El pasado 29 de enero falleció en Barcelona a la edad de 52 años nuestro amigo Josep Lluís Barrio Medrano.
Nacido en Barcelona, estudió la enseñanza primaria y el bachillerato en el colegio de La Salle Gracia y cursó sus estudios universitarios en la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Barcelona. Ya durante su época de estudiante mostró su gran vocación por la medicina efectuando prácticas y guardias en el servicio de Urgencias del Hospital de Sant Pau, donde posteriormente realizó la residencia en Medicina Interna. Al finalizar la especialidad se incorporó en la Unidad de Enfermedades Infecciosas (dirigida por el Dr. Guillem Verger) responsabilizándose del seguimiento de la Infección Nosocomial, la Política de Antibióticos y la Higiene Hospitalaria. En el año 1992 presentó su tesis doctoral "Estudio de prevalencia seriado y acumulativo de la infección nosocomial y de la administración hospitalaria de antimicrobianos" que incluía 24.000 pacientes ingresados en un período de 10 años.
Dentro del hospital fue miembro de la Comisión de Calidad Asistencial y de la Comisión de Infección Nosocomial y Política de Antibióticos. Además de realizar varios cursos de Estadística y Epidemiología, por su gran interés y preocupación por los temas éticos y deontológicos, efectuó un máster en Bioética y fue miembro del Comité de Ética Asistencial y secretario del Comité Ético de Investigación Clínica. Fuera del hospital, también participó como experto en diversas comisiones del Departament de Sanitat de la Generalitat de Catalunya y del Comité Nacional de Infección Hospitalaria (proyecto EPINE).
Siempre demostró ser un gran clínico, muy estudioso de la medicina, así como un médico vocacional totalmente dedicado al servicio de sus pacientes y a la enseñanza a las nuevas generaciones de residentes y estudiantes. Fue profesor de Microbiología de la escuela de Enfermería y profesor asociado de Medicina de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Barcelona, siendo considerado, año tras año, como uno de los mejores profesores por sus alumnos.
Su buen hacer, sus conocimientos sólidos y particularmente su modestia, sentido común y gran bondad le hacían un médico especialmente apreciado y valorado por todos sus compañeros, pacientes y alumnos. Con absoluta disposición a atender cualquier consulta, sin prisas, con amabilidad y paciencia, sus opiniones y consejos siempre fueron muy bien considerados.
Su actitud optimista y su valentía frente a una grave enfermedad pusieron aún más de manifiesto sus cualidades humanas y profesionales, ya que intentó seguir trabajando hasta el final.
Por su producción científica recibió diversos premios y en el año 2004 el Colegio de Médicos de Barcelona le otorgó el premio a la "Excelencia Profesional".
Todos los que hemos tenido la suerte de conocerle no lo olvidaremos y tendremos siempre su recuerdo entre nosotros.
Descanse en paz.