Jacob et al. se postulan a favor del cribado universal del VIH en los servicios de urgencias hospitalarios (SUH) que, como indican, es coste-eficiente1. De hecho, en el Reino Unido se ha establecido una estrategia de cribado universal con el apoyo gubernamental que está obteniendo buenos resultados2. Sin embargo, pensamos que su implementación en España resulta muy compleja en la práctica clÃnica, fundamentalmente por 2motivos.
El primero es de carácter logÃstico, ya que en los SUH se atienden 20 millones de episodios cada año3, lo que habla de la cantidad de serologÃas que habrÃa que realizar. Además, esta estrategia también precisarÃa de cierta automatización, con el objeto de evitar repetir la serologÃa de VIH a pacientes que ya tengan una determinación previa, y teniendo presente que, en algunas circunstancias, como una infección de transmisión sexual, podrÃa estar indicado repetirla a pesar de existir una determinación previa.
En segundo lugar, la necesidad de solicitar el consentimiento verbal y reflejarlo en la historia clÃnica para hacer la serologÃa condiciona el desarrollo de una estrategia universal. Esto es una importante barrera por las caracterÃsticas de la atención en urgencias, que se realiza en situaciones de falta de tiempo, masificación y elevada carga asistencial, lo que dificulta la obtención de un consentimiento informado óptimo a pacientes que vienen por un motivo asistencial no relacionado con la infección por el VIH4.
Considerando estas dificultades, pensamos que actualmente la mejor opción para el cribado de la infección VIH en los SUH es una estrategia dirigida. Esta intervención está demostrando buenos resultados en términos de número de serologÃas (81.360) y número de nuevos diagnósticos establecidos (1.124)5. Un aspecto muy destacable de los resultados del programa es que la mitad de los nuevos diagnósticos se están estableciendo en situaciones diferentes de las 6 entidades que recogen las recomendaciones de SEMES6. Esto puede estar relacionado con una mayor sensibilización de los profesionales de los servicios de urgencias, un cambio cultural que hace que tengan más presente el VIH durante su actividad asistencial diaria.
No obstante, el estudio de adherencia a las recomendaciones muestra que existe aún margen de mejora para incrementar el número de serologÃas6, para lo cual estamos trabajando de forma activa en establecer perfiles analÃticos y alertas informáticas que hagan que ningún paciente en riesgo de presentar VIH pase inadvertido por un servicio de urgencias7, tal y como recomiendan Jacob et al. Además, la estrategia de alertas se basa en algoritmos informáticos que incluyan todas las enfermedades en las que existe un riesgo incrementado de VIH y no únicamente en las 6 que recogen las recomendaciones actuales del programa, asà como factores demográficos, como haber nacido en paÃses con una muy elevada prevalencia de infección por el VIH, en cuyo caso se recomienda hacer una serologÃa.
De cualquier modo, pensamos que los SUH son un escenario ideal para la realización de serologÃas y, aparte de qué estrategia establecer, lo más importante es tener una, ya que los estudios muestran la eficacia de una intervención en este escenario y los potenciales ahorros para el sistema sanitario8, además de los obvios beneficios tanto para el paciente diagnosticado como en términos de salud pública9.
FinanciaciónEste trabajo no tiene ningún tipo de financiación
Conflicto de interesesNo existen conflictos de intereses en este trabajo.