Las tionamidas son fármacos antitiroideos que poseen habitualmente una buena tolerancia. No obstante, pueden originar toxicidad hematológica y hepática potencialmente grave. Presentamos el caso de una paciente de 45 años con hipertiroidismo por enfermedad de Graves-Basedow que, 3 semanas después de iniciar tratamiento con carbimazol (30 mg/día), presentó clínica de prurito, ictericia mucocutánea, orinas colúricas y molestias abdominales. La clínica y la analítica realizada confirmaron la existencia de colestasis y hepatólisis y fue necesario interrumpir el tratamiento antitiroideo y administrar corticoides y N-acetil cisteína. Su recuperación fue lenta y casi completa al año de evolución. La ausencia de otras causas de afección hepática y la secuencia cronológica entre el inicio del tratamiento, el comienzo de la sintomatología y la mejora tras su retirada indican que la hepatotoxicidad se debió al carbimazol.
Thyonamides are antythyroid drugs usually with a good tolerance. However, these drugs can produce a potencially serious hepatic and hematologic toxicity. A file case report of a 45-year-old-woman with severe hyperthyroidism caused by Graves-Basedow illness, which was treated with carbimazole (30 mg daily) is provided. Three weeks later, the patient presented itch, icterus, intense choluria and abdominal discomfort. Clinic and analysis confirm cholestasis and hepatolysis, making it neccesary to interrupt the antythyroid therapy and administer corticoids and n-acetyl-cisteine. The recovery of this patient was slow and almost complete within one year. The absense of other causes of hepatic injury, chronology at the beginning of therapy, appearance of symptons and improvement after discontinuing use, leads us to believe that this response is due to carbimazole.