Las mujeres que ejercen el trabajo sexual (MTS) son una de las poblaciones clave en la monitorización y la evaluación del VIH y otras infecciones de transmisión sexual (ITS). Factores socioeconómicos, estructurales y asociados al ámbito de trabajo influyen en la exposición a estas infecciones. Los objetivos del estudio fueron describir y comparar características sociales, conductas de riesgo y prevalencia del VIH, clamidia y gonococia según el lugar de realización del trabajo sexual (calle o carretera, clubs, pisos).
MétodosEstudio transversal en 400MTS en Cataluña. Se recogieron características sociodemográficas, del trabajo sexual y conductuales mediante entrevista personal y muestras de fluido oral y orina para determinar la prevalencia de ITS.
ResultadosLas MTS que ejercen en la calle o en la carretera presentaron condiciones más precarias y mayor vulnerabilidad relacionada con factores socioeconómicos: población más envejecida, con nivel de estudios inferior y menor retribución económica por su servicio. Se observaron otros factores asociados al estilo de vida o conductuales: mayor consumo de drogas por vía parenteral, mayor tiempo de trabajo sexual o vulnerabilidades asociadas a una serie de determinantes a nivel estructural o sociales: menor acceso a servicios de salud, mayor proporción de relaciones forzadas y estancia en prisión. La prevalencia global de VIH, clamidia y gonococia fue del 3,0, del 1,8% y del 0,5%, respectivamente, y superiores en las mujeres que ejercían en la calle-carretera: 5,6%, 1,9% y 1,2%, respectivamente.
ConclusiónLa información generada en este estudio será clave para el diseño de intervenciones preventivas específicas dirigidas a este colectivo.
Women sex workers (WSW) are one of key population on the HIV and other sexually transmitted infections (STIs) monitoring and evaluation. Socioeconomic, structural factors and other factors associated with the workplace influence exposure to these infections. The objectives of this study were to describe and compare the social characteristics, risk behaviours and HIV, Chlamydia and gonorrhoeae prevalence according to sex work site (street or highway, clubs and flats).
MethodsCross-sectional study on 400WSW in Catalonia. Socio-demographic, sex work and behavioral characteristics were collected through personal interview. Oral fluid and urine samples were collected to determine STI prevalence.
ResultsWSW that exercised in the street or highway presented more precarious conditions and a greater vulnerability related to socioeconomic factors: older population, with a lower education level and with less economic remuneration for their service. Other factors associated with lifestyle or behaviour was also observed: greater injecting drug use, longer sex work or vulnerabilities associated with structural or social determinants: less access to health services, higher proportion of forced relations and stay in prison. The overall HIV, Chlamydia and gonorrhoeae prevalence was 3.0%, 1.8% and 0.5%, respectively, and higher in women who exercised on the street or highway: 5.6%, 1.9% and 1.2%, respectively.
ConclusionThe information generated in this study will be useful for the design specific preventive interventions aimed at this group.
Tradicionalmente, por el grado de exposición y los factores de vulnerabilidad asociados al colectivo, se ha considerado a las mujeres que ejercen el trabajo sexual (MTS) una de las poblaciones clave en la monitorización y evaluación del VIH y otras infecciones de transmisión sexual (ITS), así como una población diana prioritaria de los programas de prevención y control de estas infecciones1. Una revisión sistemática reciente encuentra una prevalencia global del VIH en MTS del 11,8%, con una variación significativa según la región geográfica2. En Europa, la prevalencia sigue siendo relativamente baja, en general no superior al 5%1. España también presenta valores bajos, que oscilan entre el 0,2 y el 1,8%3-5, ligeramente superiores a los valores de la población general.
Tradicionalmente, el sexo comercial como población puente se ha asociado a la transmisión del VIH6; sin embargo, en nuestro país ha sido poco relevante en lo que se refiere a esta transmisión a la población general, también por sus bajos valores de prevalencia. En cambio, diversos estudios nacionales han mostrado prevalencias más elevadas para otras ITS7, oscilando en rangos del 4,7 al 5,9% para Chlamydia trachomatis (CT) y del 0,6% al 3,7% para Neisseria gonorrhoeae (NG)4,8, dos de las ITS más prevalentes en mujeres y con porcentajes importantes en inmigrantes. Según los últimos datos publicados en Cataluña y siguiendo los patrones estatales y europeos9,10, NG se situó en una tasa de 51 casos por 100.000 habitantes, con una tasa de 17 casos en mujeres y el 34% de diagnósticos en inmigrantes; el 12% de los casos estaban coinfectados con el VIH11. Para CT, la tasa se situó en 72 casos, con el 52% de casos en mujeres y el 35% en inmigrantes; el 3,7% de los casos estaban coinfectados con el VIH11.
La vulnerabilidad en las MTS se relaciona fundamentalmente con factores socioeconómicos, factores asociados al estilo de vida (consumo de alcohol y de drogas), así como determinantes a nivel estructural: acceso limitado a servicios de salud, criminalización, estigma o violencia sexual y física12-14. Por otro lado, e incrementando también la vulnerabilidad frente a estas infecciones, existen determinantes propios de su actividad, como un número elevado de parejas sexuales, sexo sin preservativo y otros factores asociados al ámbito de trabajo que influyen en la exposición a riesgos15. Lo que supondría a priori una ganancia económica y en autonomía mayor en las trabajadoras de calle o pisos respecto a la de clubs, supone una pérdida de seguridad. A su vez, la entrada en vigor en 2014 de la Ley de Seguridad Ciudadana ha provocado la demanda de servicios en lugares más aislados. Por consiguiente, las mujeres cambian las zonas más conocidas y cercanas en las que se sienten más seguras por zonas en las que aumentan su vulnerabilidad y la posibilidad de sufrir agresiones, y a su vez se ven obligadas a negociar las «condiciones» del servicio de manera rápida y clandestina, lo que supone una pérdida de control en la negociación del preservativo, el precio o las prácticas. Otros autores muestran también una exposición desigual frente al VIH según el lugar donde se ejerce el trabajo sexual16-18.
Con el propósito de generar información clave que ayude al diseño de intervenciones preventivas específicas dirigidas a esta población, los objetivos de este estudio fueron describir y comparar las características sociales, las conductas de riesgo y la prevalencia del VIH, de CT y de NG en MTS según el lugar de realización del trabajo sexual.
MétodosEstudio transversal realizado durante el segundo semestre del 2018 como parte de la vigilancia bio-conductual del Sistema Integrado de Vigilancia Epidemiológica del VIH/ITS (SIVES), realizado con la colaboración de entidades no gubernamentales (ONG) que desarrollan servicios integrales a nivel sociosanitario, programas de atención, apoyo y educación a las personas que se dedican al trabajo sexual y en coordinación con la entidad Àmbit Prevenció Fundació para el trabajo de campo.
Población de estudioSe seleccionó una muestra de conveniencia (no aleatoria) de 400MTS ˃18años que ejercían en la calle o en la carretera, en pisos y en clubs, estratificando por país o zona de origen (españolas, latinoamericanas, del Este de Europa y africanas) y considerando una asignación proporcional en cada estrato.
Recogida de informaciónLa información conductual se recogió mediante entrevista personal durante los meses de marzo a julio directamente en los lugares de reclutamiento o en las ONG colaboradoras por parte de entrevistadores/as del sector social y/o de salud que trabajaban directamente con esta población. Las participantes recibían una compensación económica al finalizar la entrevista. El cuestionario fue estructurado y adaptado a partir del utilizado por Médicos del Mundo en 2002 y mediante un estudio piloto se analizó su adecuación y funcionamiento en condiciones reales19. El cuestionario incluía preguntas sobre características sociodemográficas, consumo de drogas (cannabis, heroína, cocaína, éxtasis) y alcohol, características del trabajo sexual, prácticas sexuales con clientes y con la pareja estable, salud sexual y reproductiva, y acceso a servicios sociales y sanitarios. El periodo de referencia de las conductas fue ≤6meses a la realización de la entrevista. Para la detección de anticuerpos frente al VIH en muestras de fluido oral se utilizó la técnica serológica de enzimoinmunoensayo Genscreen HIV 1+2 V2.0 (Biorad, España). Las muestras negativas para este ensayo se testaron por la técnica Human IgG ELISA (Immunoperoxidase Assay for determination of Total IgG in human biological samples) para evaluar la idoneidad de las muestras de fluido oral, verificando la concentración de IgG. Todas las muestras con concentración de IgG>3,5ng/ml se consideraron óptimas. Para la detección del ADN de CT y NG en muestras de orina se utilizó la técnica de biología molecular Anyplex CT/NG Real Time Detection (Seegene, Seúl, Corea).
Todas las muestras fueron analizadas en el Servicio de Microbiología del laboratorio del área Metropolitana Nord del Hospital Universitari Germans Trias i Pujol (HUGTiP).
Análisis estadísticoSe realizó un análisis descriptivo de las variables sociodemográficas y conductuales en el que se calcularon frecuencias y proporciones para las variables categóricas y se compararon las proporciones mediante test χ2 Pearson o test de Fisher. Para los datos continuos se calcularon la media y la desviación estándar. La significación estadística se fijó en p<0,05 y los intervalos de confianza (IC) se calcularon al 95%. La prevalencia de VIH, CT y NG se calculó como el número de muestras positivas para alguna de estas infecciones sobre el total de muestras testadas. Para el análisis de los datos se usó el programa estadístico IBM SPSS® versión 20.0 (SPSS Science, Chicago, IL, EE.UU.).
ÉticaLa participación en el estudio fue voluntaria. Previa firma de un consentimiento informado se respondió el cuestionario y se recogió la muestra biológica. Se aseguró el anonimato de los datos al no incluir identificadores personales en la base de datos. Al no realizarse una prueba diagnóstica para el VIH, sino un test válido para estudios epidemiológicos, a las participantes se les facilitaba información sobre dónde realizarse la prueba del VIH en caso de desearlo o la confirmación en caso de resultado positivo. Para las ITS, mediante un código numérico podían recibir el resultado y, en caso de ser positivo, recibir atención médica y tratamiento estándar. Este estudio fue aprobado por el comité ético de investigación HUGTiP, código EO-11-050.
ResultadosCaracterísticas sociodemográficas, conductuales y uso de servicios sociosanitarios según el lugar de trabajo sexualDe las 400 mujeres reclutadas, la muestra se distribuyó según la región o la zona de origen en 45 españolas, 160 latinoamericanas, 101 de países del Este de Europa y 94 africanas.
En la tabla 1 se presentan las características sociodemográficas, conductuales y uso de servicios sociosanitarios según el lugar de trabajo sexual: calle-carretera, clubs y pisos. El 40,3% (161) de las entrevistadas ejercían el trabajo sexual en la calle-carretera, el 29,5% (118) en clubs y el 30,3% (121) en pisos. Según el lugar de procedencia, españolas y africanas ejercían en mayor proporción en la calle-carretera (15,5% y 37,3%, respectivamente), las latinoamericanas en pisos (75,2%) y las del Este de Europa en clubs (38,1%). La edad media fue de 37,5años (DE9,9), siendo las trabajadoras de clubs las más jóvenes (34,7años) y las trabajadoras de calle-carretera las mayores (39,4años) y las que presentaron menor nivel educativo (21,7% estudios ˂primaria).
Características sociodemográficas, conductuales y acceso a servicios sociales y sanitarios según el lugar de trabajo
Variables | Calle-carretera | Club | Piso | Total | p |
---|---|---|---|---|---|
n=161 | n=118 | n=121 | n=400 | ||
Zona de procedencia | 0,000 | ||||
Latinoamérica | 14,9 | 38,1 | 75,2 | 40,0 | |
África | 37,3 | 14,4 | 14,0 | 23,5 | |
Este de Europa | 32,3 | 38,1 | 3,3 | 25,2 | |
España | 15,5 | 9,3 | 7,4 | 11,2 | |
Provincia de reclutamiento | |||||
Barcelona | 54,0 | 21,2 | 52,9 | 44,0 | 0,000 |
Tarragona | 10,6 | 22,0 | 18,2 | 16,2 | |
Lleida | 24,8 | 22,9 | 3,3 | 17,8 | |
Girona | 10,6 | 33,6 | 25,6 | 22,0 | |
Edad media (DE) | 39,4 (9,8) | 34,7 (9,8) | 37,8 (9,5) | 37,5 (9,9) | 0,040 |
Nivel de estudios | 0,000 | ||||
˂ Primarios | 21,7 | 16,1 | 6,7 | 15,5 | |
Primarios ESO | 43,9 | 40,7 | 26,1 | 37,6 | |
FB-BUP o superiores | 34,4 | 43,2 | 67,2 | 47 | |
Trabajo distinto al TSa | 25,5 | 36,4 | 40,5 | 33,2 | 0,020 |
Alguna vez en prisión | 9,5 | 1,7 | 3,4 | 5,3 | 0,009 |
Años como TS (media) | 12,0 | 7,0 | 5,0 | 8,0 | <0,0001 |
Frecuencia TS | <0,0001 | ||||
Diaria | 31,1 | 18,8 | 45,0 | 31,7 | |
5-6 días/semana | 34,2 | 63,2 | 36,7 | 43,5 | |
3 o menos días/semana | 34,8 | 17,9 | 18,3 | 24,9 | |
Clientes a la semana | 0,203 | ||||
1 a 10 | 68,7 | 58,1 | 63,0 | 63,7 | |
˃ 10 | 37,3 | 42,4 | 38,0 | 39,0 | |
Uso del preservativo última relación con cliente fijoa,c | 90,5 | 90,6 | 96,6 | 92,6 | 0,203 |
Uso del preservativo última relación con cliente no fijoa,d | 97,3 | 96,6 | 99,1 | 97,6 | 0,418 |
Uso del preservativo última relación con pareja establea,e | 13,4 | 11,3 | 10,2 | 11,7 | 0,844 |
Relaciones forzadas alguna vezb | 23,8 | 20,5 | 11,8 | 19,2 | 0,039 |
Uso de servicios de saluda | 61,5 | 54,2 | 74,7 | 63,2 | 0,005 |
Revisiones ginecológicas anuales | 67,9 | 83,1 | 91,7 | 79,6 | 0,000 |
Uso de servicios de socialesa | 38,8 | 20,5 | 28,1 | 30,2 | 0,004 |
Consumo de alcohol antes de las relaciones con clientesa | 26,7 | 49,6 | 29,8 | 34,3 | 0,000 |
Binge drinkingf | 31,7 | 38,1 | 47,1 | 38,2 | 0,031 |
Consumo de drogasb | 34,4 | 45,8 | 54,4 | 43,9 | 0,003 |
Consumo de drogas inyectadasb | 6,2 | 1,7 | 0,0 | 3,0 | 0,006 |
ITS: infección de transmisión sexual; TS: trabajo sexual.
La media de años ejerciendo el trabajo sexual se situó en 8,4años, superior en las trabajadoras de calle-carretera. Tres cuartas partes de las mujeres ejercían el trabajo sexual diariamente o 5-6días a la semana, siendo las trabajadoras de calle-carretera las que presentaban el menor porcentaje (65%) respecto a las de clubs o pisos (82%) en ambos casos. El 33% habían ejercido un trabajo diferente a la prostitución, y las trabajadoras de calle-carretera en menor proporción (25,5%); del mismo modo, estas habían estado en mayor proporción en prisión alguna vez en la vida (9,5%).
Más del 90% declararon usar el preservativo tanto con los clientes fijos como con los no fijos, sin observarse diferencias según el lugar de trabajo. El uso disminuyó con la pareja estable, siendo no superior al 15% y similar también según el lugar de trabajo. Alrededor del 20% de las mujeres habían sido obligadas a mantener relaciones por la fuerza alguna vez, porcentaje significativamente superior entre las trabajadoras de calle-carretera (23,8%) respecto a las trabajadoras de pisos (11,8%), que presentaron los menores porcentajes.
Cerca de la mitad (43,9%) de las mujeres consumieron algún tipo de droga alguna vez en la vida. El consumo tanto de alcohol como de otras drogas fue significativamente inferior en las trabajadoras de calle-carretera, a excepción del consumo de drogas inyectadas, que fue significativamente superior. El consumo antes de tener relaciones con los clientes fue del 34,3%, y significativamente superior en las trabajadoras de clubs (49,6%). El binge drinking —consumo intensivo de alcohol— fue practicado por el 38,2% de las mujeres, siendo significativamente superior en las mujeres que trabajaban en pisos (47,1%).
El uso de los servicios de salud en los últimos 6meses fue del 63,2% y significativamente superior entre las trabajadoras de pisos (74,7%) que usaron en mayor proporción (48,8%) servicios de salud privados. En cambio, las trabajadoras de calle-carretera utilizaron en mayor proporción servicios sociales (38,8%) respecto al total que los usaron en los últimos 6meses (30,2%).
La mayoría de las mujeres (79,6%) realizaban revisiones ginecológicas anuales, en menor proporción en las trabajadoras de calle-carretera (67,9%).
Prevalencia de VIH/ITSLa prevalencia global de VIH fue del 3,0% (IC95%: 1,5-5,0), y la prevalencia de CT y NG fue del 1,8% (IC95%: 0,5-3,3%) y del 0,5% (IC95%, 0,0-1,5), respectivamente. Según el país de origen, la prevalencia de VIH fue significativamente superior (p=0,002) entre las mujeres africanas (8,5%), seguido de las españolas (4,5%), las latinoamericanas (1,9%) y las de Europa del Este (1%). La prevalencia de CT y NG fue superior en MTS españolas (4,4 y 2,2%, respectivamente) (fig. 1).
Por otro lado, las mujeres que ejercían en la calle-carretera presentaron prevalencias superiores para CT y NG (1,9 y 1,2%, respectivamente) y significativamente superiores (p=0,023) para el VIH, con una prevalencia del 5,6%, respecto a los valores más bajos (1,7%) en las trabajadoras de pisos (fig. 2).
DiscusiónEste estudio muestra que las MTS presentan distintas vulnerabilidades según el lugar donde ejercen el trabajo sexual, y las mujeres que ejercen en la calle-carretera son las que presentan condiciones más precarias y mayor vulnerabilidad relacionada con factores socioeconómicos: una población envejecida, con nivel de estudios inferior y menor retribución económica por servicio. También se observan otros factores asociados al estilo de vida o conductuales: consumo de drogas inyectadas, mayor tiempo de trabajo sexual o vulnerabilidades asociadas a una serie de determinantes estructurales o sociales: menor acceso a los servicios de salud, violencia sexual con relaciones forzadas o estancia en prisión. Otros factores asociados a incrementar la vulnerabilidad observados en la literatura han sido los problemas psicológicos y/o sociales de estigmatización y desarraigo social13.
La prostitución de calle-carretera ha sido la que ha experimentado un mayor cambio en nuestro país. Si tradicionalmente estuvo vinculada sobre todo al consumo de drogas inyectadas, ejercida por españolas y ubicada en zonas céntricas, hoy en día es ejercida en mayor proporción por mujeres del África subsahariana y se ha ido desplazando lejos del centro urbano tras la entrada en vigor de nuevas leyes de seguridad ciudadana, lo que ha incrementado su vulnerabilidad.
De un lado, y relacionado con este incremento de vulnerabilidad, encontramos el VIH. Se estima que a nivel mundial el 15% de las infecciones son atribuibles al trabajo sexual femenino, situadas por debajo del 2% en Europa20. La prevalencia de VIH en nuestro estudio (3%) se mantiene en rangos bajos desde 20055. Estas bajas prevalencias son acordes con el uso generalizado del preservativo en el ámbito laboral, coincidiendo también con datos europeos21,22. De especial atención es la prevalencia significativamente más elevada entre las trabajaras de calle-carretera, ya descrita por otros autores16-18, que resalta el mayor riesgo de infección entre este colectivo en comparación con las que ejercen en locales cerrados23,24, principalmente atribuible a las diferencias en cuanto a origen, edad, situación legal, condiciones de trabajo, tipo de prácticas sexuales o acceso a servicios sanitarios3.
Respecto al origen, las MTS de calle-carretera eran mayoritariamente españolas y africanas. Las primeras tradicionalmente han presentado mayor prevalencia de VIH asociada principalmente al consumo de drogas inyectadas1,24,25, factor de riesgo asociado al VIH26 y que en nuestro estudio, a su vez, presentaron un consumo superior las trabajadoras de calle-carretera. De otro lado, las MTS africanas, de procedencia subsahariana, presentan prevalencias endémicas de VIH superiores, con el 55% de infecciones en mujeres jóvenes y por transmisión heterosexual2.
Por otro lado, las trabajadoras de calle-carretera también presentaron prevalencias para CT y NG superiores al resto de grupos, aunque siguen siendo inferiores a otras poblaciones en nuestro país27 y a las reportadas en estudios europeos, situadas alrededor del 7 y del 5% para CT y NG, respectivamente16. Se observa, tal como sucede en otros países europeos23 y en estudios anteriores realizados en nuestro país, un descenso en las prevalencias globales de CT (del 5,9% en 2005 al 1,8% en 2018), mientras que NG se mantiene estable8. Este descenso se debe, de un lado, al uso generalizado del preservativo con los clientes, y de otro, a que la mayoría de las MTS acuden anualmente a los servicios de salud sexual y reproductiva, que en Cataluña realizan el cribado de CT a todas las mujeres menores de 25años y a las mayores con criterios de riesgo, formando parte las MTS de este grupo.
Asimismo, las trabajadoras de calle-carretera manifiestan una serie de factores estructurales, como violencia asociada a mayores porcentajes de relaciones forzadas o maltratos, que incrementan también su vulnerabilidad. Los datos señalan que alrededor del 30% de las MTS han sufrido acoso o violencia en clubs, frente al 70% de las que lo han sufrido en la calle28. La violencia física y sexual en el lugar de trabajo, ya sea por parte de clientes, gerentes u otras personas de su entorno, se relaciona en numerosas ocasiones con el consumo de drogas29, convirtiéndose a su vez en determinante para la adquisición del VIH, dado el riesgo de transmisión relacionado con la desprotección en las prácticas sexuales, en parte debido a un rechazo al uso del preservativo por parte del cliente o a la rotura del mismo25. De hecho, un estudio aborda que la eliminación de la violencia sexual del cliente, por sí sola, podría evitar el 20% de infecciones por VIH30. Así, los eventos de violencia, el consumo de drogas y la desprotección en las prácticas sexuales parecen estar relacionados. Las mujeres inyectoras y que ejercen el trabajo sexual en la calle han tenido más episodios de agresión que las que ejercen en otros sectores, cuyo consumo de drogas es ocasional o instrumental25.
Por tanto, las políticas y las características sociales y físicas del trabajo sexual pueden mitigar o conferir mayor riesgo de VIH/ITS entre las MTS. Así, los ambientes con políticas de gestión, como clubs, suelen tener mecanismos de seguridad y promoción del uso del preservativo frente a otros lugares como la calle-carretera, donde se promueven incentivos por parte del cliente para la práctica sexual desprotegida, denegación de pago, multas de las autoridades, agresiones, consumo de drogas y escaso acceso a recursos, factores que se asocian a una mayor vulnerabilidad al VIH/ITS. Cuando las MTS tienen un acceso adecuado a los servicios de salud sexual con provisión de material preventivo, pruebas de detección de VIH/ITS y tratamiento, se observan aumentos en el uso del preservativo y menores prevalencias de estas infecciones.
Entre las limitaciones del estudio cabe señalar que la muestra no fue representativa de la población de MTS en Cataluña, lo que dificulta poder generalizar y extrapolar los resultados al total de MTS. No obstante, mediante un mapeo previo se recogió información para diversificar la muestra incluyendo mujeres de distintos países en diferentes contextos donde se ejerce el trabajo sexual en Cataluña. La segunda limitación se relaciona con la validez de los datos, pues la prevalencia de algunas conductas puede estar subestimada. En este sentido, se intentó establecer el anonimato para favorecer la realización de entrevistas utilizando un lenguaje comprensible, sumado a que los entrevistadores, profesionales que trabajan directamente con esta población, facilitaron la participación.
A pesar de las limitaciones, este estudio permite monitorizar la prevalencia de VIH/ITS y los determinantes asociados en un colectivo vulnerable, debido en parte a factores sociales y estructurales; por tanto, permite disponer de información clave para adaptar las intervenciones específicas de promoción y prevención de la salud que se llevan a cabo en nuestro contexto. Estas intervenciones de salud integral deben plantearse de manera holística y teniendo en cuenta necesidades no atendidas, considerando los determinantes sociales, de salud y desigualdad, incluido el acceso a servicios, experiencia de violencia y migración, sin olvidar a la pareja sexual no comercial como pieza clave. Además, es necesaria la toma de consciencia entre las MTS sobre los riesgos de estas infecciones, y la necesidad de realización de pruebas periódicas. Por tanto, medidas de prevención con el objetivo de mejorar, sobre todo, las condiciones en las mujeres que ejercen en condiciones de especial dificultad y/o vulnerabilidad, especialmente inmigrantes, y en las que ejercen en la calle-carretera, son prioritarias.
FinanciaciónAgència de Salut Pública de Catalunya, Generalitat de Catalunya; Agència de Gestió d’Ajuts Universitaris i de Recerca - AGAUR (2005/SGR/00505), Departament d’Universitats, Recerca i Societat de la Informació, de la Generalitat de Catalunya.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.
A las mujeres participantes, entrevistadoras y a las ONG colaboradoras: ACAS Girona, Actua Vallès Sabadell, Àmbit Prevenció-Programes ÀMBITdona i ÀMBITmaresme, Assexora’t Tarragona, Associació Anti-sida Lleida, Corporació de Salut del Maresme-Selva), El Lloc de la Dona, Programa Carretera (Hospital St. Jaume de Calella).