La cirugía es el pilar sobre el que descansa el tratamiento de los tumores neuroendocrinos gastroenteropancreáticos. Son tumores que, en general, presentan un buen pronóstico y que muchas veces el único problema al que dan lugar son los síntomas derivados de su secreción endocrina, que se pueden tratar médicamente. Estos hechos han de considerarse siempre que se afronte un tratamiento quirúrgico, que puede ser de agresividad desproporcionada para tan benigna evolución; pero no hay que olvidar que, si existe posibilidad de curación, ésta pasa invariablemente por la exéresis del tumor. No es contraindicación para la resección la presencia de enfermedad a distancia, ya que, por una parte, la cirugía citorreductora tiene un valor indudable y, por otra, existe la posibilidad de resección de las metástasis sin renunciar a la curación, y al menos con la intención de prolongar la supervivencia sin síntomas. El trasplante hepático es controvertido, ya que aunque puede incrementar la supervivencia, la escasez de órganos y la carcinogénesis secundaria a la inmunosupresión cuestionan su utilidad. Recientemente se han diseñado otros tipos de ablación tumoral apoyados por el avance de las técnicas de radiodiagnóstico, que consiguen igualmente buenos resultados para el tratamiento de este tipo peculiar de neoplasias.
Surgery is the cornerstone of the treatment of gastroenteropancreatic tumors. These neoplasms usually have a good prognosis. Endocrine symptoms are often the only problem noticed by the patient and these can be treated pharmacologically. Surgical indication must be considered carefully, as this type of therapy may be too aggressive for benign tumors; on the other hand, the only chance for cure is tumoral resection. Surgery is not contraindicated in cases of distant metastases, as both cytoreductive surgery and metastases resection are associated with an increase in symptom-free survival and, in the latter, to overall survival and sometimes curation. Liver transplantation is controversial; although it can increase survival, its usefulness is limited by the shortage of donors and by carcinogenesis secondary to immunosuppression. Recently, new ablative techniques have been introduced, such as radiofrequency ablation or cryotherapy, both of which achieve good results mainly in the treatment of metastatic disease.