La hemodiálisis requiere el acceso rápido a vasos sanguÃneos capaces de proveer flujo sanguÃneo extracorpóreo. Por ello, la obtención de un acceso vascular de larga duración es fundamental en el programa del paciente en hemodiálisis, puesto que influye de manera decisiva en la calidad de vida y dialÃtica del paciente1. El acceso vascular ideal debe reunir las siguientes caracterÃsticas: ser resistente a infecciones, permitir las punciones reiteradas, seguras y lo antes posible, proporcionar flujo sanguÃneo (QB) suficiente y tener baja incidencia de complicaciones (trombosis, hematomas y hemorragias). Según las guÃas de práctica clÃnica2, el acceso vascular de elección en los pacientes en programas de hemodiálisis es la fÃstula arteriovenosa (FAV) autóloga. Cuando esta opción no es posible, se deberÃa optar por una prótesis vascular de politetrafluoroetileno (PTFE). Otra alternativa son los catéteres3, que pueden ser transitorios (CT), utilizados fundamentalmente mientras maduran la FAV o la PTFE, y los permanentes (CP), cuyo uso se ha generalizado últimamente. En general, los catéteres, a diferencia del resto de los accesos vasculares (FAV o PTFE), tienen la ventaja de su uso inmediato tras la implantación, puesto que no necesitan tiempo de maduración4. Presentan varios inconvenientes que repercuten directamente en la calidad de diálisis del paciente (frecuentes obstrucciones, infecciones, estenosis venosas centrales y limitación del flujo sanguÃneo durante la sesión de hemodiálisis). Nuestro objetivo es analizar el tipo de acceso vascular y los parámetros de eficacia de diálisis en nuestra unidad de hemodiálisis, teniendo en cuenta las caracterÃsticas clÃnicas de los pacientes en estudio.
Material y métodoEn el presente trabajo hemos estudiado de manera descriptiva a 86 pacientes, dividiendo la muestra en dos grupos claramente diferenciados. En el grupo I incluimos los accesos definitivos (FAV y PTFE) y en el grupo II, los catéteres (transitorios y permanentes). Se recogieron los siguientes datos analÃticos y de comorbilidad: Kt/V, QB del acceso vascular, albúmina, PCRn, hematocrito, calcio, fósforo, paratirina intacta (PTHi), sexo, edad, diabetes, hipertensión y presencia de arteriopatÃa periférica, cardiopatÃa isquémica y calcificaciones vasculares. Para el análisis de los datos se utilizó el paquete estadÃstico del programa SPSS para Windows, versión 11.5. Se estudió las diferencias entre ambos grupos respecto a las diferentes variables mediante el test de la t de Student, media aritmética y desviación estándar para las variables cuantitativas, y mediante distribuciones de frecuencia para las cualitativas5. Por último, comparamos ambos grupos para poder observar las diferencias en cuanto a eficacia de diálisis y caracterÃsticas clÃnicas de los pacientes en estudio (figs. 1 y 2). En todos los casos se consideró como nivel de significación estadÃstica un valor de p < 0,05 (tabla I).
Tabla I. Significación estadÃstica de las caracterÃsticas clÃnicas de los pacientes en estudio
Figura 1. Relación entre los parámetros de comorbilidad y el tipo de acceso vascular.
Figura 2. Parámetros analÃticos de eficacia de diálisis.
ResultadosDe los 86 pacientes, 70 son portadores de accesos definitivos (67 FAV y 3 PTFE) y 16 portan catéter (4 transitorios y 12 permanentes) (fig. 3). Se comprueba que no hay diferencias significativas entre los dos grupos en cuanto a edad, sexo, tiempo de permanencia en hemodiálisis y datos analÃticos, salvo parámetros de eficacia de diálisis, aunque serÃa interesante destacar que hay más mujeres portadoras de catéteres (fig. 4). Sin embargo, sà encontramos diferencias significativas en cuanto a parámetros de comorbilidad (tabla II).
Tabla II. Parámetros de comorbilidad en los accesos vasculares definitivos y los catéteres
Figura 3. Número de accesos vasculares. CP: catéter permanente; CT: catéter transitorio; FAV: fÃstula arteriovenosa; PTFE: prótesis vascular de politetrafluoroetileno.
Figura 4. Relación entre el sexo y el tipo de acceso vascular.
Los pacientes del grupo I alcanzaron mayor flujo sanguÃneo (QB = 363 ml/min) y mejor Kt/V (1,6) que los pacientes del grupo II (QB = 304 ml/min y Kt/V = 1,37), al igual que presentaron un mayor porcentaje de calcificaciones vasculares (el 45,7 % en el grupo I y el 18,8 % en el grupo II). Teniendo en cuenta que el grupo I presenta una media de tiempo de permanencia en hemodiálisis (61,77 meses) superior al del grupo II (42,62 meses), aunque sin significación estadÃstica, podrÃa explicarse el mayor porcentaje de calcificaciones vasculares en este grupo, tal y como hemos descrito anteriormente.
DiscusiónEs fundamental la realización y el mantenimiento de un acceso vascular definitivo en el tratamiento de la insuficiencia renal crónica. Dada la necesidad de un acceso permanente, permeable y con el menor número de complicaciones posible, el acceso de elección en el enfermo renal es la FAV y la última opción, el catéter tunelizado6-8. Teniendo esto presente y según las recomendaciones sobre accesos vasculares, podemos af irmar que la prevalencia de pacientes portadores de catéteres en nuestra unidad es elevada, más de un 10 %. Por esto mismo parece lógico pensar, y puesto que lo deducimos en este trabajo, que los pacientes portadores de FAV o PTFE poseen mejores parámetros de calidad (Kt/V y concentración de fósforo) que los portadores de catéteres9. Uno de los principales parámetros para valorar la calidad de hemodiálisis es el Kt/V. Este parámetro está relacionado con el QB conseguido por el acceso vascular. Tal y como se muestra en los resultados obtenidos, los pacientes del grupo II, portadores de catéter, consiguen menor QB y, por consiguiente, cifras inferiores de Kt/V, con lo que disminuye la calidad de la hemodiálisis. Parece ser que el sexo, de la misma manera que otros factores como la edad, la anemia o la diabetes, guarda relación con ser portador de catéter10. Todos los estudios, teniendo en cuenta los mecanismos por los que se producen las calcificaciones vasculares, demuestran que, junto con la edad, el tiempo de permanencia en hemodiálisis resulta fundamental11, por lo que es obvio pensar que se debe luchar por prestar unos cuidados óptimos y por la conservación de los accesos vasculares disminuyendo en la medida de lo posible el número de pacientes portadores de catéteres. En resumen, concluimos que en la mayorÃa de nuestros pacientes de hemodiálisis la FAV autóloga es el acceso vascular de elección. En nuestra unidad tenemos una alta prevalencia de pacientes portadores de catéteres (18 %), y es mayor el número de portadores de catéteres entre las mujeres. Destacamos que los pacientes portadores de accesos definitivos (FAV y PTFE) presentan mejores parámetros de calidad de hemodiálisis, puesto que los catéteres difÃcilmente consiguen un flujo sanguÃneo superior a 300 ml/min, lo cual limita el QB y el Kt/V. Observamos, además, que el tiempo de permanencia en hemodiálisis es mayor en el grupo I, lo que justificarÃa el mayor porcentaje de calcificaciones vasculares y comorbilidad en este grupo. Por todo esto, serÃa importante disminuir en lo posible la prevalencia de pacientes portadores de catéteres.
AgradecimientosNuestro reconocimiento al Dr. J.M. Soler Huerto, Director Médico del centro, por facilitarnos información fundamental para la realización de este trabajo. A las Dras. M.J. Moyano Franco y N. Del Toro Espinosa y el Dr. C. Jarava Mantecón, nefrólogos del centro, por su valiosa colaboración en el tema estadÃstico y por su inestimable ayuda en la dirección y la supervisión de este trabajo.
No existe conflicto de intereses.
Correspondencia: Dra. A. Torres-Gómez. Arguijo, 4, 2.º. 41003 Sevilla. España. Correo electrónico: ameliatogom@hotmail.com
Recibido el 19-2-2007; aceptado para su publicación el 27-6-2007.