Debate Feminista cumplió 25 años en 2014. Después del número 50, Marta Lamas, su fundadora y directora hasta ese momento, había decidido concluir el ciclo de la revista. No obstante, conscientes de la enorme importancia del proyecto y del reconocimiento que había logrado tanto en México como en Latinoamérica, las integrantes del comité editorial propusieron que no se cerrara, sino que fuese adoptado por una institución académica. Fue así como se le presentó al Programa Universitario de Estudios de Género (PUEG) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) la oportunidad de hacerse cargo tanto de su acervo histórico como de su publicación, y no dudamos ni por un momento en que recibir Debate Feminista es un verdadero privilegio para la UNAM.
La transición ha implicado una serie de cambios. El más relevante atañe a su propia definición: de ser una revista con una diversidad de contribuciones —teóricas, literarias, artísticas—, pasa ahora a formar parte del conjunto de revistas académicas y científicas de la UNAM. Esto significa que sus contenidos se someten a dictamen por pares; es decir, desde el número 51, que ahora presentamos, Debate Feminista asume criterios de rigor académico para abonar a los Estudios de Género como un campo fundamental del conocimiento en Ciencias Sociales y Humanidades.
De la misma forma, hubo que cambiar la estructura interna de su organización, de modo que las autoridades del PUEG nombraron una nueva dirección, un nuevo consejo editorial —formado por personalidades de prestigio internacional en el campo de los Estudios de Género— y un comité editorial que se renovará cada cuatro años. En ambos órganos colegiados tenemos la participación de varias integrantes que ya habían pertenecido a la revista. De esta forma queremos aprovechar una experiencia acumulada de muchos años, y al mismo tiempo beneficiarnos de nuevas miradas.
Otras modificaciones conciernen a su formato y existencia virtual: junto con la versión impresa, a partir de ahora, los contenidos académicos arbitrados de Debate Feminista son accesibles en línea de manera gratuita a través de las plataformas de Elsevier: http://www.journals.elsevier.com/debate-feminista/ y www.elsevier.es/unam/debatefeminista, las cuales gestionan electrónicamente la recepción, dictamen y producción de la revista.
Por su parte, el comité editorial, preocupado por conservar la enorme riqueza de la revista original, ha propuesto seguir publicando, ahora en el portal del PUEG, aquellos contenidos valiosos que no se sujetan al formato estrictamente académico. De esta manera, seguiremos albergando propuestas escriturales y artísticas heterodoxas, como ensayos, poemas, relatos, informes y documentos, además de fotografías y reproducciones de obras pictóricas, videos y grabaciones. Asimismo, este portal resguarda, como parte de nuestro patrimonio universitario, el acervo histórico de Debate Feminista: 25 años, 50 números, 50 portadas del sobresaliente artista visual Carlos Aguirre, 1,331 títulos en formato PDF de alrededor de 800 autoras y autores de diferentes nacionalidades y adscripciones institucionales, elaborados desde enfoques disciplinarios como antropología, sociología, psicología y psicoanálisis, ciencia política, economía, derecho, historia, filosofía, literatura o artes visuales, y cuyas temáticas cubren un muy amplio espectro: la democracia, el poder, el deseo, el trabajo, la crítica y la censura, el cuerpo, las identidades, el espacio, el racismo, la violencia, la maternidad y la paternidad, la familia, el arte y la libertad, la diversidad, los ciclos de vida, la ciudadanía o la ética. Todos estos trabajos están disponibles para lectura y descarga en http://www.debatefeminista.pueg.unam.mx/.
A partir de ahora, el objetivo de Debate Feminista es publicar semestralmente textos académicos originales y reseñas críticas sobre diversas temáticas en torno a problemas relacionados con el género y la sexualidad, con apertura a la dimensión internacional, destinados tanto a investigadores e investigadoras que trabajan en el campo de los Estudios de Género, como a estudiantes, integrantes de organizaciones y asociaciones civiles o personas interesadas en estos temas. Pero, también conservar la tradición de la revista como difusora de la discusión política, la actividad crítica, la creatividad y el pensamiento que alimentan la acción feminista.