Nos ha resultado grato comprobar que los resultados aportados por Navalpotro Rodríguez et al.1 están en concordancia con nuestros datos publicados recientemente en EIMC2. En su estudio, más de 2 tercios de los casos de parotiditis IgM negativos, pero con resultados positivos mediante RT-PCR, mostraron niveles de IgG específica con positividad elevada (entendida como superior al límite de medición del técnica de quimioluminiscencia utilizada)1. A diferencia de lo que ocurre con los otros componentes de la vacuna triple vírica, en los que se dispone de unidades internacionales de IgG (mUI/ml para sarampión e UI/ml rubéola) que favorecen la comparación de resultados serológicos entre diferentes estudios3, en el caso de parotiditis no existe un suero estándar que permita referirse en unidades internacionales4 y la cuantificación de IgG se expresa en términos de títulos o unidades arbitrarias propios de las técnicas empleadas1,2. Además, las dificultades para la estandarización de los métodos de cuantificación de IgG frente a parotiditis4 pueden entorpecer la comparación de los datos aportados por distintos laboratorios5. El hecho de que aproximadamente una cuarta parte de los casos negativos por RT-PCR también presentará positividad elevada, quizá se explique en parte por la dinámica de los resultados obtenidos por las pruebas de laboratorio para el diagnóstico de parotiditis. Las técnicas de RT-PCR se muestran más sensibles en las fases iniciales tras el inicio de síntomas6,7 pero pueden resultar negativas a medida que avanza la infección. Así, un resultado RT-PCR negativo (en etapas tardías) no excluye definitivamente la infección. La detección de IgM mejora a partir de la segunda semana, sin embargo carece de sensibilidad en población con antecedentes de vacunación6,7. La identificación de elevadas concentración de IgG específica puede incrementar esta sensibilidad. No obstante, los niveles elevados de IgG pueden, obviamente, no resultar demasiado específicos. El programa actual de vacunación en España contempla la administración de 2 dosis de vacuna triple vírica a los 12 meses y los 3-4 años de edad. Entre 2007 y 2016 se han mantenido coberturas vacunales en niños superiores al 95% con la primera dosis y al 90% con la segunda8 y en nuestro medio los niveles de seroprevalencia frente a parotiditis en adultos jóvenes se acercan al 90%9. Sin embargo, pese a esto, la parotiditis continúa mostrando una presentación cíclica en nuestro país10. La aparición de ondas epidémicas periódicas puede ejercer en los individuos vacunados un efecto «boster» que potencie la elevación de los niveles de anticuerpos específicos al entrar en contacto con los virus salvajes circulantes. Estamos absolutamente de acuerdo con los autores en que la realización de RT-PCR en muestras de saliva es en la actualidad el mejor método para la confirmación de casos de parotiditis epidémica en nuestro entorno. La serología puede mantener interés en colectivos no vacunados, en la realización de estudios epidemiológicos y en aquellas situaciones especiales en las que no hubiera sido posible obtener muestras en las etapas iniciales de la enfermedad.
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Vol. 37. Núm. 1.
Páginas 67-68 (enero 2019)
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Respuesta a «Implementación de técnicas moleculares para el diagnóstico de parotiditis epidémica»
Reply to “Implementation of molecular techniques for diagnosis of mumps”
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Juan Carlos Sanza,b,
, Aurora Fernández-Garcíab,c, Juan Emilio Echevarríab,c, Fernando de Oryb,c
Autor para correspondencia
a Laboratorio Regional de Salud Pública de la Comunidad de Madrid, Madrid, España
b Programa de Prevención, Vigilancia y control de las Enfermedades Transmisibles (PREVICET), Consorcio de Investigación Biomédica de Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP), Madrid, España
c Laboratorio Nacional de Referencia de Parotiditis, Centro Nacional de Microbiología (CNM), Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), Madrid, España
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David Navalpotro Rodríguez, Miriam Torrecillas Muelas, María Mercedes Melero García, Concepción Gimeno Cardona
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