Las alertas que se produjeron en las dos últimas décadas del siglo xx en relación con las resistencias a antimicrobianos en ganadería, han conducido al desarrollo de diferentes medidas que han mejorado sustancialmente el uso de los antimicrobianos en veterinaria. Estas medidas tienen que ver fundamentalmente con la aplicación de la nueva ley del medicamento y del paquete de higiene.
Aunque el nivel de concienciación de los organismos reguladores es muy satisfactorio, y los sistemas de vigilancia implantados y la promoción del uso prudente comienzan a dar sus frutos, es necesario seguir insistiendo en ellas, al mismo tiempo que se promueven acciones alternativas al empleo de antimicrobianos, especialmente las dirigidas a la prevención de las enfermedades bacterianas, tanto de forma específica, mediante vacunación y mejora de la bioseguridad (utilización de insecticidas, desinfectantes y repelentes), como de forma general mejorando las instalaciones ganaderas y el bienestar animal. Todas estas alternativas conducirían a una menor necesidad de utilización de antimicrobianos en animales.
Estas actuaciones deben complementarse con las acciones formativas y de concienciación de todos los agentes implicados (veterinarios, ganaderos, industria farmacéutica, distribuidores de medicamentos y grandes distribuidores de alimentos), así como con el establecimiento de cauces de cooperación más eficaces entre la medicina humana y la veterinaria.
The alarms that have sounded in the last two decades of the 20th century in the feld of antimicrobial resistance in livestock farming have led to the development of various measures that have substantially improved the use of antimicrobial agents in veterinary medicine. These measures mainly involve the implementation of new pharmaceutical legislation and the hygiene package provisions.
Even though awareness of the regulations is high, surveillance systems have been implemented and the promotion of appropriate use has begun to show results, it is necessary to maintain these measures while promoting alternatives to the use of antimicrobials. In particular, alternatives are needed for those agents used for prevention of bacterial diseases, either specifically, through vaccination and improvement of biosafety (use of insecticides, disinfectants and insect repellents), or generally by improving farm facilities and animal welfare. All of these alternatives would reduce the need to use antimicrobial agents in animals.
These actions should be complemented by training for all those players involved (veterinarians, farmers, the pharmaceutical industry, veterinary medicines suppliers and food retailers), and by establishing more effective cooperation between human and veterinary medicine.