La demanda para la cirugía de reasignación de sexo en pacientes transexuales ha aumentado considerablemente. Los transexuales desean vivir permanentemente como miembros del sexo opuesto. Este deseo, acompañado de un profundo rechazo de sus propios caracteres sexuales primarios y secundarios, es absoluto, sofocante e inmodificable. Como consecuencia de este comportamiento psicológico, la persona transexual busca realizarse corrigiendo la apariencia sexual de su cuerpo mediante métodos quirúrgicos y farmacológicos. En 1979 se creó la Harry Benjamin International Gender Dysphoria Association, que recomendó unas directrices asistenciales que sirvieran de base para atender los trastornos de identidad de género. El tratamiento hormonal representa un importante papel en el proceso, que debe eliminar, idealmente, los caracteres sexuales secundarios del sexo original e inducir los del sexo opuesto tan rápida y completamente como sea posible. Hay tendencia a tomar hormonas cuanto antes y a maximizar las dosis, usando diversas pautas aprendidas de la experiencia de otros transexuales. Esta forma de automedicación con esteroides sexuales incrementa el riesgo de efectos adversos. La aproximación a este trastorno es compleja. Para atenderlo es necesario un equipo multidisciplinario en el marco de la medicina pública, dentro del Sistema Nacional de Salud. Los beneficios son evidentes: mejora la calidad de vida del paciente y su nivel de satisfacción y, desde el punto de vista médico, son importantes los beneficios del tratamiento hormonal y el éxito del tratamiento quirúrgico a corto y a largo plazo.
The demand for sex reassignment surgery in transsexual patients has increased considerably. Transsexuals wish to live permanently as members of the opposite sex. This desire, together with deep rejection of their own primary and secondary sex characteristics, is absolute, oppressive, and unchangeable. As a consequence of this psychological behavior, transsexuals seek fulfillment by changing their sexual appearance through surgical and pharmacological methods. The Harry Benjamin International Gender Dysphoria Association was created in 1979, and some standards of care were approved that serve as a basis for the care of gender identity disorders. Hormonal treatment plays an important role in this process which, ideally, must remove the secondary sexual characteristics of the original sex and induce those of the opposite sex as quickly and completely as possible. There is a tendency to take hormones as soon as possible and to maximize their intake, using diverse therapies learned from the experience of other transsexuals. This form of self-medication with sexual steroids increases the risk of adverse effects. The approach to this disorder is complex. Treatment requires a multidisciplinary team working within the public health system. Treatment clearly improves patients' quality of life and their level of satisfaction and, from the medical point of view, the benefits of hormone treatment and the success of surgical technique in both the short and the long term are considerable.