Con relación a la editorial «La simulación de la fidelidad: ¿quién tiene el laboratorio más impactante?»1 publicado en el número de abril-junio de 2017, nos gustaría poder contribuir a dar respuesta a la pregunta planteada por el autor a razón de una experiencia de innovación docente que hemos venido desarrollando durante el cuso 2016/17 en el contexto de la Convocatoria de Innovación Docente de la Universidad Autónoma de Madrid: «Estrategias creativas para la simulación clínica en el Grado de Enfermería: simulación con marionetas y máscaras de silicona».
Tratando de atender a las necesidades formativas de nuestros estudiantes de cuarto curso (itinerario específico de cuidados a las personas en situación de urgencia) en relación con las competencias comunicativas y a su nivel de desempeño avanzado, y siendo conscientes de las limitaciones de recursos con las que, de forma mayoritaria, tenemos que trabajar, indagamos en busca de propuestas factibles que resultaran, al mismo tiempo, innovadoras y atractivas2.
En línea con lo anterior, decidimos probar con la simulación con máscaras de silicona (High Fidelity Silicone Simulation [HFPSS]) tomando como referencia la propuesta de MASK-EDTM Simulation desarrollado por la profesora Kerry Reid-Searl de la CQUniversity en Australia para adaptarla a nuestro entorno. La HFPSS consiste en la utilización de prótesis de silicona (máscaras, torsos y guantes) que el educador (con la preparación adecuada) lleva puesto para dar vida a un personaje asumiendo su personalidad y sus manierismos3,4.
La actividad de simulación se desarrolló en 3 fases. Durante la primera de ellas se trabajaron las herramientas para poder llevar a cabo la simulación y dar soporte a su posterior discusión (caso clínico, biografía del personaje, posibles líneas de desarrollo de la dramatización, documento para asistir a la observación de la simulación, rúbrica para evaluar el desarrollo de la interacción comunicativa, y hoja informativa y de consentimiento informado para la audio-grabación de la simulación). Así mismo se ambientó el escenario para la simulación a semejanza de una unidad de observación del servicio de urgencias y se atavió al personaje con ropa y accesorios adecuados. En la segunda fase se llevó a cabo la interacción entre el estudiante y el paciente simulado con una duración de 20min. Por último, se procedió a la discusión sobre el desarrollo de la simulación reflexionando (estudiantes y profesor dinamizador de forma conjunta) sobre el desempeño de las habilidades comunicativas.
La HFPSS nos ha permitido reproducir escenarios cuasi reales para favorecer la práctica segura de habilidades comunicativas. Los estudiantes que participaron directamente en la simulación reconocen haberse sentido integrados en el ambiente interpretado como real olvidándose por completo de que se trataba de un escenario recreado.
«Aquella habitación, la actitud de la profesora disfrazada y la máscara de silicona fueron muy facilitadoras para apaciguar los nervios del principio, para aislarme y actuar con normalidad, centrándome solamente en aquello que estaba haciendo» (Estudiante).
Por su parte, los profesores han vivido la experiencia como especialmente motivadora dejando a un lado los iniciales temores sobre las habilidades para la dramatización. En este sentido, la barrera de la máscara permitió la expresión segura del personaje interiorizado consiguiendo gran credibilidad y personificación (embodiment).
«La máscara te aísla del entorno permitiendo introducirte dentro del personaje al que das vida con gran intensidad emocional. La idea del “profesor dentro del paciente” te traslada metafóricamente bajo su piel en un ejercicio de trabajo empático muy interesante» (Profesora).
En conclusión, volviendo a la cuestión lanzada por Raurell-Torredá y Gómez-Ibáñez, podríamos decir que el laboratorio más impactante no lo tienen, sino que lo diseñan, aquellos docentes que, con creatividad y gran motivación por desarrollar una educación de excelencia, generan y desarrollan metodologías docentes innovadoras y económicamente viables. Por tanto, el laboratorio más impactante es aquel que sensibiliza al estudiante, estimula la reflexión crítica, provoca emociones y, en definitiva, ¡moviliza actitudes!
Proyecto aprobado y financiado por la Convocatoria de Proyectos de Innovación Docente UAM 2016/17.