There has been a rapid increase in recent years in the incidence of infection and colonization by carbapenemase-producing Enterobacteriaceae (CPE). A number of clusters and outbreaks have been reported, some of which have been contained, providing evidence that these clusters and outbreaks can be managed effectively when the appropriate control measures are implemented. This review outlines strategies recommended to control CPE dissemination both at the healthcare facility level (acute and long-term care) and from the public health point of view.
A dedicated prepared plan should be required to prevent the spread of CPE at the hospital level. At the front line, activities should include management of patients at admission and new cases, active surveillance culturing and definition of high-risk groups. High compliance with standard precautions for all patients and full or modified contact precautions for defined categories of patients should be implemented. Long-term care facilities are areas where dissemination can also take place but more importantly they can become a reservoir as patients are admitted and released to other Health care facilities. From the public health point of view, surveillance must be tailored to identify regional spread and interfacility transmission to prevent further dissemination. Finally, a comprehensive set of activities at various levels is necessary to prevent further spread of these bacteria in the community.
En los últimos años hemos asistido a un rápido crecimiento en la incidencia de infección y colonización por enterobacterias productoras de carbapenemasas (EPC). De los numerosos brotes y agrupamientos de casos publicados, algunos de ellos fueron controlados, lo que sugiere que cuando se implementan medidas apropiadas de control estos brotes pueden ser gestionados eficazmente. Esta revisión describe las estrategias recomendadas para controlar la diseminación de las EPC, tanto en las instituciones sanitarias (de agudos y crónicos) como desde el punto de vista de la salud pública.
Se requiere la existencia de un plan previo definido para prevenir la diseminación de las EPC a nivel hospitalario. Para la atención al paciente se debería incluir la gestión de los pacientes al ingreso y la aparición de nuevos casos, los cultivos de vigilancia activa y la definición de los grupos de alto riesgo. Debería conseguirse un alto cumplimiento, tanto de las precauciones estándar para todos los pacientes como de las precauciones de contacto para categorías definidas de pacientes. Además, las instituciones de crónicos constituyen un reservorio donde los pacientes entran y salen y donde puede ocurrir la transmisión. Desde el punto de vista de la salud pública, la vigilancia deber ser diseñada para identificar la transmisión regional y entre instituciones con el objetivo de prevenir una mayor diseminación. En conclusión, necesitamos un conjunto de actividades a diferentes niveles para prevenir una mayor diseminación de estas bacterias en nuestra población.