La intención de esta monografía es tratar de conjugar 2 temas que cada vez son más importantes en la patología digestiva: los trastornos funcionales y la medición de la calidad de vida. Ambos son aparentemente intangibles pero de una enorme importancia clínica. Los trastornos funcionales digestivos son indiscutiblemente la causa más frecuente de consulta gastroenterológica. En la mayor parte de los pacientes que acuden a los especialistas de aparato digestivo o de atención primaria no se encuentra una causa orgánica que explique los síntomas. Los diagnósticos más frecuentes serán la enfermedad por reflujo gastroesofágico (en muchos casos sin esofagitis), la dispepsia funcional, el síndrome del intestino irritable y el estreñimiento. Además, de forma mucho más habitual de lo que nos pueda parecer, pasarán ante nosotros pacientes con incontinencia anal; el reto será descubrir que la padecen para poder ayudarles.
Por otra parte, la medición de la calidad de vida relacionada con la salud se está incorporando como un instrumento más en la evaluación de las consecuencias de la enfermedad. ¿Y cuál mejor que aquella que no tiene aparentemente un sustrato anatómico para poder ser evaluada de esta forma?
Los trastornos funcionales digestivos y las alteraciones en la calidad de vida (y su medición) son inevitables compañeros de viaje. Para hacer más interesante este periplo hemos contado con la ayuda de excelentes profesionales que se dedican de forma expresa a estos temas. En el primer capítulo se explica qué es y cómo se mide la calidad de vida relacionada con la salud. En los siguientes se revisan los aspectos clínicos fundamentales de los trastornos funcionales más importantes (pirosis funcional, dispepsia funcional, síndrome del intestino irritable, estreñimiento e incontinencia), así como de qué manera afecta y se puede evaluar su repercusión sobre la calidad de vida. A continuación se presenta de forma clara y contundente la importancia de la evaluación de la calidad de vida en atención primaria. Por último, se especula sobre cuáles pueden ser las perspectivas futuras en la evaluación de la calidad de vida en los pacientes con trastornos funcionales digestivos.
Sólo queda desear que el esfuerzo de los autores sea útil al lector y que éste, a su vez, sea capaz de ayudar a este colectivo de pacientes en los que la merma de su calidad de vida se acompaña con excesiva frecuencia de un alto grado de incomprensión.