Con este título se ha presentado en el Ayuntamiento de Bilbao un excelente libro escrito por el médico Dr. Javier Aranceta, que representa un recorrido por los actuales comedores sociales de nuestra villa y por aquellos otros que en el pasado sirvieron a la población necesitada, a los que se solía llamar «comedores económicos» o «comedores para pobres». Aunque esta labor fue atendida de modo similar en otras muchas ciudades, Bilbao presenta unas peculiaridades que la diferencian y que podemos apreciar en este libro.
Desde tiempo inmemorial, la alimentación de los pobres ha sido una asignatura pendiente de la sociedad civil. Los que hemos tenido la fortuna de tener siempre en nuestra mesa el pan de cada día, vemos este hecho tan natural que en escasas ocasiones nos detenemos a pensar en los miles de personas que carecen de lo que para nosotros es indispensable. En tiempos de bonanza ni siquiera pensamos en los pobres, que asoman y nos inundan en los tiempos de crisis.
Es un hecho desde los tiempos más antiguos. Hay pobres y mendigos en los tiempos bíblicos e incluso en la antigua Roma, la ciudad más rica del mundo, cuando la plebe pedía a gritos panem et circenses y es difícil de imaginar la miseria que se vivía en los lugares más lejanos del vasto imperio.
Pero en el mundo moderno no necesitamos mirar hacia atrás para poder ver la inmensidad del mundo de los pobres. Los pobres no son un hecho pretérito. Están entre nosotros, aunque no queramos mirarlos.
La paz social exige que rebajemos por eliminar la miseria y procurar el bienestar de todos los hombres y mujeres que viven entre nosotros. Es posible que no pueda eliminarse la pobreza, pero se pude reducir, y también aliviar, la situación, así como procurar el bienestar de los pobres.
El mensaje implícito en este libro, aunque el Dr. Aranceta no es amigo de hacer proclamaciones aparatosas, nos muestra los hechos, omite su participación y, a mi juicio, nos deja en libertad de sacar nuestras conclusiones.
Javier Aranceta Bartrina, doctor en medicina, especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública, ha dedicado la mayor parte de su vida profesional a la investigación y la docencia en el campo de la salud pública y la nutrición comunitaria. Es autor de más de veinte libros sobre temas de nutrición, entre los que destacan Nutrición y Salud Pública: métodos bases científicas y aplicaciones (Editorial Elsevier, 2006); Nutrición Comunitaria (Editorial Masson, 2000); Clínicas Españolas de Nutrición, Vols I-III (Editorial Elsevier, 2005-2008).
En el ámbito de Euskadi ha dirigido, entre otros, los estudios Encuesta de Nutrición del País Vasco, Diagnóstico de Salud de la Villa de Bilbao, Estudio enKid en la Comunidad Autónoma del País Vasco y, recientemente, el proyecto PERSEO para la prevención de la obesidad en la población infantil.
En la actualidad, es presidente de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria y preside la Sección de Ciencias de la Alimentación de la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao.
Según Joel Berg, director de la Coalición Contra el Hambre de la ciudad de Nueva York, el incremento del número de usuarios de comedores sociales se debe a la mala racha de la economía, a la reducción de las aportaciones sociales por parte de las entidades gubernamentales, la subida del precio de alquiler de los pisos y del seguro médico1.
Confiemos en que la nueva Administración Obama consiga universalizar la asistencia sanitaria a la población estadounidense y aumentar las coberturas sociales y alimentarias a la población menos favorecida2. Muchas iniciativas parciales que hoy funcionan a bajo ritmo o han desaparecido en Estados Unidos fueron ejemplo de estrategias de apoyo alimentario para colectivos o individuos de riesgo. Recordemos el programa de desayunos escolares, el programa WIC para suministro de leche a embarazas y madres lactantes o el programa de canje de vales (food stamps) para promocionar el consumo de algunos alimentos en población anciana.