El trabajo «Hipercarotinemia tras cirugía bariátrica», presentado por Gutiérrez-Medina, S. et al.1, describe el caso de una paciente con posible hipercarotinemia secundaria a suplementación con vitamina A tras cirugía bariátrica, que acude a urgencias con probable carotenodermia. Este caso ha suscitado nuestro interés debido a la infrecuente presentación de esta condición en la práctica clínica, su inesperada aparición en una paciente con probable malabsorción tras cirugía bariátrica, así como a la interpretación y juicio diagnóstico en base a los parámetros descritos («hipercarotinemia secundaria a tratamiento con vitamina A»). En este contexto, nos gustaría reseñar algunos puntos que podrían contribuir a clarificar estos hallazgos.
En primer lugar, el término «hipercarotinemia» planteado en el título como diagnóstico de la paciente no parece adecuado, ya que dicho término hace referencia a un aumento de los niveles de carotenoides en sangre (>300μg/dl)2, y en el artículo no hay constancia de su cuantificación en ningún momento durante el seguimiento de la paciente.
En segundo lugar, la pigmentación cutánea amarillo-anaranjada de la piel referida en esta paciente (posible carotenodermia o xantosis palmo-plantar) es un trastorno secundario asociado a la presencia de hipercarotinemia (no a hipervitaminosis A), si bien niveles altos de carotenoides en sangre no siempre se acompañan de carotenodermia. Esta pigmentación, reversible, se debe al depósito de carotenoides en el estrato córneo con una aparición más evidente en las plantas de los pies, palmas de las manos, frente y pliegues nasolabiales3. La causa mayoritaria es el consumo en exceso de carotenoides en la dieta o de suplementos alimenticios que los contengan, aunque en determinadas enfermedades también se puede presentar este depósito (p. e.j., diabetes mellitus, hipotiroidismo, anorexia nerviosa). Asimismo, en contra de la presentación habitual de la carotenodermia, homogénea y bilateral (ambas manos o plantas), la pigmentación en el caso referido muestra una concentración de la coloración sobre todo en los dedos y aparece solo en la palma de una mano, hecho del todo inusual en la bibliografía3–5.
Por último, el juicio diagnóstico parece asociar la pigmentación palmar con una hipercarotinemia secundaria a hipervitaminosis A, dado que la paciente presenta síntomas compatibles con toxicidad por vitamina A. En este sentido, cabe resaltar 2 hechos: 1) en ningún momento del seguimiento los niveles de retinol en sangre superan el rango de normalidad, estando incluso por debajo del límite inferior, es decir indicativos de deficiencia, y tampoco se describe la presencia elevada de formas éster de retinilo (posible indicador de toxicidad)6, y 2) si bien algunos carotenoides pueden convertirse en retinol, el hombre no puede sintetizar carotenoides de novo o a partir de retinol7.
Según el caso descrito, la carotenodermia observada debería asociarse a un exceso de carotenoides en sangre derivado de una elevada ingesta y, quizás, un bloqueo en la conversión a retinol por la sobredosificación con vitamina A. Lamentablemente, la ingesta de carotenoides no fue evaluada y una absorción excesiva es improbable dada la malabsorción derivada de la cirugía bariátrica8,9. Por tanto, dada la ausencia de información sobre los niveles de carotenoides en sangre, así como de criterios bioquímicos indicativos de toxicidad por vitamina A6, el juicio diagnóstico establecido debería reconsiderarse.