A priori se podría pensar que la consulta externa en general es un sector de cada disciplina médica que, aun siendo esencial en la práctica diaria, no puede ofrecer novedades e innovación en su manejo. Actualmente esta idea deja paso a un campo en auténtica expansión y evolución1, de la mano, sobre todo, de las denominadas tecnologías de la información y de la comunicación (TIC).
La utilización de medios como Internet para el desarrollo de la telemedicina en contextos muy concretos o las diferentes aplicaciones médicas existentes en cada servicio sanitario para la realización de una preconsulta por parte del médico ofrecen unos beneficios claros en el cuidado de los pacientes.
En primer lugar, la consulta virtual por videoconferencia ya está implantada en determinadas unidades monográficas de hepatitis o de enfermedad inflamatoria intestinal2, procesos crónicos, así como la consulta telefónica en el cribado familiar de cáncer de colon3 y en el cribado de infección por Helicobacter pylori en familiares de pacientes con cáncer gástrico. Estas estrategias producirían un ahorro notable en los recursos existentes, tanto directos como indirectos, en tanto en cuanto el índice de satisfacción sería al menos igual que en una consulta «física» al uso3.
En segundo lugar, la utilización de las aplicaciones médicas existentes en cada servicio sanitario para la gestión de los pacientes hace que pueda ser previsibles las diferentes opciones diagnósticas y terapéuticas de los pacientes a revisar en las fechas venideras, dado que, es posible conocer los resultados de las técnicas complementarias solicitadas a priori y con ello la evaluación de las opciones o alternativas evolutivas a seguir. Esta circunstancia aumentaría la puntualidad en la valoración de los pacientes, pero sobre todo se aumentará la calidad de la consulta, pues se clarificará la actitud a seguir tras una decisión previamente cavilada, y no se tomarán decisiones en muchas ocasiones precipitadas con el riesgo de no contemplar todas las opciones posibles. Por otro lado se podrían adelantar pacientes más preferentes o completar pruebas antes de las propias revisiones si se detecta algún déficit en este sentido. De modo global y por último se podrían agilizar las agendas de revisiones en el caso necesario con estas estrategias.
En la actualidad en nuestra unidad realizamos telemedicina por vía telefónica en consultas de prevención (cáncer de colon y gástrico) y estamos en vías de implantar consultas virtuales para dichas consultas.
Estos beneficios parecen sensatos, y es por ello que la consulta externa es una parte de la medicina y en particular de la gastroenterología «muy viva» y que consideramos en constante desarrollo y expansión, sujeta de modo semejante a una «I+D+I», aunque obviamente se precisarían estudios diseñados a tal efecto para valorar estas cuestiones.