que están por encima de todos... Yo no veo el sentido de que, por una parte, dicen que el hombre está dominando todo y, por el otro lado, las feministas más radicales quieren dominar al hombre; no entiendo, es un juego de dominación.

Debate: Perdón, pero yo no conozco a ninguna feminista que ande cortando penes ni tampoco conozco ninguna que diga “vamos a conquistar el mundo”. [Risas] Quisiera que hablaran acerca de su experiencia personal, en términos de cómo fueron criadas, como fueron criados y si consideran que se criaron en un ambiente feminista o no.

Alumna Magenta: Por ejemplo, lo que dicen de que ser hombres no les quita el hecho de ser feministas porque es una causa de lucha social y demás; yo estoy a favor de los derechos de los trabajadores, pero ello no me hace ser socialista ni marxista, ni me hace ser comunista...

Alumno Morado: O trabajadora.

[Risas]

Alumna Magenta: Sí lo soy... Yo tampoco sé muy bien qué es ser feminista, más que seguir algunas prédicas, pero no sé, es algo muy inacabado, o sea, es inacabado ser feminista. Siempre te estás construyendo, creo, con base en las experiencias personales, con base en lo que estás haciendo para que ya no se siga perpetuando esta opresión que todos vivimos. Pero bueno, ¿por qué yo me volví feminista? Creo que es por cómo me criaron; o sea, mi mamá siempre me ha dicho: “tú debes de estudiar, tú debes de trabajar para que no dependas de ningún cabrón”. Y allí se podría pensar que hay una visión feminista, pero no la hay. Incluso ella está viviendo un divorcio de un matrimonio del cual no se podía salir, por más que yo le decía que tenía nuestro apoyo, por más que le dábamos dinero para que comenzara una demanda, ¿no? Pienso que he sido feminista a partir de mi experiencia con hombres, porque pienso que ahí se vislumbra más la opresión que vivimos las mujeres... porque ellos quieren imponer la heterosexualidad obligatoria, porque quieren imponer decisiones que afectan a nuestros cuerpos.

Alumna Amarillo: Desde mi propia experiencia, también mi madre siempre me dice “tienes que estudiar, tienes que trabajar para que no dependas de ningún cabrón”, pero no considero que mi mamá sea feminista ni mucho menos pienso que tenga esa visión de la mujer libre. ¿Por qué? Porque ella decidió juntarse para... siempre que me cuenta la historia de cómo se juntó con mi papá, en un principio le dijo: “¡Ah, bueno!, ¿te quieres hacer responsable de tu hijo, sí o no? Porque si no, yo lo voy a hacer sola”. Pero ellos empezaron con muchos problemas y nunca se quisieron divorciar, ninguno de los dos. Y durante mi educación, cuando yo era pequeña, yo era la única niña que jugaba fútbol con los niños, todo el tiempo y, eso no le encantaba a mi mamá: “¿cómo es posible que tú, siendo una niña, estés jugando un deporte que es de hombres? ¡Te vas a lastimar, te van a lastimar! ¿Qué van a decir las personas de ti si eres una niña que está jugando con puros niños, cómo te van a ver los demás?”. También, en cuestión de la casa: “¡ah, bueno! Tú eres la mayor, tienes que aprender a cocinar, tienes que aprender a lavar, todo, planchar, lo que sea, todo lo que tiene que ver con esas labores, lo que dice la sociedad que es para la mujer”. Y bueno, dice que no quiere criar hijos machistas y eso es lo que está haciendo. Igual, mi padre dice que no debo depender de ningún hombre y, es así de que llega y dice: “¡Ay, dame de comer o pon a calentar la comida!, ayúdale a tu mamá”, y él no es así de que “voy le ayudo a mi esposa”, “voy y yo me caliento”. Muy rara la vez lo llega a hacer. No, mi educación no ha tenido una coherencia en ese aspecto de la mujer libre.

Alumna Verde: Bueno, en mi casa sí permea esta situación de igualdad de oportunidades. De hecho, todo lo que se hace en casa es más por habilidades que por esta cuestión de qué es lo que le corresponde a las mujeres. O sea, siempre permeó como eso: o bien mi mamá puede hacer el aseo o bien mi papá puede hacer el aseo; no hay esa división tan estricta. Depende de los ánimos que tienen de hacer el quehacer y de la habilidad que tengan.

Alumna Lila: En mi casa también está esa doble moral. Si bien aparentemente no hay esta distinción de los roles, en temas estructurales —como la sexualidad, las fiestas, el alcohol y demás—, mi mamá no me da explicaciones más que “la mujer se ve mal”.

Alumna Azul: Mi caso es medio contradictorio porque, ya le había dicho, soy hija de madre soltera y sí hay una contradicción. Ella dice: “si quieres tener un hijo tenlo”. Pero, por otra parte, me dice: “es mejor que te cases, que tengas a tu pareja”.

Alumna Turquesa: Yo creo que para mí es importante el feminismo porque de alguna forma ha visibilizado algunas cosas que son como privadas, que no estaban vistas, las ha posicionado como un aspecto central y podemos verlo ahorita: estamos discutiendo temas que antes ni siquiera podían hablarse. Yo sí me considero feminista, yo creo que estamos en construcción, y es muy chistoso que los hombres no puedan considerarse feministas, porque de alguna forma la concepción feminista te conflictúa mucho, te das cuenta de muchas cosas que estás haciendo, que tal vez te sitúan en una posición de dominación o de opresión, ¿no? Por ejemplo, te relaciones con una pareja y chocas de repente, porque ya hay una forma de dominación. Pero yo creo que sí es muy importante la forma crítica de ver la situación, las clases sociales, las relaciones de poder, cómo nos relacionamos.

Mi forma de acercarme al feminismo fue también mi vida personal. Yo tengo tres hermanas más chicas y un hermano, somos muchas hermanas. Mis papás tienen una relación de pareja, un matrimonio estable, de mucho tiempo, y no hay muchas peleas entre ellos. Mi papá también limpia la casa, hace la comida. Pero sigue existiendo en mi casa una forma de dominación, porque mi mamá es la única que hace la comida, porque le sale bien cocinar.

Pero yo siempre he dicho: “no me quiero casar”. Desde que me acuerdo, nunca me he querido casar, nunca en toda mi vida, pero tampoco he tenido problema por no tener una relación, ¿no? Una relación estable, nunca hubo un problema, pero hubo un tiempo en el que sí me dijeron: “es que te vas a quedar sola... es que eres lesbiana...”. Sí estuvieron presionándome, al punto de llevarme con una psicóloga. La psicóloga me dijo: “es que ¿por qué no tienes novio?”. En realidad no me interesaba.

Alumno Ocre: Mis papás tenían roles intercambiados: mi mamá era la que trabajaba, y mi papá por diferentes razones tenía empleo, pero era como de poco tiempo... Mi mamá se hacía cargo de esa posición de ogra y, después de trabajar, aún seguía manteniendo esa responsabilidad de compartir las labores, de compartir los roles y, bueno, mi mamá es psicóloga, y en ese punto creo que ella ha influido tanto en que haya estudiado ciencias sociales como en que tenga una concepción distinta del mundo. Bueno, yo soy de provincia, soy de Veracruz, y todavía es bien marcada la cultura machista allá... y poco a poco me fui sacando estas cosas; bueno, yo creo que ya las saqué estando aquí en México, en la Universidad, por las lecturas que comencé a hacer. La verdad es que tengo mucho conflicto con la cuestión del feminismo, porque hay tantas cosas... batallo mucho con eso, batallo con, por ejemplo, mirar a las mujeres con ese (¿cómo se dice?) acoso visual, cosificación del sexo... me decidí a ir al psicólogo para abordar ese punto, y dejarlo de lado y lo logré, así es como he ido avanzando y modificando mi personalidad o la forma en que me desenvuelvo en sociedad, para acercarme más a esta cuestión que considero es el feminismo. Y me ha costado y me sigue costando y, sobre todo cuando regreso a Veracruz, es bien difícil, verdaderamente, Y ahí estamos, ahí estamos con ganas

Transcripción de dos sesiones con el grupo que tomó la asignatura de “Gobierno y derechos humanos en México”, de la licenciatura en Ciencia Política y Administración Pública, en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Copyright © 2013. Universidad Nacional Autónoma de México, Programa Universitario de Estudios de Género
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