En este artículo se comentan las comunicaciones más interesantes que se han presentado en el congreso americano, durante la Digestive Disease Week celebrada en San Diego, en el área de las alteraciones motoras y los trastornos funcionales digestivos. Sin ninguna duda, una de las comunicaciones más relevantes fue la presentación de los nuevos criterios diagnósticos de los trastornos funcionales digestivos según el consenso de Roma IV. Por ello se dedica una parte del texto a explicar cómo son estos nuevos criterios en los trastornos funcionales más frecuentes. De hecho, se comentan ya datos que comparan los criterios de Roma IV y Roma III en el diagnóstico del síndrome del intestino irritable, comprobando que los nuevos criterios son algo más restrictivos. Desde el punto de vista fisiopatológico hay varios trabajos que demuestran que la agregación de alteraciones fisiopatológicas comporta una mayor gravedad sintomática en distintos trastornos funcionales. Desde el punto de vista terapéutico se aportan más datos sobre la eficacia y mecanismos de acción de acotiamida en la dispepsia funcional, de eficacia y seguridad de domperidona en pacientes con gastroparesia y de eficacia de linaclotida, tanto en intestino irritable como en estreñimiento. Siguiendo con el síndrome del intestino irritable, vuelven a presentarse más resultados favorables a la dieta baja en FODMAP que hacen énfasis en su papel sobre las modificaciones de la microbiota. Finalmente, también se presentaron datos de eficacia a largo plazo de las distintas opciones de tratamiento de la acalasia.
This article discusses the most interesting presentations at Digestive Disease Week, held in San Diego, in the field of functional and motor gastrointestinal disorders. One of the most important contributions was undoubtedly the presentation of the new Rome IV diagnostic criteria for functional gastrointestinal disorders. We therefore devote some space in this article to explaining these new criteria in the most common functional disorders. In fact, there has already been discussion of data comparing Rome IV and Rome III criteria in the diagnosis of irritable bowel syndrome, confirming that the new criteria are somewhat more restrictive. From the physiopathological point of view, several studies have shown that the aggregation of physiopathological alterations increases symptom severity in distinct functional disorders. From the therapeutic point of view, more data were presented on the efficacy of acotiamide and its mechanisms of action in functional dyspepsia, the safety and efficacy of domperidone in patients with gastroparesis, and the efficacy of linaclotide both in irritable bowel syndrome and constipation. In irritable bowel syndrome, more data have come to light on the favourable results of a low FODMAP diet, with emphasis on its role in modifying the microbiota. Finally, long-term efficacy data were presented on the distinct treatment options in achalasia.