El carcinoma epidermoide esofágico representa el 90% de las neoplasias malignas esofágicas a nivel mundial. El diagnóstico se realiza mediante endoscopia digestiva alta y se confirma histológicamente tras la biopsia. En la literatura se describen casos de endoscopia a través de gastrostomía para dilatación de estenosis esofágicas1-3. Sin embargo, no hemos encontrado casos de biopsia esofágica a través de gastrostomía.
Varón de 63 años fumador activo desde los 12 años (cantidad acumulada de 70 paquetes/año). Se realiza endoscopia digestiva alta programada por disfagia progresiva de meses de evolución, resultando incompleta por imposibilidad de franquear el esfínter esofágico superior, y sin visualizar lesión subyacente.
Además, como estudio de extensión se realiza fibroscopia que objetiva parálisis hemilaríngea izquierda, TC cérvico-tóraco-abdominal que identifica masa esofágica cervical que ocupa la totalidad de la luz y PET/TAC que evidencia contacto íntimo del tumor con lóbulo tiroideo izquierdo, sin afectación a distancia.
Dada la imposibilidad de realizar endoscopia digestiva alta de forma convencional y el difícil abordaje percutáneo con punción guiada por imagen, se realiza gastrostomía percutánea bajo técnica radiológica y una vez madurada la fístula, se realiza gastroscopia con endoscopio ultrafino (EG16-K10) a través de gastrostomía (fig. 1), accediendo retrógradamente desde el cardias hasta el esófago cervical donde se observa una gran masa que ocupa el total de la luz. Se biopsia (fig. 2).
Se confirma histológicamente el diagnóstico de carcinoma epidermoide, moderadamente diferenciado e infiltrante. Se inicia tratamiento mediante quimiorradioterapia radical con intención curativa.
Las neoplasias esofágicas cervicales estenosantes que impiden la alimentación oral y diagnóstico endoscópico convencional se pueden beneficiar de gastrostomía y acceso al esófago de forma retrógrada. Se trata de una técnica sin grandes complicaciones inmediatas ni tardías y que permite la confirmación histológica.