Actualmente, se encuentran en el mercado distintos sistemas de información electrónicos diseñados específicamente para unidades de cuidados críticos que facilitan la gestión y la administración de pacientes, datos y recursos, mejorando la atención y la calidad del trabajo realizado por los profesionales sanitarios1.
La atención de pacientes críticos requiere de la toma de decisiones muy complejas. Los sistemas de información electrónica diseñados para tal fin, suponen una ayuda para que enfermeras2 y médicos tomen decisiones basándose en el análisis del gran volumen de datos provenientes de los sistemas de monitorización, dispositivos médicos y sistemas informáticos que utilizan en cada paciente, mejorando los resultados de salud, la seguridad y la gestión de estas unidades. Teniendo en cuenta que existen estudios que aseveran que las enfermeras de cuidados críticos pueden llegar a tomar 238 decisiones por hora2, estos sistemas suponen herramientas de gran valor en las instituciones sanitarias que los utilizan.
En estos momentos, el uso de la historia electrónica como IntelliSpace Critical Care and Anesthesia (ICCA), en unidades de críticos permite la integración de la monitorización continua del paciente mediante monitores de cabecera que proporciona gráficas y tendencias de los parámetros fisiológicos analizados, transcribiendo estos datos directamente a la historia electrónica, simulando las antiguas «gráficas de papel». Además, incluye un sinfín de funcionalidades entre las que podríamos destacar: la conexión a otros sistemas de monitorización más específicos como bombas de infusión2 y respiradores, la gestión de tratamientos y pruebas diagnósticas, el cálculo de nutrientes y fluidos, el registro de valoración, evaluación, escalas, planes de cuidados e informes de alta por parte de perfiles médicos/enfermeros y el almacenamiento y la explotación de datos, entre otras muchas funcionalidades.
Existen estudios a nivel internacional que han evaluado la implementación del sistema ICCA y los beneficios de su uso en diferentes ámbitos, tanto en unidades de críticos de adultos y anestesia, como de pediatría3, entre los que podríamos destacar:
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Permite la monitorización a pie de cama y el análisis de tendencias de los diferentes parámetros, así como la evaluación del efecto de una determinada intervención enfermera y/o médica. Pudiéndose utilizar como estrategia para la disminución de «la fatiga por alarmas» producida por su sobreexposición a ellas por parte de los profesionales, muchas veces falas o clínicamente insignificantes que pueden llevar a producir problemas de seguridad4.
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Mejora de la calidad asistencial, ya que, por un lado, permite una disminución del número de errores5 de medicación relacionados con la prescripción y omisión de administración de dosis3, de transcripción de órdenes médicas y de efectos adversos. Si nos centramos en el ámbito de los cuidados críticos pediátricos, la prescripción electrónica mejora la seguridad del paciente, ya que este tipo de población no permite la pauta de medicación estandarizada, siempre debiendo ser esta individualizada, teniendo en cuenta la edad y el peso3, entre otros factores. Por otro lado, se transforma en una herramienta de apoyo para la toma de decisiones clínicas1,2 garantizando el seguimiento de las recomendaciones estipuladas en las guías de práctica clínica y favoreciendo una gestión de la atención prestada más efectiva y segura.
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Mejora la eficiencia1 y la satisfacción del personal al automatizar las tareas y disminuir el tiempo de registro5. Una UCI requiere registrar una gran cantidad de datos provenientes de la monitorización general e invasiva, bombas de perfusión y medicación, sistemas de ventilación y datos provenientes de múltiples pruebas diagnósticas. Al estar toda la información centralizada referente al paciente, y posibilitar el acceso remoto a la misma, mejora la comunicación y el trabajo en equipo de los diferentes profesionales que intervienen en el proceso de atención al paciente.
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Facilita el acceso a datos, tanto a los profesionales que atienden directamente a un paciente crítico como a los investigadores y gestores, los cuales mediante su análisis pueden evaluar tanto la calidad y la eficiencia de la atención como el impacto de estrategias de mejora1.
Todos estos beneficios ponen de manifiesto el hecho de que en las unidades de cuidados críticos la tecnología de la información y de la comunicación se ha transformado en una fantástica herramienta para mejorar la atención y los cuidados de pacientes, y para facilitar el trabajo de todos los profesionales implicados en él.
FinanciaciónLos autores declaran no haber recibido financiación para la realización de este trabajo.
