Las infecciones que se tratan en este nuevo procedimiento microbiológico de la SEIMC tienen en común, con la excepción de la enfermedad de Whipple, la propiedad de ser vehiculadas por artrópodos vectores (piojos, pulgas, garrapatas, trombicúlidos) y de estar producidas por bacterias de difícil cultivo. Esta última característica es la que ha hecho que hasta hace pocos años los diagnósticos microbiológicos se hayan realizado mediante la detección de anticuerpos con diferentes técnicas serológicas. Son infecciones emergentes y reemergentes. Algunas de ellas, como es el caso del tifus exantemático, han tenido gran trascendencia histórica; otras, gracias a la extensión de las técnicas de cultivo celular y sobre todo gracias a la incorporación de la biología molecular (reacción en cadena de la polimerasa [PCR]) son una nueva realidad. Así, desde hace pocos años existe la posibilidad de cultivar el agente causal de la enfermedad de Whipple, y se ha abierto la puerta a realizar diagnósticos moleculares antes de que esté establecido el cuadro clínico característico. Las especies de Bartonella son una de las principales causas de endocarditis con cultivo negativo, son los agentes etiológicos más importantes de la linfadenopatía regional de evolución subaguda-crónica en niños y jóvenes, son la causa de la infección en pacientes con angiomatosis bacilar y otras manifestaciones clínicas en inmunodeprimidos y, probablemente, queden por determinar otras manifestaciones que completen el amplio espectro clínico que causan este grupo de bacterias. Hasta el momento, en nuestro país, la anaplasmosis humana tiene escasa repercusión, pero la realidad es que en muy pocas ocasiones se sospecha, y que en muy pocos laboratorios se realizan técnicas diagnósticas. El otro gran grupo de infecciones que se tratan en este procedimiento son las rickettsiosis. Hasta hace escasos años la única rickettsiosis transmitida por garrapatas existente en el área mediterránea era la fiebre botonosa o exantemática mediterránea causada por Rickettsia conorii, pero en la actualidad ha emergido con gran fuerza el DEBONELTIBOLA originado por R. slovaca y R. rioja y otras Rickettsias como R. monacensis, y R. sibirica mongolitimonae se han aislado en pacientes con un cuadro similar a la fiebre botonosa. También ha aparecido R. felis como agente causal de cuadros febriles similares al tifus murino.
Todos los aspectos relacionados con el diagnóstico microbiológico mediante cultivo, serología o técnicas moleculares de este grupo de microorganismos se desarrollan en los diferentes procedimientons normalizados de trabajo de este documento que se pueden consultar en el procedimiento microbiológico SEIMC número 27 (2.a edición 2007) (http://www.seimc.org/protocolos/microbiología/). Esperamos que este procedimiento ayude a todos los profesionales clínicos y microbiólogos a diagnosticar con certeza estas infecciones y a ampliar este apasionante campo de las infecciones transmitidas por artrópodos vectores.