El Comité Ejecutivo del European Committee on Antimicrobial Susceptibility Testing (EUCAST)1 decidió en el año 2019 redefinir las categorías clínicas Sensible (S) e Intermedio (I) utilizadas en la interpretación de los resultados de sensibilidad, pero manteniendo las abreviaturas, de manera que «sensible» pasa a ser «sensible a dosis estándar» (S) e «intermedio» pasa a ser «sensible cuando se incrementa la exposición» (I).
Este cambio afecta directamente a la elaboración de los informes de sensibilidad antibiótica acumulada (ISAA) que periódicamente venimos realizando en los servicios/unidades de microbiología, dejando de ser adecuado combinar las categorías «Resistente» e «Intermedio» como «no Sensibles». En su lugar, el comité español del antibiograma (COESANT) aconseja presentar las 3 categorías de manera independiente, y en caso de necesidad, combinar S e I, pero indicando en el pie de la tabla aquellos casos en los que existan 2 dosificaciones2. Sin embargo, no establece recomendaciones en relación con el umbral de porcentaje de cepas sensibles para el uso empírico de un antibiótico.
Aunque no existe un umbral de sensibilidad universalmente reconocido para el uso empírico de un antibiótico, es habitual en los ISAA la consideración del 80%, en función de las recomendaciones de expertos para ciertas infecciones (umbrales superiores en infecciones graves)3. Así, en los ISAA que solo muestran el porcentaje de sensibilidad, es frecuente la asignación de un código de colores para orientar al clínico, utilizando el verde o el rojo en función de que el porcentaje esté por encima o por debajo del 80% (en otros informes, 85 o 90%). Algunos ISAA añaden un tercer color para resaltar porcentajes entre el 50 y el 80-85%, rango que no corresponde a ninguna categoría de prescripción y que no aporta información que no transmita el propio porcentaje4.
Como consecuencia del cambio de categorías clínicas nos parece especialmente importante diferenciar las combinaciones de antibiótico/microorganismo que alcanzan el umbral de uso empírico a expensas de las cepas que requieren un aumento de exposición. Por ello, consideramos necesario asignar un nuevo color a dicha categoría. Si hemos aceptado el verde y el rojo para diferenciar los antibióticos que debemos o no usar, lo lógico es que asignemos el amarillo para la nueva categoría; al igual que interpretamos las luces de un semáforo, el clínico entenderá que puede usar un antibiótico, siempre que se aumente la exposición al mismo (fig. 1).
Por la gran heterogeneidad existente en la elaboración y presentación de los ISAA, que no siempre aportan toda la información que el clínico pueda necesitar, y considerando que su principal objetivo es el ser guía en la elección del tratamiento antibiótico empírico más adecuado, es, a nuestro juicio, una prioridad su estandarización y, por ello, proponemos:
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Unificar el umbral de porcentaje de cepas sensibles para recomendar el uso empírico de un antibiótico. Por la extensión de su uso, para preservar los antibióticos más potentes y hasta que se llegue a un consenso, sugerimos el 80% (reflejando en los ISAA que en infecciones graves se deben considerar opciones con mayor sensibilidad).
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Unificar el código de colores: verde para porcentajes de cepas que alcanzan el umbral de uso empírico; amarillo para las que lo alcanzan a expensas de un aumento de la exposición y rojo para los porcentajes que se encuentran por debajo del umbral. En la figura 1 se muestra un modelo de presentación simplificada (todas las celdas expresan la suma de S+I; a pie de tabla se detallan S e I por separado para los marcados en amarillo).
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