Sin embargo, como científicos, no creemos si no palpamos, verificamos y comprobamos. Con este fin hemos creído que las palabras de los protagonistas nos acercarían al pasado heroico y al futuro esplendoroso que nos espera. Por ello, hemos solicitado a diferentes profesionales que por un motivo u otro han estado ligados a la revista que nos regalaran, a través de sus propios pensamientos, un recuerdo en unos casos o un deseo en otros. Miembros de comités editoriales anteriores y figuras destacadas de ambas sociedades nos ofrecen visiones expertas sobre sus experiencias o visiones acerca de la revista, la especialidad, o las sociedades del futuro. El último de los agradecimientos es para ellos, que se han ofrecido a participar. Esta contribución la hemos dividido en 2 artículos, el primero de ellos, la visión retrospectiva, recoge las vivencias de 4 doctores que formaron parte en algún momento de los comités editoriales. Valgan sus recuerdos como representación de las decenas de personas que han pasado por este puesto.
Rosa CorcoyLas primeras palabras que me vienen a la memoria cuando recuerdo mi etapa en el comité editorial de «la Revista» (entre endocrinólogos no hacía falta decir más) son ilusión, compromiso, trabajo, camaradería e impotencia. Las 3 primeras son consustanciales con el encargo. El buen entendimiento puede no darse y es una bendición cuando sí es el caso; yo tuve la suerte de compartir mesa con Roser Casamitjana, Anna Lucas, Neus Potau, José Gómez y Marisa Granada, Neus y José lamentablemente fallecidos. Los asuntos editoriales se trataban tranquilamente y en ocasiones, cuando la tarea lo permitía, rematábamos la reunión de los lunes con un café y algo para picar en la cafetería de la esquina. Entonces, ¿por qué impotencia? Porque los nuestros fueron años de vacas flacas en manuscritos y sudábamos tinta para que los números salieran puntualmente (o no tanto) y el índice pudiera incluir algún artículo original. El porcentaje de aceptación era inadecuadamente alto y las gestiones iban desde invitar a potenciales autores en los congresos de la sociedad a prácticamente reescribir artículos con marcados defectos de forma, pasando por enviar cartas a los autores de manuscritos pendientes de modificaciones tras la evaluación de los revisores indicando que «estaríamos encantados de recibir la versión revisada». Si sacar los números era difícil, cumplir con los requisitos para la inclusión en Medline y Science Citation Index era prácticamente inalcanzable. Los endocrinólogos sabemos lo que es la retroalimentación, y aquí no jugaba a nuestro favor; una revista no indexada era poco atractiva para los autores y la escasez de manuscritos no favorecía la indexación. No podíamos por menos que suspirar cuando recordábamos que años atrás la Revista Iberoamericana de Endocrinología había estado incluida en Medline y que el cambio de nombre a Endocrinología y Nutrición sin las adecuadas gestiones (no debía ser fácil estar bien informado en la era anterior a Internet) había supuesto la pérdida de la inclusión. Aguantamos el pulso, nosotros y los que vinieron después y pudimos ver con enorme satisfacción cómo se consiguió la indexación en ambas bases de datos.
Anna LucasNuestra revista cumple 65 años. Para los que la hemos visto casi nacer y crecer es un motivo de orgullo y satisfacción celebrar este aniversario.
La revista tiene una historia curiosa. Su nombre y el color y diseño de su portada han ido cambiando a lo largo de su vida. Cuenta con antepasados endocrinólogos y ginecólogos españoles y portugueses, y ve la luz en 1954 con el nombre de Revista Ibérica de Endocrinología; ya como órgano de expresión de la SEEN, en 1977, pasa a denominarse Endocrinología, en 1988 Revista de Endocrinología y en 1999 Endocrinología y Nutrición1.
Para mí fue un honor y una satisfacción formar parte de su comité de redacción de enero de 1999 a diciembre de 2003. Nunca olvidaré los buenos ratos compartidos con las Dras. Susan Web, Laura Audí, Roser Casamitjana, Rosa Corcoy y Neus Potau en la editorial Doyma que entonces editaba la revista. A Neus, que nos dejó antes de tiempo, le dedico, desde aquí, un cariñoso recuerdo. En aquel espacio mínimo, que llamábamos despacho, revisábamos los manuscritos (obviamente en papel), los enviábamos a los revisores y, muchas veces, nos devanábamos los sesos buscando formas originales de animar a los socios a enviar sus trabajos para su publicación. Ahora, y gracias al esfuerzo de sucesivos comités de redacción y juntas directivas de la SEEN, la situación es totalmente diferente. Como consta en el editorial del Dr. Mauricio et al.2, en el año 2016 se recibieron 300 manuscritos y el porcentaje de rechazo fue del 70%. Estas cifras reflejan el aumento de la calidad y visibilidad de la revista con el paso del tiempo.
Después de un largo peregrinaje, en 2009, la revista se incluye en PubMed, siendo director del comité editorial el Dr. José Manuel Gómez, recientemente fallecido, también antes de tiempo. José, los socios de la SEEN te echamos de menos. Gracias por tu dedicación a la sociedad, a la revista, a todos nosotros y a los pacientes.
Posteriormente, la historia de la revista es mucho más satisfactoria; se consigue su inclusión en Science Citation Index, la edición en español e inglés y le es otorgado un factor impacto en el año 2015 de 1,314.
Finalmente —y este ha sido, en mi opinión, su logro más importante, gracias al esfuerzo y la voluntad de entendimiento de los miembros de varias juntas directivas de la SEEN, de la SED y de los diferentes comités de redacción— se consigue que una sola revista sea el órgano de expresión de las 2 Sociedades. Nace así, en 2016, la nueva publicación denominada Endocrinología, Diabetes y Nutrición, nuevo cambio de portada. Con esta fusión aumenta la calidad de los manuscritos y el público interesado en ellos. Los miembros de la SEEN y de la SED, así como los profesionales de otras especialidades, disponen de una publicación de reconocida calidad y prestigio que cubre todas las ramas de la especialidad.
No me queda más que desear una larga vida a nuestra revista y que continúe aumentando su visibilidad y calidad, y animar a los miembros de las 2 sociedades a publicar en ella sus trabajos, tanto clínicos como de investigación.
Ramón GomisCuando la sociedad encargó al Dr. Enrique Vilardell la dirección de la revista Endocrinología y Nutrición, la revista estaba al borde de la quiebra. Los originales que recibía eran escasos y de muy baja calidad, por lo general. El Dr. Vilardell me propuso mi participación como secretario de redacción. Él podría contar las vicisitudes de su período como director, pero sirva esta introducción para destacar el reto al que se enfrentó en el período previo a mi dirección. En este sentido, cuando yo llegué a la dirección éramos más optimistas y así lo comunicamos a la junta directiva de la SEEN. Ya no íbamos con un par de años de retraso, publicábamos en la fecha correspondiente, no en la de 2 años anteriores. Por tanto el camino de nuestro equipo de redacción era mucho más confortable.
En aquel momento nos planteamos 3 grandes retos. El primero de ellos obtener originales y revisiones de calidad y, si había lugar, y para satisfacción de la propia editorial Doyma, publicar algún monográfico (aparte del dedicado a los resúmenes del congreso) que tuviera una buena recepción. Diría que lo logramos en parte, pero nunca nos sobraron los manuscritos, y en ocasiones estábamos obligados a hacer algún encargo en el entorno inmediato (amistades del propio u otros hospitales, buenos socios) para solventar el problema de la escasez de manuscritos. El segundo era aumentar la frecuencia de la publicación. Pasar de la trimestral, 4 números al año, a la bimensualidad (6 números al año). Esto nos daba más visibilidad, pero tensionaba aún más la capacidad del grupo de redacción de obtener originales. En este sentido hicimos algunas acciones orientadas a Latinoamérica, con un éxito relativo (mandar ejemplares a otras sociedades, llevar números a congresos de sociedades y alguna gestión personal de la propia presidencia de la SEEN). El tercero era conseguir que la revista entrara en los índices y que fuera citada. Para ello hicimos a la par que la junta directiva de la SEEN diversas gestiones, y planteamos el tema a la asamblea de socios. El debate fue repetitivo, inglés-español, compromiso de publicar originales, mayor número de revisiones... La única medida concreta que aplicamos fue potenciar las cartas al director, aceptar manuscritos en inglés y encargar algún artículo a investigadores internacionales (en inglés) que considerábamos podían autocitarse y ser citados. Y algo, poco, avanzamos.
Solo felicitarme de la actual andadura. Los logros de los otros equipos han llevado a la revista a lograr aquello que para nuestro equipo solo fue un intento, quizás un sueño. También los sueños pueden hacerse realidad. Por suerte, no siempre los tiempos pasados fueron mejores.
Dídac MauricioA finales del año 2006 tuve el privilegio de que me ofrecieran ocupar un lugar en el comité de nuestra revista, en aquel momento Endocrinología y Nutrición, como editor asociado. A principios de 2007 José Manuel Gómez Sáez iniciaba su andadura ya como nuevo editor jefe en sustitución de Rosa Corcoy. Debo adelantar que he tenido el privilegio de poder estar en primera línea en un período que me atrevería a calificar de histórico de nuestra revista. En aquel momento era un auténtico novato en aquel nuevo quehacer de mi trayectoria profesional, y no debo dejar de hacer explícito mi más profundo agradecimiento a mis compañeros de comité, especialmente a José Manuel, por lo mucho que contribuyeron a mi formación y crecimiento profesional en el mundo de la edición científica. También vaya por delante mi reconocimiento por la profesionalidad demostrada por todas las personas del equipo editorial de Elsevier.
José Manuel Gómez ocupó el puesto de editor jefe durante momentos cruciales en el crecimiento de la revista. Cuando me incorporé al comité se acababa de solicitar nuestra inclusión en PubMed, aunque a los pocos meses de aquel año 2007 tuvimos la decepción de que nos denegaran esta solicitud. Ello fue un acicate para que nos pusiéramos manos a la obra en el diseño y ejecución de una auténtica estrategia que en los sucesivos años debía conducirnos a la consecución del objetivo nuevamente. En este período trabajamos con un plan muy bien trazado por José Manuel, acompañado por el entusiasta trabajo de Marisa Granada y por mí mismo. Luchamos por conseguir suficiente número y calidad de artículos originales y revisiones, y contamos con la complicidad de muchos miembros de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición. Finalmente, lo conseguimos, y en 2009 la revista Endocrinología y Nutrición fue aceptada en PubMed3. Este fue, sin duda, un hito en la historia de la revista, y contribuyó a espolear aún más el trabajo del comité editorial. Además, desde aquel momento el interés por la revista de los miembros de la sociedad, y también de otros científicos de fuera y de dentro del país, se multiplicó. Pudimos dejar de preocuparnos de la cantidad de material que llegaba a la revista, y empezar a hacerlo de manera desenfadada por la calidad como eje principal de nuestra tarea editorial. José Manuel fue nuestro editor jefe hasta finales de 2012, habiendo conseguido la publicación bilingüe de nuestra revista, y con él iniciamos la trayectoria hacia un nuevo hito. Este último no era otro que el de la aceptación como revista científica en el denominado Journal Citation Reports, para poder contar con el conocido factor de impacto. Tuve el privilegio de liderar desde principios de 2013 el equipo editorial en circunstancias excepcionales desde el punto de vista histórico. El retorno que llevamos como recompensa de nuestro trabajo fue increíble, y nos sentimos privilegiados de haber podido vivir en primera persona aquel período. Finalmente, la estrategia y el trabajo de tantos años y tantos miembros de los equipos editoriales se vieron recompensados con la aceptación de nuestra revista para poder tener factor de impacto desde el año 2015. De manera paralela, ya en 2013 se había iniciado un labor conjunta de la Sociedad Española de Diabetes y la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición para hacer converger los destinos de las respectivas revistas científicas; debemos destacar aquí la estrategia tanto desde el punto de vista de edición científica, compartida por Ignacio Conget y por mí mismo, como desde el punto de vista de liderazgo de nuestras sociedades, dirigidas por Manel Puig y Edelmiro Menéndez. Nuestras visiones compartidas condujeron a que la revista fuese desde 2015 el órgano científico representativo de ambas sociedades, incorporando el capital del equipo editorial de Avances en Diabetología al comité de Endocrinología y Nutrición. Tal como quedó reflejado por la aprobación muy mayoritaria de esta acción en las respectivas asambleas, sin duda, somos muchos los que pensamos que aquella fue una decisión acertada. La revista tuvo que dejar atrás su antiguo nombre, y abrir una nueva época bajo la nueva denominación de Endocrinología, Diabetes y Nutrición desde el año 20172. Dejé de ser el editor jefe que cerraba una etapa, y fui el primero en ocupar el puesto en una revista con nombre renovado, pero con un alma de larga tradición, ¡qué privilegio!
Termino como empecé, expresando un inmenso agradecimiento a mis compañeros de comité durante tantos años, a los profesionales de Elsevier, a los autores, a los revisores y a los miembros y responsables de las diferentes juntas directivas por todo lo recibido. La experiencia vivida durante tantos años en el comité editorial fue realmente un gran regalo de todos vosotros.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.
