Rickettsia sibirica mongolitimonae se ha descrito como uno de los agentes causantes de las rickettsiosis transmitidas por picaduras de garrapatas en España.
Aunque se han documentado diversas manifestaciones clínicas asociadas a la infección, típicamente se encuadra dentro de las rickettsiosis asociadas a linfangitis (acrónimo en inglés LAR)1.
A continuación, se describen 2 casos de infección por Rickettsia sibirica mongolitimonae en los que se pone de manifiesto la variabilidad clínica con que se presenta este patógeno:
Caso 1
Varón de 73 años, sin antecedentes médicos de interés, que consultó en el servicio de urgencias por fiebre de hasta 39°C, cefalea y artralgias. No había realizado viajes fuera del país, pero afirmaba haber pasado unos días de vacaciones en un entorno rural de Cuenca, donde había contactado con animales (perros, gatos, hurones, perdices…) durante una cacería en las 2 semanas previas (última semana del mes de julio). En la exploración física se evidenció un exantema papuloeritematoso, no confluente, que afectaba al tronco, las palmas y las plantas. En el abdomen, junto a la entrada del orificio umbilical, presentaba una pequeña escara, a la que el paciente no había concedido importancia y que precedió al inicio de los síntomas (Fig. 1A). En la analítica de sangre se objetivó una leve leucopenia e hipertransaminasemia (ALT 67, AST 80, GGT 92). Se realizó una biopsia de una pápula en el tronco (no escara) que reveló un infiltrado inflamatorio linfocitario perivascular con focos de vasculitis linfocitaria arteriolar. El estudio molecular de la biopsia cutánea (PCR para la amplificación de un fragmento del espacio intergénico 23S-5S ARNr y posterior hibridación en fase reversa, reverse line blotting, con sondas especie específicas) confirmó el diagnóstico de rickettsiosis, identificándose Rickettsia sibirica mongolitimonae como agente causal del cuadro. Se instauró tratamiento con doxiciclina 100mg/12h por vía oral durante 7 días, desapareciendo la fiebre en las primeras 48h y alcanzando la resolución completa de los síntomas a la semana del tratamiento. A las 3 semanas se produjo seroconversión, detectándose inmunoglobulinas (IgM e IgG) frente a Rickettsia conorii mediante enzimoinmunoanálisis (EIA).
Caso 2
Varón de 25 años, sin antecedentes de interés, que acudió al servicio de urgencias por fiebre de 38°C, malestar general y una lesión en el tronco tras haber identificado una picadura de garrapata en la semana previa (primera semana del mes de julio). No había realizado viajes fuera de la Comunidad de Madrid y el contacto con el artrópodo se produjo en el área metropolitana, al cuidar a un perro abandonado que se encontraba parasitado. En la exploración física se objetivó una placa eritematosa, centrada por una escara, alrededor de la que se disponían múltiples pápulas de aspecto inflamatorio, localizada en el tercio inferior de la región costal izquierda (fig. 1B). El resto del tronco se encontraba indemne, salvo por la presencia de una adenopatía palpable, dolorosa, en la axila izquierda. A su llegada a urgencias se realizó una analítica de sangre y radiografía de tórax que resultaron normales. Se solicitó una serología para Rickettsia (IgM e IgG) que resultó negativa. Una biopsia de la placa (borde inflamatorio) mostró hallazgos histopatológicos superponibles a los del caso 1. En la muestra del mismo tejido remitida para estudio molecular se identificó la presencia de Rickettsia sibirica mongolitimonae. El tratamiento con doxiciclina 100mg/12h por vía oral durante 7 días resolvió por completo la sintomatología, cicatrizando posteriormente la escara del tronco. No se realizó serología en fase de convalecencia.
Las rickettsiosis transmitidas por garrapatas constituyen una de las principales causas de exantema febril. Clásicamente se ha considerado a la fiebre botonosa mediterránea, producida por Rickettsia conorii, como el único representante clínico de estos cuadros en el continente europeo. Sin embargo, desde hace algunos años, se han descrito diversas formas clínicas exantemáticas causadas por otras especies de Rickettsias distintas a Rickettsia conorii1. Rickettsia sibirica mongolitimonae fue identificada por primera vez como patógeno humano en 1996 en Francia. Desde los primeros casos descritos en humanos, se ha intentado trazar un perfil clínico y epidemiológico propio, que diferenciaría las infecciones producidas por Rickettsia sibirica mogolitimonae del resto de Rickettsias presentes en nuestro medio: predominio en los meses de primavera (marzo-junio) y su asociación a cuadros de dermolinfangitis y adenopatías locorregionales2. Sin embargo, tal como muestran los casos descritos3–5, el polimorfismo clínico con que puede presentarse este agente radica, probablemente, en las características del huésped (edad-estatus inmunológico) y no en el patógeno en cuestión. La presentación estacional durante los meses de verano tampoco permitiría excluir a esta Rickettsia como agente etiológico6, incluso en áreas de la meseta central española.
Conflicto de interesesDeclaramos no tener ningún conflicto de intereses.
A la Dra. Isabel Jado García del Laboratorio de Espiroquetas y Patógenos Especiales, Centro Nacional de Microbiología, Instituto de Salud Carlos III, por su labor en la identificación de Rickettsia sibirica mongolitimonae y su asesoramiento científico en la elaboración del presente manuscrito.