Varón de 30 años, con infección por el VIH de adquisición sexual (sexo entre hombres), estadio B2, en tratamiento con emtricitabina/rilpivirina/tenofovir disoproxil fumarato con buen control virológico e inmunológico (recuento de CD4 845cél/mm3 y carga viral indetectable). Como antecedentes personales destacables presenta infección pasada por gonococo y lúes, habiendo recibido tratamiento correcto para ambas infecciones de transmisión sexual (ITS).
Acude a consulta de la unidad de procesos infecciosos por aparición de lesión blanquecina localizada en punta de la lengua (imagen 1), de 3 días de evolución, dolorosa, sin lesiones acompañantes en región genital ni otras localizaciones. Niega fiebre, sensación distérmica, disfagia ni secreción uretral. En la exploración física, se objetiva lesión ovalada, rasposa, en vértice lingual, distribuida hacia hemilengua izquierda y ambas superficies linguales, que no se levanta al raspado. No se palpan adenopatías locorregionales, ni se objetivan otras lesiones en mucosa oral ni genital, siendo el resto de la exploración física normal. Se realiza analítica de sangre en consulta y se recoge muestra de lesión lingual para estudio microbiológico, así como orina para cribado de ITS.
Nos debemos plantear un extenso diagnóstico diferencial en paciente VIH con prácticas sexuales de riesgo, que debe incluir, entre otras, la leucoplasia oral vellosa, candidiasis seudomembranosa, condiloma por virus del papiloma humano, úlcera postraumática, liquen plano, lúes, lengua saburral o procesos neoplásicos (poco probable por la instauración rápida de la lesión).
EvoluciónEn el estudio microbiológico de la muestra de la lesión lingual se obtiene PCR positiva para Chlamydia trachomatis (CT), por lo que se inicia tratamiento con doxiciclina oral 100mg/cada 12h/durante una semana inicialmente, aunque debido a la persistencia de parte de la lesión, se decidió ampliar el tratamiento hasta 21 días, con resolución completa posterior. El resto de los resultados microbiológicos de despistaje de ITS en sangre y orina fueron negativos, y la analítica de sangre no presentaba alteraciones relevantes.
Comentario finalLa infección genital por CT es considerada en la actualidad una de las causas más frecuentes de ITS a nivel mundial, y afecta principalmente al grupo de jóvenes menores de 25 años. En el subgrupo de HSH, diversos estudios han demostrado tasas significativas de infección extragenital por CT a nivel orofaríngeo y rectal, con o sin infección urogenital concurrente1,2. Por ello, los centros para el control y la prevención de enfermedades (CDC) recomiendan el examen rutinario uretral y anorrectal para CT en HSH, mientras que no se recomienda el cribado a nivel orofaríngeo, debido a su baja tasa de infección, y a que se desconoce la importancia clínica de la afectación en dicha localización3. En varones, su manifestación clínica fundamental es en forma de uretritis, y en mujeres de cervicitis, aunque también se han descrito proctitis, infecciones faríngeas y conjuntivitis. No obstante, del 1-25% de las infecciones en los varones son asintomáticas4–6, llegando incluso al 100% en el caso de la infección orofaríngea2,7,8. Esta gran variabilidad podría deberse a las diferentes técnicas empleadas para el diagnóstico (cultivo, inmunofluorescencia directa o pruebas de amplificación de ácidos nucleicos) o a la localización de la muestra. Si la afectación a nivel faríngeo es sintomática, suele manifestarse como faringitis, linfadenopatía localizada o inflamación de la cavidad oral5, siendo otras formas de presentación excepcionales. En la revisión realizada de las formas atípicas de presentación, utilizando la base de datos PubMed con terminología anglosajona, no hemos encontrado en la literatura casos descritos de infección por CT que se presenten con una lesión blanquecina en la mucosa oral como en nuestro caso.
Como conclusión, a pesar de que, en la mayoría de los pacientes, la infección orofaríngea por CT es asintomática, debemos tenerla en consideración en aquellos pacientes con prácticas sexuales de riesgo e incluirla en el diagnóstico diferencial de las lesiones blancas de la mucosa oral.