En la actualidad, la Enfermería es una disciplina profesional que se apoya en bases teóricas para el ejercicio de su práctica1, a fin de fortalecer sus fundamentos teóricos las enfermeras tienen que investigar y difundir las realidades experimentadas en el desarrollo de su actividad profesional, así como buscar propuestas que mejoren la calidad de su servicio.
El origen de la profesión está muy relacionado con la identidad de la mujer, quien tiene una gran responsabilidad en cuanto a la transmisión y cuidado de la vida2, en este tenor se fue desarrollando el ejercicio profesional de la Enfermería hasta constituirse como profesión designada para cumplir una misión muy importante que implica servicio a la sociedad, que posee características de capacidad para comunicarse, habilidad técnica, preparación académica, compromiso, responsabilidad y autonomía.
Todos estos atributos requieren de un sustento teórico que poco a poco han ido forjando las enfermeras, quienes a diferencia de otros grupos profesionales se han orientado prioritariamente al cuidado de la salud del ser humano, dejando para etapas más tardías la asociación de su práctica profesional con el desarrollo de la investigación de dicha práctica.
Sin conjeturar si esta realidad nos mantuvo en rezago o no por varios siglos, es importante mencionar que en los últimos 50 años el desarrollo profesional de la Enfermería tuvo un gran impulso, el cual se ha visto vinculado con el crecimiento académico de las enfermeras, tanto en el ámbito de los cuidados que imparte, como en el ámbito de otras disciplinas que la enriquecen, entre las que podemos mencionar a la psicología, a la filosofía, a la sociología, a la historia y a la antropología.
En este contexto se puede afirmar que el desarrollo académico de las enfermeras a través de la formación en maestrías y doctorados en el campo de la Enfermería y en otras disciplinas afines a la profesión, ha sido y será el motor que impulsa e impulsará el crecimiento profesional de la enfermería, centrada en la relación enfermerapaciente, como eje de los cuidados que se imparten para conocer al enfermo y comprenderlo3, así como propiciar la aceptación de los cuidados que recibirá por parte de la enfermera y la apropiación personal de estos y de prácticas preventivas cuando su situación de salud se lo permita.
La formación de las enfermeras en maestrías y doctorados dentro y fuera de la disciplina generan investigaciones sobre los fenómenos que ocurren día con día en la práctica del cuidado, permiten el análisis reflexivo y ofrecen sustento para el desarrollo científico y humanístico de una profesión que acompaña al ser humano desde el nacimiento hasta la muerte.