El microcarcinoma papilar tiroideo (MPT) es una lesión maligna de diámetro máximo ≤ 10mm. En nuestra experiencia representa un 18,5% del total de los carcinomas papilares tiroideos y su incidencia ha aumentado en los últimos lustros. Cada uno de los focos de malignidad tiene un origen clonal independiente en un elevado porcentaje de los pacientes. Aunque tiene un pronóstico excelente, con tasas de mortalidad inferiores a un 3% 30 años después del tratamiento quirúrgico, puede dar lugar a morbilidad significativa por metástasis a distancia y/o recidivas regionales. Su descubrimiento puede ser incidental (encontrado de manera inesperada por la intervención de una lesión benigna tiroidea) o no incidental (detectado antes de la intervención, con motivo de una adenopatía palpable, metástasis a distancia o biopsia aspirativa, realizada o no con control ecográfíco). Su tratamiento está en controversia, dada la ausencia de estudios prospectivos de diseño adecuado en los que se haya analizado el tratamiento y el seguimiento posterapéutico más adecuados. Las diferentes líneas directrices no concuerdan en diversos aspectos de los procedimientos terapéuticos. Nosotros, desde hace 35 años, proponemos a la mayoría de nuestros pacientes tiroidectomía total o casi total, seguida de tratamiento ablativo del remanente tiroideo con 131I,basándonos en la eficacia del procedimiento en términos de resultados y para facilitar el seguimiento de una condición en la que no hay marcadores prospectivos inequívocos de recidiva.
Papillary thyroid microcarcinoma (PTM) is a malignant lesion with a diameter of 10 mm or less. In our experience, it accounts for 18.5% of all cases of papillary carcinoma and its incidence has been increasing in recent years. In a high percentage of patients, each of the foci in multicentric PTM has an independent clonal origin. Although it has an excellent prognosis, with mortality rates 30 years after surgical treatment below 3%, PTM may give rise to significant morbidity in terms of loco-regional recurrence and/or distant metastases. Clinically, it may present as an incidental lesion, discovered unexpectedly after surgery for benign thyroid disease, or non-incidentally, detected before surgery due to lymph node metastases, distant metastases and/or fineneedle aspiration biopsy of the thyroid, whether guided by ultrasonography or not. Given the absence of prospective, well designed clinical trials, treatment of this entity is controversial. The various guidelines do not agree on therapeutic procedures or follow-up methods. For the past 35 years, we have been performing a relatively uniform therapeutic protocol of total or near total thyroidectomy followed by 131I ablation therapy in most of our patients. So far mortality and morbidity have been acceptable. This approach also facilitates the follow-up of an entity for which no specific markers of future recurrence are available.