La diabetes mellitus tipo 2 (DM2) es un proceso crónico y progresivo constituido por un grupo de enfermedades que se caracterizan por presentar incremento de la concentración de glucosa plasmática como resultado de alteraciones en la función de las células β y las células α de los islotes pancreáticos, y la resistencia central y periférica a la insulina1. La importancia relativa de cada una de estas alteraciones en la aparición de la DM2 ha sido, sigue y seguirá siendo motivo de debate; no obstante, debemos tener en cuenta que suelen coexistir, aunque su participación en la fisiopatología de la enfermedad varía no solo según la población y el individuo estudiados, sino también según el período evolutivo de la enfermedad.
La prevalencia e incidencia de la enfermedad está aumentando en todo el mundo y se diagnostica a edades más precoces, siendo cada vez más frecuentes los casos de DM2 diagnosticados en jóvenes, adolescentes y niños2,3. Por lo general, el comienzo de la DM2 precede en varios años al diagnóstico clínico y los factores de riesgo más importantes son el crecimiento demográfico y el envejecimiento de la población, la urbanización y occidentalización del estilo de vida y las mejoras en el cribado y diagnóstico. La epidemia simultánea de obesidad es, sin duda, el factor acelerador más importante para el desarrollo de la hiperglucemia a través de mecanismos que incluyen resistencia a la insulina, la inflamación subclínica y, posiblemente, el aumento de estrés oxidativo, que afectan negativamente a la función de las células β y su supervivencia3,4.
Aproximadamente el 80-90% de los pacientes con DM2 tienen sobrepeso o son obesos. El fracaso en la reducción del exceso de peso y, sobre todo, su aumento progresivo son dos de los principales obstáculos para alcanzar y mantener un control glucémico aceptable y contribuyen a que una proporción importante de los pacientes con DM2 no alcancen los objetivos de control propuestos para la mayoría de los pacientes5-7. Además, la presencia de obesidad se asocia a otras comorbilidades como la hipertensión arterial, la dislipidemia aterogénica, la microalbuminuria y el incremento en los valores de factores proinflamatorios y protrombóticos, que con la hiperglucemia crónica contribuyen al desarrollo y progresión de las complicaciones microvasculares y macrovasculares de la diabetes. Ello justifica que el control de la hiperglucemia debe realizarse dentro de un enfoque integral para reducir el riesgo cardiovascular8, y que la dieta, el ejercicio, la educación y la reducción del peso siguen siendo la base de cualquier programa de tratamiento de la DM29,10. En este contexto es importante asegurar que los medicamentos hipoglucemiantes prescritos, además de eficaces y seguros, no inducen aumento de peso y que, idealmente, pueden provocar pérdida de peso.
Los agonistas del receptor de GLP-1 son un grupo farmacológico que, además del efecto hipoglucemiante por el efecto incretínico, inducen una pérdida ponderal y una mejora de la presión arterial y la dislipemia, lo que se traduce en un beneficio global del riesgo cardiovascular de los pacientes con diabetes que podría traducirse en una reducción de complicaciones macrovasculares a largo plazo. Dentro de esta familia de fármacos, liraglutida presenta un perfil de eficacia y seguridad que, en el momento actual, la sitúa como el agonista de elección en muchos pacientes.
En esta monografía se incluyen 6 artículos elaborados por reconocidos especialistas en el manejo de los pacientes con diabetes. Los autores de los diferentes artículos revisan de forma rigurosa la evidencia científica disponible sobre la eficacia y seguridad de liraglutida en el tratamiento de los pacientes con DM2, así como la información disponible sobre los análisis de coste¿eficacia y la repercusión en la calidad de vida. Además, apoyándose en los datos existentes y la experiencia personal, ofrecen información que resultará de gran utilidad para los diferentes profesionales que atienden a los pacientes con diabetes, tanto en lo que hace referencia a la adecuada selección de los pacientes candidatos a tratar como a mejorar la prescripción en términos de eficacia, seguridad y adherencia. Considero que la monografía resultará de gran utilidad para los diferentes profesionales que atienden a los pacientes con DM2.
Conflicto de intereses
Antonio Pérez ha ejercido como consultor o asesor de Almirall, Novartis, Novo Nordisk, Rovi, MSD,sanofi-aventis y Boehringer-Ingelheim. Ha recibido honorarios por conferencias de Almirall, Esteve, Novo Nordisk, MSD, AstraZeneca, Bristol¿Myers¿Squibb, sanofi¿aventis, Lilly y Novartis.
Correo electrónico: aperez@santpau.cat