Sporothrix schenckii es un hongo dimórfico, que vive en la vegetación o restos vegetales y cuya forma de presentación en los tejidos parasitados es como un hongo levaduriforme, alargado y pequeño con aspecto de bastón o puro1.
La esporotricosis es la micosis profunda más frecuente2, clásicamente característica de zonas con clima tropical como países de Centroamérica y Sudamérica y algunas regiones de África. En Europa es una infección emergente, excepcional hace años, pero relativamente frecuente en la actualidad, considerada como una infección ocupacional, ya que los principales afectados son jardineros, floricultores, agricultores o incluso carpinteros3.
La forma más frecuente de contagio cutáneo es por la inoculación traumática, apareciendo entonces el chancro esporotricósico4. Existen cuatro formas clínicas: linfocutánea, cutánea fija, diseminada y extracutánea. La forma linfocutánea es la más frecuente, pues supone hasta el 75% de todos los casos de esporotricosis. Se caracteriza por presentar una primera lesión papulosa o nodular indurada, y a los pocos días aparecen varios nódulos siguiendo el trayecto linfático.
Describimos 8 casos de esporotricosis cutánea confirmados mediante cultivo microbiológico pertenecientes al área sanitaria Virgen Macarena de la provincia de Sevilla desde junio de 2006 a enero de 2010 (tabla 1). Todos los pacientes eran varones adultos sanos, con una media de edad de 53,75 años. En todos, las lesiones se localizaron en las extremidades; 7 en extremidad superior y 1 en inferior, siendo la localización más frecuente el antebrazo. De los 4 casos que presentaron antecedente traumático claro, 3 eran jardineros de profesión o aficionados y el traumatismo se produjo con un rosal; el cuarto caso es un agricultor que había sufrido un pinchazo con una espina de naranjo. De los 4 restantes, 3 vivían en medio rural, pero no recordaban traumatismo concreto. En el caso del paciente de 19 años, no se pudo aclarar el origen de la infección. Coincidiendo con series más amplias, la forma clínica más frecuente que encontramos en nuestros pacientes fue la linfocutánea, excepto en el paciente que presentó la clínica en extremidad inferior y el paciente recogido en 2006, que cursaron con una esporotricosis cutánea fija.
Casos de esporotricosis cutánea confirmados mediante cultivo en el área sanitaria Virgen Macarena (Sevilla) de junio de 2006 a enero de 2010.
Año | Sexo | Edad | Tiempo de evolución | Localización | Antecedentes traumáticos | Tratamiento | Respuesta |
2006 | Varón | 50 | < 3 meses | Mano | No | Yoduro potásico | Completa |
2007 | Varón | 74 | < 3 meses | Mano | No | Yoduro, Terb., Itrac. | Mala (cirugía) |
2007 | Varón | 72 | < 3 meses | Brazo: trayecto fistuloso | Sí (rosal) | Itrac. | Completa |
2009 | Varón | 35 | < 3 meses | Dedos | No | Itrac. | Completa |
2009 | Varón | 55 | < 3 meses | Brazo | Sí (rosal) | Itrac. | Completa |
2009 | Varón | 64 | 2 años | Brazo | Sí (rosal) | Itrac. | Completa |
2009 | Varón | 19 | < 3 meses | Rodilla | No | Itrac. | Completa |
2010 | Varón | 61 | < 3 meses | Brazo | Sí (naranjo) | Itrac. | Completa |
El diagnóstico definitivo de la esporotricosis se establece por el cultivo del hongo obtenido mediante biopsia cutánea, ya que la toma de exudados no es útil para el diagnóstico microbiológico. Sporothrix crece en forma de hongo filamentoso en medios de agar Sabouraud a 25-28°C2. Es importante demostrar el dimorfismo, creciendo como células levaduriformes a 37°C. La histología no suele ser diagnóstica, debido a la escasez de células levaduriformes.
El test cutáneo mediante la esporotriquina puede ser de ayuda para establecer el diagnóstico, pero es poco específico y no se dispone de ella en todos los países. Loureiro et al han aislado una fracción del antígeno de la pared del hongo que parece que será la técnica diagnóstica futura2.
El diagnóstico diferencial debe realizarse principalmente con otras infecciones como nocardiosis, leishmaniasis, cromoblastomicosis, sífilis o infección por micobacterias atípicas.
Respecto al tratamiento, clásicamente el de elección ha sido el yoduro potásico saturado, por su efectividad y bajo coste, aunque resulta complicado ajustar la dosis en cada paciente y además produce efectos secundarios en muchos casos. Actualmente la elección de esta terapia es por su bajo coste.
El tratamiento de elección para las formas cutáneas es itraconazol a dosis de 100-200 mg/día durante 3-6 meses. Se produce la respuesta completa casi en el 100% de los pacientes, siendo la solución oral más efectiva que los comprimidos por presentar mayor absorción. En caso de intolerancia, la segunda línea de tratamiento es fluconazol a dosis de 400 mg/día5.
En resumen, hemos observado un aumento de casos de esporotricosis cutánea de nuestro hospital en los últimos 4 años; es importante tener presente esta entidad para poder establecer un diagnóstico microbiológico precoz.