Con relación a la carta al editor de Soblechero-Martín et al. de este número, en la cual se reflexiona sobre el caso clínico publicado recientemente en Endocrinología y Nutrición descrito por nuestro grupo1, queremos mostrar, en primer lugar, nuestro agradecimiento a los autores por sus enriquecedoras aportaciones. En segundo lugar, nos gustaría aclarar algunos aspectos.
De acuerdo con sus comentarios, lamentablemente no se llevó a cabo la cuantificación de carotenoides en sangre ni ésteres de retinilo. Asimismo, tampoco contamos con los niveles de retinol en el momento en el que la paciente consulta a urgencias por hiperpigmentación cutánea. No obstante, la interpretación de las medidas bioquímicas de vitamina A es complicada puesto que puede ser modificada por diversas circunstancias, como el descenso en los niveles de proteína fijadora del retinol (PUR) o el propio tratamiento con retinoides2. Así pues, los bajos niveles de PUR pudieron dar lugar a niveles falsamente bajos de vitamina A, lo que conllevó a suplementar con altas dosis de esta vitamina de forma prolongada.
Por otra parte, aunque no se llevó a cabo una cuantificación detallada mediante tablas de composición de alimentos de la cantidad de carotenoides consumidos por la paciente, en la encuesta dietética realizada, no destacaba un consumo excesivo. Además, se ha descrito una correlación muy débil entre la ingesta de vitamina A y su concentración en suero3.
Por otro lado, quedan excluidas otras causas de carotenodermia como hipotiroidismo, diabetes mellitus, anorexia nerviosa, síndrome nefrótico o enfermedad hepática.
Finalmente, cabe destacar que la sintomatología expresada por la paciente junto con la pigmentación amarillenta de la palma de su mano, desaparecen tras la reducción en la dosis de vitamina A. Por todo ello, aun con las limitaciones y falta de determinaciones bioquímicas por tratarse de un hallazgo inesperado, dada la cronología de los hechos y desde un punto de vista clínico, atribuimos la sintomatología al tratamiento con vitamina A, sobre todo por la reversibilidad del cuadro al disminuir considerablemente la dosis administrada. Por ello y por la infrecuente presentación de las lesiones dermatológicas consideramos interesante compartir dicha experiencia clínica.