La anorexia nerviosa es la enfermedad psiquiátrica más frecuente entre las mujeres jóvenes, y se caracteriza por la realización de dietas estrictas con pérdida significativa de peso y un miedo desproporcionado a su ganancia.
Esta enfermedad conlleva múltiples complicaciones derivadas tanto de la desnutrición que origina como de los métodos empleados para la pérdida de peso.
El tratamiento de esta afección exige un abordaje multidisciplinario y especializado, que se puede efectuar en distintos niveles asistenciales tanto ambulatorio como hospitalario, dependiendo de la situación clínica de los pacientes.
Durante el proceso de renutrición, en cualquiera de los niveles asistenciales, se pretende la recuperación de un peso mínimo saludable, la normalización de la conducta alimentaria así como la corrección de las secuelas físicas y psicológicas de la malnutrición. El tratamiento inicial debe enfocarse hacia la restauración del peso, y para alcanzar los objetivos propuestos se seleccionará la vía de acceso de alimentación más apropiada; la vía oral siempre será la de elección, y se optará por la nutrición artificial sólo en situaciones de falta de cooperación o de incorrecta progresión ponderal durante el tratamiento. Si es preciso puede recurrirse a la nutrición artificial, y la nutrición enteral es preferible a la parenteral.
Una vez iniciada la realimentación, la progresión en la alimentación se realizará de manera individualizada, y se incrementará progresivamente el aporte calórico hasta alcanzar los objetivos de peso propuestos. Es imprescindible el estricto control hidroelectrolítico, metabólico y físico durante la fase inicial de la realimentación para evitar y diagnosticar complicaciones que pueden aparecer, como el síndrome de renutrición.
Anorexia nervosa is the most frequent psychiatric disorder among young women and is characterized by strict dieting with significant weight loss accompanied by a inordinate fear of weight gain.
The disorder produces multiple complications arising from both malnutrition and from the methods used to lose weight.
Treatment involves a multidisciplinary and specialized approach, which can be carried out in distinct health care levels, both inpatient and outpatient, depending on the patient’s clinical status.
In all levels of healthcare, during the renutrition process the aim is to recover a minimum healthy weight, achieve normal eating behavior in the patient, and correct the physical and psychological sequelae of malnutrition. Initial treatment should focus on weight gain. To achieve this goal, the most appropriate route of feeding should be selected; the route of choice is always oral, while artificial nutrition is reserved when the patient is uncooperative or there is insufficient weight gain during treatment. If artificial nutrition is unavoidable, enteral nutrition should always be preferred over parenteral nutrition.
Once refeeding has been initiated, feeding progression should be individualized, progressively increasing calorie intake until the target weight has been achieved. Strict monitoring of hydroelectrolyte, metabolic and physical status is essential during the initial refeeding phase to prevent or diagnose possible complications, such as refeeding syndrome.