La ascitis es una complicación frecuente de la cirrosis hepática y la hipertensión portal. Los pacientes presentan una alteración de su circulación sistémica y esplácnica, que origina hipovolemia central e hipotensión arterial, con la subsiguiente activación de los sistemas vasoconstrictores y del aumento de reabsorción renal de sodio y agua. Aproximadamente un 5–10% de los pacientes presenta una ascitis refractaria. Se considera ascitis refractaria aquella que no es controlable con el tratamiento habitual dietético (restricción de sal) y diurético (furosemida hasta 160mg al día y espironolactona hasta 400mg al día), o bien presenta efectos adversos por el uso de los diuréticos que impiden su administración a dosis óptimas. Las opciones terapéuticas actuales en estos pacientes son las paracentesis evacuadoras de repetición o la realización de una derivación portosistémica percutánea intrahepática. A pesar de estos tratamientos la ascitis refractaria tiene un mal pronóstico, por lo que los pacientes deben ser evaluados para trasplante hepático.
Ascites is a common complication of hepatic cirrhosis and portal hypertension. Patients present systemic and splanchnic circulation disorders, which cause central hypovolemia and arterial hypotension, with the subsequent activation of vasoconstrictor systems and increased renal reabsorption of sodium and water. Approximately 5%-10% of patients present refractory ascites. Refractory ascites is considered when it is not controllable with standard dietary (sodium restriction) and diuretic (furosemide up to 160mg a day and spironolactone up to 400mg a day) treatment or when patients present adverse effects due to diuretics that impede their administration at optimum dosages. The current therapeutic options for these patients are repeated evacuative paracentesis and the percutaneous intrahepatic portosystemic shunt. Despite these treatments, refractory ascites has a poor prognosis; patients should therefore be assessed for liver transplantation.