Mujer de 56 años, con antecedentes personales de hipertensión arterial, diabetes mellitus tipo 2, dislipemia, obesidad y diarrea crónica no filiada. Seguía tratamiento con olmesartán, antiagregación, omeprazol, metformina e insulina garglina. Ingresa en planta procedente de urgencias por dolor abdominal difuso de inicio súbito y vómitos en las últimas 12h. En la exploración física destaca dolor abdominal difuso a la palpación profunda con defensa. En las exploraciones complementarias se comprobó la presencia de 24.020 leucocitos/mm3, con 86% de neutrófilos y sin eosinofilia en sangre periférica. La bioquímica sanguínea mostraba glucemia 134mg/dl, urea 52mg/dl, creatinina 1,2mg/dl, sodio 132 mEq/l, LDH 530mg/dl. Se realizó una TC abdominal (figs. 1 y 2) en la que se informaba la presencia de engrosamiento y edema de pared de íleon distal junto con líquido libre entre asas y adenopatías adyacentes. También se comprobó la dilatación de todo el intestino proximal a la estenosis inflamatoria hasta duodeno. Se podía observar el «signo del halo» (edema de pared y captación de contraste) en íleon terminal (fig. 2). No había neumoperitoneo, salvo burbuja de aire adyacente a la pared de íleon a nivel de la válvula ileocecal, compatible con microperforación.
Ante estos hallazgos se decide intervención quirúrgica de urgencias; en la intervención se halla abundante líquido libre de aspecto seroso y a unos 15-20cm de la válvula ileocecal una zona inflamatoria versus tumoral. Se realizó una resección de 10cm de íleon distal y anastomosis termino-terminal, remitiéndose la muestra quirúrgica al laboratorio de anatomía patológica. El resultado de anatomía patológica fue diagnóstico.
Evolución y comentariosLa evolución clínica en planta fue favorable tras la intervención, pudiéndose remitir a la paciente a su domicilio en 10 días.
El resultado de la anatomía patológica queda ilustrado en las figuras 3 y 4. En la primera de ellas aparece una infiltración de la pared intestinal por eosinófilos. El la figura 4 se comprueba la infestación por Enterobius vermicularis (E. vermicularis) en el intestino (flecha), por lo que el diagnóstico patológico fue el de enteritis eosinofílica secundaria a parásito.
La evolución tras el alta de la paciente fue muy buena.
Comentario finalSe trata de un caso de infestación intestinal por Enterobius vermicularis con una presentación inusual. La infestación por este parásito es probablemente una de las infestaciones por nematodos intestinales más frecuentes en el mundo desarrollado1,2. Los Enterobius adultos suelen medir alrededor de 1cm, suelen habitar en el ciego y en la mayoría de los casos no producen síntomas. Cuando los producen, el más frecuente es el prurito anal debido a la migración nocturna de las hembras a la zona perianal para depositar huevos. Muy raramente produce manifestaciones más graves, como pérdida de peso, infección urinaria e incluso apendicitis2.
Por otra parte, pensamos que los síntomas de la paciente han podido estar ocasionados por la importante infiltración inflamatoria por eosinófilos de la pared intestinal. La gastroenteritis eosinofílica es una enfermedad infrecuente que cursa con una infiltración eosinofílica de la pared intestinal y que, en ocasiones raras, puede cursar con episodios de dolor abdominal agudo en crisis e incluso cuadros de abdomen agudo por obstrucción intestinal que precisa de tratamiento quirúrgico para su resolución3,4. Aparte de la forma idiopática, puede haber también formas asociadas a efectos adversos de fármacos, reacciones alérgicas, neoplasias y asociadas a parasitosis intestinales como las debidas a oxiuros (E. vermicularis) y anisakis. Este sería el caso de nuestra paciente que justificaría la presentación tan atípica de esta infestación.