Estimar la prevalencia de anticuerpos IgG frente a SARS-CoV-2 en profesionales sanitarios (PS) de un departamento sanitario (DS).
MétodosEstudio de prevalencia. Se determinó la presencia de anticuerpos IgG frente a SARS-CoV-2 en los PS del DS. La determinación se realizó mediante la técnica de ELISA. El trabajo de campo se realizó del 24 de abril de 2020 al 8 de mayo de 2020. Se recogieron edad, sexo, estamento (facultativo, enfermería, etc.) y área de trabajo (atención primaria, urgencias, etc.). Se calculó la prevalencia de anticuerpos IgG frente a SARS-CoV-2 con su intervalo de confianza al 95% (IC95%). Para estudiar la asociación entre las características de los PS y la presencia de IgG se utilizó la prueba de la ji cuadrado y para cuantificar la magnitud de asociación se calculó la odds ratio (IC95%).
ResultadosDe los 4.813 PS del DS participaron 4.179 (87,1%). De estos, el 73,3% (3.065) eran mujeres y el 26,7% (1.114) hombres. La prevalencia global de presencia de anticuerpos IgG frente a SARS-CoV-2 fue del 6,6% (IC95%: 5,8-7,3). Hubo diferencias estadísticamente significativas según estamento, oscilando del 8,7% (IC95%: 6,9-10,6) en facultativos al 3,2% (IC95%: 1,0-8,0) en otro personal no sanitario. El resto de características no se asociaron de forma significativa a la presencia de anticuerpos frente a SARS-CoV-2.
ConclusiónLa frecuencia de infección por SARS-CoV-2 en PS es similar a la estimada para la población general en grandes ciudades en España, lo que orienta sobre la efectividad del programa de prevención y control de infecciones dirigido a los profesionales sanitarios en este DS.
Estimate IgG antibody prevalence against SARS-CoV-2 in healthcare personnel (HCP) of a healthcare department (HD).
MethodPrevalence study. The presence of IgG antibodies against SARS-CoV-2 was determined in HCP of the HD. Enzyme linked immunosorbent assays (ELISA) tests were used. Field work took place from April 24, 2020 to May 8, 2020. The age, sex, occupation (physician, nurse, etc.) and the work area (Primary Care, Emergency Room, etc.) were gathered. The IgG antibody prevalence was then calculated with its 95% confidence interval (95%CI). To study the association between HCP characteristics and the presence IgG the Chi Square test was used, and to study the magnitude of association, the Odds Ratio (95%CI) was calculated.
ResultsOf the 4813 HCP in the HD, 4179 (87,1%) participated. Of these, 73,3% (3065) were women and 26,7% (1114) men. The global prevalence of IgG antibodies against SARS-CoV-2 was 6,6% (95%CI: 5,8-7,3). There were statistically significant differences depending on the occupation, from 8,7% (95%CI: 6,9-10,6) on medics down to 3,2% (95%CI: 1,0-8,0) on personnel not associated with health care. The other characteristics did not associate significantly to antibody presence against SARS-CoV-2.
ConclusionThe SARS-CoV-2 infection frequency in HCP is similar to the estimated in the general population for big cities in Spain. This highlights the effectiveness of the infection control and prevention programme in this healthcare department targeted at healthcare personnel.
En diciembre de 2019 en Wuhan (Hubei, China) surgió un nuevo coronavirus que causó una agregación de casos de neumonía1. Rápidamente se propagó por diferentes países y el 11 de marzo de 2020 la Organización Mundial de la Salud declaró la enfermedad causada por el SARS-CoV-2 (coronavirus2 del síndrome respiratorio agudo grave) y denominada COVID-19 como pandemia2.
Aunque todas las personas son susceptibles de contraer la COVID-19, los profesionales sanitarios (PS) son más vulnerables porque están más expuestos3. En este colectivo existe un riesgo de exposición a personas potencialmente contagiosas, del mismo modo que la población general, en las relaciones sociales que establece y en la convivencia con sus familiares en el hogar. Pero además se le añaden otros riesgos: 1)el derivado de la asistencia sanitaria a pacientes (asintomáticos o sintomáticos) y 2)el procedente de desarrollar la jornada laboral en un centro sanitario que, siendo una institución cerrada, puede actuar como amplificador de la transmisibilidad de enfermedades infecciosas cuyo mecanismo de transmisión sea por contacto, gotas o vía aérea (fig. 1).
Por este motivo, desde de la detección de los primeros casos de COVID-19 en China, se ha estudiado la afectación de los PS. En algunos centros se estimó que la frecuencia de afectación del PS estaba entre el 9 y el 16%4-8. La mayor parte de los datos reportados derivan del diagnóstico microbiológico mediante RT-PCR (reacción en cadena de la polimerasa en tiempo real) en muestras respiratorias de personas sintomáticas. La RT-PCR detecta ARN viral desde antes de iniciarse los síntomas y por un periodo variable según la gravedad de la enfermedad9,10. Esta técnica tiene falsos negativos cuando se realiza una vez evolucionada la enfermedad, ya que se conoce que la PCR se va negativizando a la vez que aumentan las tasas de seropositividad11. Las técnicas serológicas pueden ser utilizadas para el diagnóstico retrospectivo de casos, identificando también a los casos asintomáticos. Detectan anticuerpos específicos frente a SARS-CoV-2 y han demostrado una sensibilidad creciente en el curso de la infección, siendo mayor al 90% a la segunda semana tras el inicio de los síntomas11.
Cuantificar el impacto en los PS es el primer paso para saber si han sido afectados con la misma frecuencia que el resto de población y conocer, por tanto, si los programas de prevención y control de infecciones (PPCI) instaurados en los centros sanitarios han sido efectivos. Estos se basan en el mecanismo de transmisión del virus12, que se produce por gotas respiratorias cuando se está en contacto a menos de un metro con una persona con COVID-19 sintomática13, conociéndose que las personas asintomáticas también pueden transmitirlo14. Unos adecuados PPCI junto con un correcto grado de cumplimiento con las recomendaciones establecidas deberían igualar los riesgos de exposición de los PS a los de la población general.
Tras publicarse el informe preliminar del estudio sero-epidemiológico de base poblacional para estimar la prevalencia de infección por SARS-CoV-2 en España15, es importante conocer el impacto en los PS mediante serología para poder establecer comparaciones. El objetivo del estudio es estimar la prevalencia anticuerpos IgG contra SARS-CoV-2 en los PS de un departamento de salud.
MétodosEstudio observacional de tipo transversal en un departamento sanitario (DS) con un hospital terciario y 12 centros de atención primaria. Se realizó en el contexto del Estudio de Sero-prevalencia promovido por el Sistema de Salud de la comunidad autónoma. La población de estudio fueron los PS adscritos al DS, incluyendo tanto a los que trabajan prestando asistencia a pacientes (facultativos, enfermería, celadores, etc.) como al personal de apoyo (mantenimiento, cocina, administrativos, etc.). El número de PS vinculados contractualmente al DS durante la epidemia por COVID-19 (a fecha de 19 de abril de 2020) era de 4.813.
La captación de los PS se realizó mediante un documento informativo que se distribuyó a través de los canales de comunicación establecidos (responsables de los servicios, docencia, intranet, etc.) a todos los PS del DS mediante una nota interior el 21 de abril de 2020, informándose de las características del estudio y de dónde y cuándo realizarse la prueba.
A los que desearon participar se les realizó la extracción de una muestra sanguínea mediante venopunción en la unidad o centro de salud al cual estaban adscritos, bajo la coordinación del jefe de servicio o coordinador correspondiente. Como alternativa se creó una unidad de apoyo ubicada en el centro hospitalario con una agenda abierta con posibilidad de más de 4.000 citas. Las muestras se recogieron del 24 de abril de 2020 al 8 de mayo de 2020 en horario amplio de 8:30 a 21:30h, excluyendo días festivos. De manera complementaria, se solicitó consentimiento informado para guardar los excedentes de las muestras en el Biobanco del Instituto de Investigación Sanitaria del DS (ISABIAL). En el momento de la extracción se recogieron para cada uno de los PS los siguientes datos: edad, sexo, estamento y área de trabajo. Los grupos establecidos para el área de trabajo (atención primaria, urgencias hospitalarias, unidad de críticos, etc.) y el estamento (facultativo, enfermería, técnico en cuidados auxiliares de enfermería [TCAE], celador, técnico, administrativo, otro personal sanitario [fisioterapeutas, psicólogos, trabajador social] y otro personal no sanitario [personal de mantenimiento, almacén, etc.]) fueron los establecidos según el protocolo de la comunidad autónoma.
Para la medición de anticuerpos se realizó en primer lugar un proceso de cribado mediante dos técnicas de ELISA (VIRCELL, Granada, España) que detectan la presencia de anticuerpos específicos frente a SARS-CoV-2; la primera de ellas detecta IgG y la segunda detecta IgM e IgA. Cuando esta prueba resultó negativa, no se realizó confirmación posterior. Cuando se detectó la positividad de IgM e IgA o se detectó de forma dudosa la presencia de IgG, se realizó un proceso de confirmación por quimioluminiscencia mediante el test COVID-19 VIRCLIA®, que detecta la presencia de los isotipos IgM e IgA de forma conjunta, y del isotipo IgG. En todos los casos se siguieron los protocolos establecidos por el fabricante. Se consideró presencia de respuesta inmunitaria cuando al menos uno de los test diagnósticos confirmó la presencia de IgG frente a SARS-CoV-2. A las personas que presentaron IgM/IgA positivas e IgG negativa se les realizó una prueba de confirmación microbiológica mediante reacción en cadena de la polimerasa (PCR) de SARS-CoV-2 en una muestra de aspirado nasofaríngeo para descartar infección en ese momento, y se repitió la determinación de anticuerpos mediante las mismas técnicas serológicas entre 2 y 3semanas después de la primera determinación para valorar si hubo seroconversión de IgG.
La recogida de datos se realizó de forma retrospectiva a través de las historias clínicas. Se respetaron los principios éticos establecidos en la Declaración de Helsinki. Los datos fueron anonimizados y su uso se rigió por lo recogido en la legislación vigente en relación con la protección de datos de carácter personal. El estudio cuenta con la autorización del Comité de Ética de Investigación con Medicamentos del Departamento de Salud Alicante-Hospital General con el número de referencia PI2020-50.
Se describen las características de los PS que participaron según el sexo, utilizando la frecuencia absoluta y relativa para cada una de las categorías de las variables. Se calcula la prevalencia de presencia de anticuerpos IgG frente a SARS-CoV-2 con su intervalo de confianza al 95% para el total de PS y para cada una de las categorías de las variables. Para estudiar la asociación entre la presencia de anticuerpos y cada una de las variables se utilizó la prueba de ji cuadrado. Para estudiar la magnitud de asociación se calculó la odds ratio (OR) y su intervalo de confianza al 95% (IC95%). El nivel de significación estadística utilizado fue de p˂0,05.
ResultadosDe los 4.813 PS vinculados contractualmente al Departamento de Salud en el periodo de estudio, participaron el 87,1% (4.179). De estos, el 73,3% (3.065) eran mujeres y el 26,7% (1.114) eran hombres. El 23,3% (947) eran facultativos, el 28,4% (1186) eran personal de enfermería, el 15,6% (651) TCAE y el 16,1% (672) personal administrativo. El resto de características de los PS incluidos para el total y según la distribución por sexos se presenta en la tabla 1.
Características generales de los participantes en el estudio de sero-epidemiología de la infección por SARS-CoV-2 (IgG+) realizado en los profesionales sanitarios del Departamento de Salud de Alicante - Hospital General
Total | Hombres | Mujeres | ||||
---|---|---|---|---|---|---|
n | % | n | % | n | % | |
Total | 4.179 | − | − | − | − | − |
Sexo | ||||||
Hombre | 1.114 | 26,7 | − | − | − | − |
Mujer | 3.065 | 73,3 | − | − | − | − |
Edad, años | ||||||
≤ 24 | 72 | 1,7 | 13 | 1,2 | 59 | 1,9 |
25-29 | 383 | 9,2 | 101 | 9,1 | 282 | 9,2 |
30-34 | 375 | 9,0 | 88 | 7,9 | 287 | 9,4 |
35-39 | 408 | 9,8 | 120 | 10,8 | 288 | 9,4 |
40-44 | 487 | 11,7 | 139 | 12,5 | 348 | 11,4 |
45-49 | 503 | 12,0 | 117 | 10,5 | 386 | 12,6 |
50-54 | 553 | 13,2 | 136 | 12,2 | 417 | 13,6 |
55-59 | 645 | 15,4 | 171 | 15,4 | 474 | 15,5 |
60-64 | 688 | 16,5 | 186 | 16,7 | 502 | 16,4 |
≥ 65 | 65 | 1,6 | 43 | 3,9 | 22 | 0,7 |
Estamento | ||||||
Facultativo | 947 | 23,3 | 426 | 38,2 | 548 | 17,9 |
Enfermería | 1186 | 28,4 | 212 | 19,0 | 974 | 31,8 |
TCAE | 651 | 15,6 | 56 | 5,0 | 595 | 19,4 |
Celador | 286 | 6,8 | 156 | 14,0 | 130 | 4,2 |
Técnico | 127 | 3,0 | 25 | 2,2 | 102 | 3,3 |
Administrativo | 672 | 16,1 | 139 | 12,5 | 533 | 17,4 |
Otro personal sanitario | 158 | 3,8 | 31 | 2,8 | 127 | 4,1 |
Otro personal no sanitario | 125 | 3,0 | 125 | 6,2 | 56 | 1,8 |
Área de atención | ||||||
Atención primaria | 757 | 18,1 | 218 | 19,6 | 539 | 17,6 |
Urgencias hospitalarias | 318 | 7,6 | 90 | 8,1 | 228 | 7,4 |
Críticos | 259 | 6,2 | 75 | 6,7 | 184 | 6,0 |
Especialidades médicas | 545 | 13,0 | 114 | 10,2 | 431 | 14,1 |
Especialidades quirúrgicas | 846 | 20,2 | 229 | 20,6 | 617 | 20,1 |
Otros | 1.454 | 34,8 | 388 | 34,8 | 1.066 | 34,8 |
La prevalencia global de presencia de anticuerpos IgG frente a SARS-CoV-2 fue del 6,6% (IC95%: 5,8-7,3). La prevalencia según grupo de edad se encontró entre el 5,2% (IC95%: 3,5-7,0) en el grupo de edad de 60 a 64años y el 10,8% (IC95%: 2,5-19,1) en el grupo de 65 o más años. La prevalencia en el grupo de facultativos fue de 8,7% (IC95%: 6,9-10,6) y fue la única característica que se asoció con la presencia de anticuerpos IgG frente a SARS-CoV-2, con una OR=2,9 (IC95%: 1,0-8,0). Ninguna de las demás características estudiadas, ni el grupo de edad, ni el sexo, ni el área de atención, se asociaron de forma significativa con la presencia de anticuerpos IgG frente a SARS-CoV-2 (tabla 2).
Resultados del estudio de sero-epidemiología de la infección por SARS-CoV-2 (IgG +) realizado en los profesionales sanitarios del Departamento de Salud de Alicante - Hospital General
Prevalencia de anticuerpos IgG | OR (IC 95%) | p | |||
---|---|---|---|---|---|
n | % | (IC 95%) | |||
Total (n=4.179) | 274 | 6,6% | (5,8-7,3) | − | − |
Sexo | |||||
Hombre (n=1.114) | 77 | 6,9% | (5,4-8,4) | 1,1 (0,8-1,4) | 0,576 |
Mujer (n=3.065) | 197 | 6,4% | (5,5-7,3) | 1 | |
Edad, años | |||||
≤ 24 (n=72) | 5 | 6,9% | (2,3-15,5) | 1 | |
25-29 (n=383) | 36 | 9,4% | (6,3-12,5) | 1,4 (0,5-3,7) | 0,506 |
30-34 (n=375) | 29 | 7,7% | (4,9-10,6) | 1,1 (0,4-3,0) | 0,817 |
35-39 (n=408) | 26 | 6,4% | (3,9-8,9) | 0,9 (0,3-2,5) | 0,856 |
40-44 (n=487) | 36 | 7,4% | (5,0-9,8) | 1,1 (0,4-2,8) | 0,892 |
45-49 (n=503) | 29 | 5,8% | (3,6-7,9) | 0,8 (0,3-2,2) | 0,692 |
50-54 (n=553) | 34 | 6,2% | (4,1-8,2) | 0,9 (0,3-2,3) | 0,793 |
55-59 (n=645) | 36 | 5,6% | (3,7-7,4) | 0,8 (0,3-2,1) | 0,637 |
60-64 (n=688) | 36 | 5,2% | (3,5-7,0) | 0,7 (0,3-2,0) | 0,542 |
≥ 65 (n=65) | 7 | 10,8% | (2,5-19,1) | 1,6 (0,5-5,4) | 0,432 |
Estamento | |||||
Facultativo (n=974) | 85 | 8,7% | (6,9-10,6) | 2,9 (1,0-8,0) | 0,041 |
Enfermería (n=1186) | 78 | 6,6% | (5,1-8,0) | 2,1 (0,8-5,9) | 0,147 |
TCAE (n=651) | 33 | 5,1% | (3,3-6,8) | 1,6 (0,6-4,6) | 0,373 |
Celador (n=286) | 13 | 4,5% | (2,0-7,1) | 1,4 (0,5-4,5) | 0,531 |
Técnico (n=127) | 8 | 6,3% | (1,7-10,9) | 2,0 (0,6-6,9) | 0,257 |
Administrativo (n=672) | 43 | 6,4% | (4,5-8,3) | 2,1 (0,7-5,9) | 0,172 |
Otro personal sanitario (n=158) | 10 | 6,3% | (2,2-10,4) | 2,0 (0,6-6,7) | 0,237 |
Otro personal no sanitario (n=125) | 4 | 3,2% | (1,0-8,0) | 1 | |
Área de atención | |||||
Atención primaria (n=757) | 42 | 5,5% | (3,9-7,2) | 1 | |
Urgencias hospitalarias (n=318) | 23 | 7,2% | (4,2-10,2) | 1,3 (0,8-2,3) | 0,292 |
Críticos (n=259) | 17 | 6,6% | (3,4-9,8) | 1,2 (0,7-2,1) | 0,547 |
Especialidades médicas (n=545) | 45 | 8,3% | (5,9-10,7) | 1,5 (1,0-2,3) | 0,055 |
Especialidades quirúrgicas (n=846) | 63 | 7,4% | (5,6-9,3) | 1,4 (0,9-2,1) | 0,126 |
Otros (n=1454) | 84 | 5,8% | (4,5-7,0) | 1,0 (0,7-1,5) | 0,826 |
En el momento actual, cuando se han publicado los resultados sobre sero-epidemiología de la infección por SARS-CoV-2 en la población de España15, se hace necesario conocer cuál ha sido el impacto real en el grupo específico de PS, por constituir estos una población con mayor riesgo de exposición3. Por ello, los resultados presentados en este estudio cobran especial importancia.
En este estudio se encontró que la prevalencia de anticuerpos IgG contra SARS-CoV-2 en los PS del DS fue del 6,6% (IC95%: 5,8-7,3). Cabe señalar que a todos los PS que presentaron IgM/IgA positivas e IgG negativa se les realizó PCR que resultó negativa, se comprobó que se mantuvieron asintomáticos y la segunda determinación de anticuerpos resultó IgM/IgA e IgG negativas. Por ello se interpretaron como falsos positivos de la primera determinación. Esto puede ocurrir en estudios sero-epidemiológicos realizados en entornos de baja prevalencia, tal y como señalan Valdivia et al.16 en su trabajo sobre el perfil de anticuerpos IgM+/IgG− en trabajadores sanitarios asintomáticos de un hospital de Valencia.
Previamente, con datos analizados a fecha de 12 de abril de 2020, se había estimado una prevalencia de infección por SARS-CoV-2 diagnosticada mediante PCR en los PS del mismo DS del 3,9% (IC95%: 3,4-4,6)17. La diferencia encontrada entre ambos estudios no es incongruente y la menor prevalencia calculada en el estudio previo pudo deberse a:1)solo se incluyó a los PS que se estudiaron en el marco de un estudio de contactos de un caso de COVID-19 confirmado y a los que solicitaron ser evaluados por presentar síntomas; 2)los casos asintomáticos no fueron contabilizados porque no se sometieron a pruebas diagnósticas, y 3)el análisis de resultados del estudio previo se produjo antes en el tiempo, por lo que es posible que en el presente trabajo se hayan contabilizado casos nuevos no contabilizados previamente. Por otro lado, destacar que en la fecha en la que se finalizó el presente estudio habían sido diagnosticados de COVID-19 mediante PCR 166 trabajadores sintomáticos. De estos, el 12,0% (20), no participaron en el presente estudio de seroprevalencia. Si hubieran participado, y la serología hubiera resultado IgG positiva en todos los casos, la prevalencia de anticuerpos frente a SARS-CoV-2 en los PS del departamento habría ascendido del 6,6 al 7,0%.
Según datos preliminares a 3 de junio de 2020 de la segunda ronda del Estudio Nacional de Sero-Epidemiología de la infección por SARS-CoV-2 en España, realizado del 18 de mayo de 2020 al 1 de junio de 2020 con 63.564 participantes, la prevalencia nacional estimada de anticuerpos IgG frente a SARS-CoV-2 es del 5,2% (IC95%: 4,9-5,5), y en la provincia del DS en concreto es del 3,3% (IC95%: 2,4-4,7)15. Es destacable la existencia de una marcada variabilidad geográfica, siendo la proporción de positivos mayor en grandes ciudades (>100.000 habitantes), con una prevalencia del 6,8% (IC95%: 6,2-7,4). Según cifras oficiales, la población a 1 de enero de 2019 en la ciudad del DS era 334.887 habitantes18, por lo que la prevalencia estimada de anticuerpos IgG frente a SARS-CoV-2 en los PS del DS no sería superior a la de la población de grandes ciudades, con la limitación al establecer esta comparación de que en la muestra de PS no hay presencia de participantes con edades inferiores a 20años ni mayores de 70años. Hasta la fecha no se conocen datos pertenecientes a PS de otros DS del entorno inmediato para poder compararlos. A nivel nacional, en otro hospital de referencia en Barcelona se encontró que el 9,3% de los PS habían desarrollado anticuerpos frente a SARS-CoV-2, si bien en este caso se consideró la positividad frente a IgG y también IgM e IgA19. En León (España), en el entorno de atención primaria y residencias de ancianos se encontró una prevalencia real de infección de SARS-CoV-2 de entre el 4,9 y el 11,0%, considerando IgG o IgM positivas mediante una prueba de diagnóstico rápido diferenciado (RDT) utilizando una muestra de sangre total por punción digital20.
Si nos centramos en la distribución por grupos de edad, en el presente estudio no se encontraron diferencias estadísticamente significativas en la prevalencia de anticuerpos frente a SARS-CoV-2 entre los distintos grupos etarios. Por otro lado, si comparamos la prevalencia de anticuerpos de los distintos subgrupos de edad de este estudio con la obtenida para los mismos subgrupos de edad en el Estudio Nacional de Sero-Epidemiología de la infección por SARS-CoV-2 en España15, se observa que la prevalencia es semejante entre los 45 y los 64años. Sin embargo, sí se observan diferencias en otros grupos de edad: en los PS del DS menores de 44años la prevalencia de anticuerpos fue mayor a la estimada en la población general, donde obtuvieron prevalencias entre el 3,9% en el grupo de 30 a 34años al 4,9% en el grupo de 25 a 29años. También resulta llamativo que el grupo de facultativos fuera el que presentó una mayor prevalencia de anticuerpos, con una frecuencia del 8,7%. Este estamento no es, a priori, el que más se expone a los procedimientos asociados a un mayor riesgo de transmisión de SARS-CoV-2, que son los que generan aerosoles: aspiración de secreciones, administración de tratamiento nebulizado, ventilación no invasiva con presión positiva, etc.3. Esto sugeriría la posibilidad de existencia de otros entornos de exposición distintos a la atención sanitaria propiamente dicha, como el desarrollo del trabajo en una institución cerrada o las relaciones que establecen necesariamente los PS entre sí para el adecuado desarrollo de su actividad profesional (fig. 1).
Las cifras sobre afectación en los PS invitan a reflexionar sobre cómo los PPCI pueden contribuir a reducir el riesgo de transmisión en los centros sanitarios. Como consecuencia de la rápida expansión de la pandemia de COVID-19 la OMS instó a los gobiernos a conceder una máxima prioridad al control de la enfermedad21 con medidas de distanciamiento social con el fin de minimizar el contacto entre las personas. Estas medidas fueron firmes en España, aplicándose simultáneamente varios niveles de distanciamiento con la declaración del estado de alarma el 14 de marzo de 202022, ordenando el confinamiento, permaneciendo en el domicilio, cerrándose centros de trabajo, educativos etc. El impacto de esta medida radical y de objetivable cumplimiento tiene un impacto directo en las relaciones sociales (fig. 1) y, por tanto, en la ralentización de la propagación del virus23.
Sin embargo, la anterior medida no actúa sobre los riesgos específicos y añadidos en los PS, derivados de las relaciones producidas en una institución cerrada y de la atención sanitaria a pacientes. Por ello los PPCI específicamente dirigidos a las infecciones asociadas a los cuidados de la salud en los centros sanitarios deben ser una prioridad para proteger la salud de los PS y de los pacientes. En el caso de este DS, considerando el mecanismo de transmisión de la enfermedad por gotas y teniendo en cuenta las recomendaciones internacionales3,24, se establecieron antes del inicio de la epidemia las siguientes estrategias: 1)medidas de higiene respiratoria dirigidas a pacientes con síntomas respiratorios, incluyendo la recomendación del uso de mascarilla quirúrgica (facilitada por el centro), y 2)aplicación de las precauciones ampliadas de gotas, contacto y protección ocular para la atención a pacientes que presentan síntomas compatibles con COVID-19; estas determinan el uso de los equipos de protección individual (bata, guantes, mascarilla quirúrgica o FFP2/FFP3 y pantalla facial o gafas protectoras)12. Estas dos estrategias de objetivable cumplimiento contribuyen de manera directa a la disminución del riesgo de exposición a pacientes con síntomas pero no protegen frente a la exposición a pacientes asintomáticos u otros PS que potencialmente podrían estar infectados. Con la finalidad de proteger a los PS frente a estos riesgos, el 19 de marzo de 2020 se decidió establecer la siguiente medida: 3)la recomendación de uso de mascarilla quirúrgica por el personal sanitario siempre que se esté a menos de un metro de distancia de un paciente o de otra persona (en la atención a pacientes asintomáticos, en el resto de actividades en el laboral, en su entorno de convivencia y en su entorno social).
Es reseñable que la efectividad de estas medidas depende de forma directa de su cumplimiento. Se pudo objetivar mediante observación (no formal) que el cumplimiento del uso de la mascarilla quirúrgica por los PS en la jornada de trabajo durante la asistencia a pacientes era mayor del 90%. Esta medida tendría un alto impacto al proteger a los PS de los pacientes asintomáticos, los cuales suponen un riesgo para los PS que pueden no tener una sospecha clínica de COVID-19 y por tanto no adoptar las medidas de protección adecuadas. Sin embargo, se desconoce cuál fue el cumplimiento en el ámbito familiar, en el ámbito social y en el ámbito laboral cuando no se está asistiendo a pacientes, por lo que el impacto sobre estos riesgos podría haber sido muy variable. Esta medida fue evaluada posteriormente en el centro y se concluyó que había sido efectiva: la incidencia acumulada de COVID-19 en los PS se redujo de 22,1 por cada 1.000 trabajadores en el periodo preexposición a 8,0 por cada 1.000 trabajadores en el periodo de exposición25. Datos de otros estudios también han apoyado el uso de la mascarilla en la relación con otros convivientes en el hogar26, lo cual es imprescindible si se pretende reducir los riesgos de todos los ámbitos. A su vez, un cumplimiento más bajo de esta recomendación en los grupos de edad más jóvenes que tienden establecer un mayor número de relaciones sociales podría justificar que se obtuviera una prevalencia de IgG frente a SARS-CoV-2 mayor en estos grupos de edad, si bien es cierto que esta hipótesis no pudo ser objetivada.
Dentro de las limitaciones del estudio cabe destacar un posible sesgo de selección por la no participación del 12,9% de los PS, aunque se podría descartar porque se verificó la no existencia de diferencias estadísticamente significativas en la distribución por sexo, edad y estamento entre los participantes y no participantes. Por otro lado, no se recogió información sobre la presencia de síntomas, posibles contactos con casos de COVID-19 sospechosos o confirmados, ámbito del contacto, etc., que permitiera establecer el potencial origen de los contactos de riesgo que hubieran podido conllevar el contagio. Otra posible limitación es el infradiagnóstico derivado de resultados falsos negativos, si bien es cierto que la sensibilidad y la especificidad de las técnicas utilizadas son superiores al 90% según los fabricantes; además, cabe destacar que la técnica ELISA (utilizada en este estudio) tienen una mayor validez diagnóstica respecto a las técnicas de inmunofluorescencia (en las que se basan los datos provisionales del estudio nacional de sero-epidemiología). Por último, no se dispone de un estudio sero-epidemiológico en la población general del área del DS que tenga la misma estructura por sexo y edad que los PS, por lo que no se puede evaluar de forma más precisa la efectividad de los PPCI sobre los riesgos adicionales a los que están expuestos los PS.
El impacto de la COVID-19 en los PS del DS está igualado al de la población general de las grandes ciudades, lo que orienta sobre la efectividad del PPCI dirigido a los PS en este DS. Que los riesgos a los que están expuestos los PS se igualen a los del resto de la población depende en gran medida de las recomendaciones que se establezcan en los PPCI puestos en marcha y del grado de cumplimiento de estas. Es por tanto una necesidad urgente apoyar las investigaciones dirigidas al control de la pandemia mediante medidas no farmacológicas y especialmente las enfocadas a la prevención y el control de infecciones en el ámbito de la atención sanitaria.
AutoríaPaula Gras-Valentí, Pablo Chico-Sánchez, José Sánchez-Payá y Juan Carlos Rodríguez-Díaz participaron en la concepción y el diseño del estudio.
Juan Carlos Rodríguez-Díaz y María Adelina Gimeno-Gascón fueron los responsables de realizar los estudios serológicos.
Natividad Algado-Sellés, María Adelina Gimeno-Gascón y Juan Gabriel Mora-Muriel participaron en la recogida de datos y en la gestión de la base de datos.
Pablo Chico-Sánchez y José Sánchez-Payá realizaron el análisis principal de los datos.
Todos los autores participaron en la interpretación de los resultados.
Paula Gras-Valentí y Natividad Algado-Sellés participaron en la elaboración del borrador del artículo.
Todos los autores pertenecientes a los grupos de trabajo revisaron críticamente el manuscrito, realizaron importantes contribuciones intelectuales y aprobaron la versión definitiva que se presenta.
FinanciaciónNinguna.
Conflicto de interesesTodos los autores declaran que no existen conflictos de intereses.
Victor Manuel Soler-Molina, César Osvaldo Villanueva-Ruiz, Julio Barrenengoa-Sañudo, Marina Fuster-Pérez, Sandra Cánovas-Javega, Ana Esclapez-Martínez, Verónica Nadal-Morante, Lidia Cartagena-Llopis, Patricia Cerezo-Milán, Miranda Monerris-Palmer.
Esperanza Merino-Lucas, Juan Gil-Carbonell, Rosario Sánchez-Martínez, Pere Llorens, Maria Galiana-Ivars, Luis Gómez-Salinas, Francisco Jaime-Sánchez, Javier González-de Dios, German Lloret, María Rosario García-Santafé, Remedios Sanz-Beltrá, Luis Mena-Esquivias, Miguel Ángel García-Alonso.
Justificación de la necesidad de un mayor número de contribuciones: Debido a que el estudio se ha desarrollado en el transcurso de la pandemia por COVID-19, la puesta en marcha de las actividades de Vigilancia, Prevención y Control de Infecciones por SARS-CoV-2 del centro hospitalario ha supuesto un esfuerzo considerable y ha requerido el trabajo intenso y perseverante de todos los integrantes de los grupos de trabajo creados para tal fin. Todos los autores nombrados y pertenecientes a los grupos de trabajo COVID-19 del Servicio de Medicina Preventiva y de la Comisión de Infecciones han participado en el estudio y han realizado contribuciones notables en el diseño del mismo, en la recogida de datos, en la interpretación de los resultados y en la revisión crítica del manuscrito. Sin la colaboración de todos y cada uno de ellos no habría sido posible llevarlo a cabo.