El paludismo o malaria es una enfermedad que afecta a millones de personas en el mundo. Es una enfermedad endémica en más de 90 países, lo que representa un 40% de la población mundial. El 90% de los casos ocurren en África1. En el año 2021 se estimaron unos 240 millones de casos en el mundo, con un total de 619.000 muertes. A pesar de que desde el año 2015 la Organización Mundial de la Salud declaró la zona europea libre de malaria, la incidencia ha seguido aumentando a lo largo de los años2. Es la enfermedad importada con mayor número de casos en España, rondando los 800 anuales, siendo el P. falciparum el diagnosticado con mayor frecuencia3. Esto se debe al aumento de la inmigración y de los viajes a países endémicos por distintos motivos como la cooperación, el turismo o el regreso temporal de inmigrantes que tras un período de tiempo viviendo en Europa visitan a familiares (Visiting Friends and Relatives [VFRs]). La malaria puede estar causada por cinco especies distintas del género Plasmodium sp., transmitidos por la picadura de la hembra del mosquito Anopheles1. En el caso de P. falciparum el período de incubación suele ser de un mes hasta los 6 meses.
Sin embargo, en diversos países europeos, entre los que se incluye España, se han publicado casos de infección por P. falciparum en africanos residentes en Europa, sin antecedentes de viaje reciente a zonas endémicas4. Presentamos un caso de malaria por P. falciparum de una paciente procedente de África sin antecedentes de viaje reciente a su país en los últimos 10 años.
Mujer de 29 años procedente de Guinea Ecuatorial, residente en España desde hace 10 años, con antecedentes de hipertensión, diabetes mellitus tipo 2, miocardiopatía hipertrófica y enfermedad renal crónica estadio 3 por GNFyS idiopática. Acudió a urgencias por cuadro de debilidad y dolor en miembros inferiores de varios meses de evolución. La exploración física fue anodina y no se objetivó focalidad neurológica. En la analítica destacó una elevación marcada de reactantes de fase aguda con una proteína C reactiva de 264,3mg/L y procalcitonina 10,70ng/mL, y un hemograma con presencia de anemia hemolítica y trombopenia. Se realizó un frotis por parte de hematología que objetivó imágenes anilladas en hematíes compatibles con Plasmodium sp. Dados los hallazgos se realizó una inmunocromatografía junto con frotis y gota gruesa además de PCR en sangre que confirmó el diagnóstico de malaria por P. falciparum. Se inició tratamiento con eurartesim durante 3 días presentando mejoría progresiva con resolución del cuadro clínico.
Rehistoriando a la paciente, negó viajes en los últimos 10 años y tampoco tuvo ingresos hospitalarios previos o visitas a urgencias.
El paludismo o malaria estuvo presente en España hasta el año 1964, en el que se obtuvo el certificado de erradicación. Actualmente en España se mantiene Anopheles atroparvus, considerado el vector más efectivo de transmisión de malaria en nuestro país siendo capaz de transmitir P. vivax pero refractario a P. falciparum, del cual se han objetivado casos de transmisión autóctona5.
No son poco frecuentes los casos de malaria asintomática por P. falciparum en pacientes inmigrantes provenientes de países con presencia de malaria. La prevalencia en España de malaria submicroscópica en inmigrantes asintomáticos es del 5-9%. Esto es algo frecuente tanto en inmigrantes como en VFRs debido a su inmunidad relativa ante la exposición continua a la infección6. Esto puede dar lugar a un problema de salud pública y estar involucrados en ciclos de transmisión autóctona al actuar de reservorios capaces de reintroducir este agente en lugares previamente erradicados7. En otros hospitales o áreas de salud en los que se hace un cribado exhaustivo de población inmigrante tanto sintomática como asintomática se observa una prevalencia de hasta el 14,6%. Esta juega un papel muy importante a nivel de transmisión en países endémicos actuando como reservorio, por lo que no se podría descartar un papel similar a nivel de zonas no endémicas que favorezcan su introducción en el medio8.
En España se han objetivado casos aislados de malaria por P. falciparum en pacientes sin un antecedente de viaje reciente en los últimos años. Coinciden en que son casos de pacientes provenientes de áreas endémicas que emigraron en los últimos 10 años4,5,9. Una posibilidad barajada en estos casos es que un anofelino local se convierta puntualmente en vector, pero lo más probable sea el descenso progresivo de la inmunidad parcial al patógeno que tienen estos pacientes de manera habitual dando lugar a una infección crónica latente que, finalmente, se manifiesta en un momento dado4.
Como conclusión final, destacaríamos lo importante que es realizar un correcto cribado de esta patología en aquellos inmigrantes asintomáticos provenientes de estas áreas para evitar un posterior desarrollo de la enfermedad y evitar una posible reintroducción de esta patología en nuestro medio. Además, cabe tener en cuenta que esta patología puede desarrollarse aun varios años después de haber viajado a una zona endémica, de ahí la importancia añadida de realizar un correcto cribado a la población.
FinanciaciónLa presente investigación no ha recibido ayudas específicas provenientes de agencias del sector público, sector comercial o entidades sin ánimo de lucro.
Conflicto de interesesNo hay ningún conflicto de intereses en la elaboración de este artículo.