Presentamos un paciente diagnosticado de feocromocitoma maligno silente que en su evolución presentó metástasis en cuerpos vertebrales, huesos ilíacos, ambos pulmones e hígado. El paciente sólo refería lumbalgia intermitente y las determinaciones urinarias de catecolaminas y sus metabolitos fueron normales. Se realizó inicialmente suprarrenalectomía derecha y se aplicó telecobaltoterapia externa en la región L4-S2 (dosis total de 20 Gy), para control del dolor y por inicio de compresión radicular. Posteriormente, de forma paliativa se administró una dosis única de 200 mCi de 131-I metaiodobencilguanidina (MIBG), desarrollando al mes una pancitopenia con neutropenia grave, que precisó antibioticoterapia de amplio espectro, transfusión de concentrados de hematíes y tratamiento con factor de crecimiento granulocitario. Se comprobó la ausencia de infiltración de la médula ósea por el tumor.
Al tratarse de un feocromocitoma no secretor no se acompañó de manifestaciones clínicas que permitiesen su diagnóstico precoz. El tratamiento paliativo con 131-I MIBG provocó una importante toxicidad sistémica relacionada con irradiación de la médula ósea por el elevado número de metástasis vertebrales captadoras. Este caso pone en evidencia la dificultad para determinar la dosis óptima de esta terapia y los posibles efectos tóxicos de la misma.
We report a case of a malignant silent pheochromocytoma that metatasized to the vertebrae, iliac bones, both lungs and liver. The patient complaint only of intermittent back pain and determination of catecholamine and its metabolites was normal. Initially, right adrenalectomy was performed and local radiotherapy on L4-S2 (total dose of 20 Gy) was given for pain control and due to spinal root compression. After then, 131-I metaiodobenzylguanidine (MIBG) was used as palliative treatment (a single dose of 200 mCi). One month later, the patient developed pancytopenia with severe neutropenia, which required broad spectrum antibiotics, transfusion of red cells and granulocyte colony-stimulating factor therapy. Absence of bone marrow infiltration by the tumor was confirmed.
Because the pheochromocytoma was nonsecreting, there were no clinical manifestations that would have allowed an early diagnosis. Palliative treatment with 131-I MIBG induced marked systemic toxicity due to medullar irradiation of bone metastases. This case demonstrates the difficulty of determining the optimal dose of this therapy and its possible toxic effects.