Mujer de 43 años, residente en zona urbana de Tenerife, sin contacto habitual con ganado, que no refiere viajes recientes; consulta por presentar sensación de cuerpo extraño, dolor y enrojecimiento de la conjuntiva del globo ocular derecho de 24h de evolución, tras haber sufrido de manera accidental contacto ocular con mosca. Tras exploración se aprecia la presencia de 8 larvas transparentes de 1mm de longitud sobre la conjuntiva nasal y temporal que son extraídas y remitidas al servicio de microbiología médica. Dónde tras examen microscópico, se observaron larvas translúcidas, que presentaban un polo superior con ganchos bucales en forma de cuerno unidos a un esqueleto cefalofaríngeo prominente y en su extremo caudal un doble abultamiento con numerosos ganchos. Se identificaron como larvas de primer estadio (L1) de la especie Oestrus ovis1 (figs. 1 y 2).
Detalle de larva de Oestrus ovis de primer estadio. A) Se observa un polo superior con ganchos bucales bien desarrollados con forma de cuerno, unidos a un esqueleto cefalofaríngeo prominente. B) Se observa el extremo caudal con presencia de 2 abultamientos terminales con numerosas espinas.
Con el diagnóstico de miasis ocular por Oestrus ovis y tras la extracción total larvaria se pautó tratamiento con colirio de tobramicina 3mg/ml 2 gotas/día y lágrima artificial 1 gota/4 veces/día durante una semana. A los 15 días tras el episodio de miasis ocular, la paciente refiriere un cuadro de rinitis que fue tratado con rupatadina 10mg/día durante 7 días, sin mostrar ninguna mejoría, por lo que es remitida a la consulta de otorrinolaringología donde, tras realizar nueva exploración mediante videofibroscopia, se observa la presencia de una larva de primer estadio en la cavidad nasal izquierda por la zona del meato medio. Tras este hallazgo y la posibilidad de desarrollo de miasis nasal se decide administrar una única dosis de ivermectina de 12mg, remitiendo la sintomatología y sin desarrollo de nuevos episodios.
ComentarioOestrus ovis es una de las especies más conocidas como responsables de miasis en ganado ovino. Su distribución es cosmopolita, con alta prevalencia en zonas de climas húmedos y cálidos2. Las hembras adultas depositan sus larvas L1 en los orificios nasales del ganado, invadiendo posteriormente los senos paranasales y transformándose en las fases larvarias L2 y L3. Posteriormente, las larvas L3 vuelven a la cavidad nasal donde son expulsadas mediante estornudos al suelo donde continúan su desarrollo hasta la forma adulta2. Esta especie causa ocasionalmente zoonosis en el hombre, particularmente en aquellos con actividad ganadera. La miasis ocular es la manifestación clínica más frecuente, descrita principalmente en Centro América3, Sudáfrica4 y la Cuenca Mediterránea5; así como en España6, durante el periodo primavera-verano. Esta infección sucede tras la proyección de larvas L1 al globo ocular durante el vuelo de la mosca adulta, dando lugar a una conjuntivitis irritativa por la acción de las espinas presentes en la larva sobre la córnea y la conjuntiva palpebral7. Eventualmente, puede llegar a desarrollarse miasis nasal bien por infección nasal inicial8 o por complicación de miasis ocular. Esta última se produce por la migración de la larva L1 desde el globo ocular hasta la cavidad nasal9, a través del conducto lagrimonasal. El caso descrito sugiere un episodio de miasis ocular externa junto con un probable caso inicial de miasis nasal por complicación de la primera. La mayoría de los casos de miasis ocular son resueltos con una extracción larvaria completa, con aplicación de anestésico en el saco conjuntival para permitir la inmovilización del parásito. Los corticoides y antibióticos tópicos pueden ser utilizados con el fin de prevenir posibles sobreinfecciones bacterianas5. No obstante, tras la posibilidad del posterior desarrollo de miasis nasal y la dificultad per se de la extracción total larvaria, el seguimiento clínico es fundamental, lo que permite un diagnóstico temprano de la citada complicación y su tratamiento con ivermectina9. En las Islas Canarias, son infrecuentes los casos descritos de miasis tanto en animales como en humanos10, sin embargo pudiera tratarse de una enfermedad emergente infradiagnosticada, por la necesidad de envío de muestras al servicio de microbiología médica para su identificación. Es necesario la aplicación y la valoración de medidas de prevención de la miasis en animales2,7.
FinanciaciónLos autores declaran no haber recibido financiación para la realización de este trabajo.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.