Sr. Editor: Al igual que la anamnesis y la exploración clínica son fundamentales para un diagnóstico correcto, la anamnesis farmacológica es imprescindible para descartar efectos adversos relacionados con medicamentos1. Además, sirve para conocer otros problemas relacionados con los medicamentos, como son las actitudes que se tienen en relación al cumplimiento terapéutico y a la automedicación; dos problemas que ocasionan de forma frecuente fracaso terapéutico, mala utilización de medicamentos o iatrogenia1-4. Presentamos un ejemplo real que ilustra este hecho, en el que una mujer declara durante la anamnesis farmacológica una alergia a un antibiótico utilizado por automedicación para una indicación incorrecta.
Mujer de 69 años, atendida en la consulta externa hospitalaria de medicina interna por mal control de la hipertensión arterial y de la diabetes, en tratamiento con nifedipino oros 30 mg/ día, losartán 50 mg/día, doxazosina neo 4 mg/día, insulina de acción intermedia (NPH) 2 veces al día y menformina 850 mg/día; además tomaba antiinflamatorios a demanda por gonartrosis (naproxeno 500 mg). En la anamnesis se le preguntó por todos los fármacos que tomaba en general, los prescritos para sus problemas de salud actuales y por automedicación. También se le interrogó por alergias y efectos adversos; la paciente refirió que tenía alergia a los antibióticos de la gripe. Encuestada por este problema, comentó que un antibiótico (amoxicilina) que había tomado en otras ocasiones para la gripe, inicialmente prescrito por su médico para un cuadro catarral, lo había tomado hacía 2 años por un proceso gripal y con el segundo comprimido presentó una reacción alérgica tipo urticaria con angioedema; la paciente relató "me hinché toda, piernas, brazos, cuello y cara, me salieron habones con un fuerte picor y tenía dificultad para respirar, por lo que acudí a urgencias del centro de salud donde me administraron una medicación intramuscular que solucionó el problema". La paciente desconocía la diferencia entre infecciones producidas por bacterias o por virus, que la gripe no se cura con antibióticos, y ningún sanitario le había comentado nunca el problema de las resistencias bacterianas relacionadas con la utilización inadecuada de antibióticos.
El relato de la paciente pone de manifiesto uno de los problemas más graves y generalizados que hay en la actualidad en relación al consumo de antibióticos en atención primaria2-4. La forma de autocuidado de la salud más frecuente en España es la automedicación; 7 de cada 10 pacientes utilizan medidas de autocuidado en los 15 días antes de ir a la consulta por una enfermedad de inicio, el 76% con medicamentos. Los antibióticos son el tercer grupo terapéutico (más del 30%) con el que se automedican los españoles tras los analgésicos y antigripales. Cerca del 50% de estos antibióticos se utilizan en infecciones de vías respiratorias superiores en las que no son necesarios, lo que concuerda con los estudios de utilización de antibióticos en la gripe y el catarro común3,4. En un trabajo realizado en ocho centros de salud de Valencia sobre automedicación encubierta con antibióticos (acudían al médico a pedir la receta cuando ya se lo estaban tomando) la recomendación de tomarlo era del 49% por sí mismo y del 24% por el farmacéutico; la indicación no era pertinente en el 38% de los pacientes, el antibiótico seleccionado era inadecuado en el 29% y la pauta posológica en el 60%5.
España es uno de los países desarrollados con más consumo de antibiótico, con mayores tasas de resistencias bacterianas, sobre todo de patógenos de origen comunitario, y exportador de estas resistencias a nivel mundial; lo que condiciona un problema de salud pública de primer orden reconocido por la Organización Mundial de la Salud que pide una atención especial a este problema y una respuesta global al mismo2,6. Los dos problemas mas importantes relacionados con el consumo inadecuado de antibióticos por parte del paciente son la automedicación y el incumplimiento terapéutico (superior al 50% en los procesos infecciosos agudos)2-4,7; igualmente es conocido que los españoles presentan un grado de información sobre los antibióticos y resistencias bacterianas muy bajo y este se ha relacionado con la mala utilización de los mismos2,3,8,9. La administración sanitaria y las sociedades científicas mediante campañas de información dirigidas a la población, los médicos cuando prescriben antibióticos y los farmacéuticos cuando los dispensan, tendrían que hacer un esfuerzo en informar a los pacientes sobre los riesgos de la automedicación y del incumplimiento terapéutico con antibióticos2. Las medidas informativas y educativas a la población general deben ser una estrategia más de intervención para el uso racional de antibiótico en el medio extrahospitalario10.