Presentamos 2 casos de gastroenteritis eosinofílica con manifestaciones clínicas muy dispares.
Caso 1: mujer de 16 años con antecedente de asma alérgica y dermatitis atópica. Ingresa por dolor abdominal y anemización, realizándose gastroscopia que objetiva una úlcera gástrica profunda de 2cm que se biopsia. Se completa estudio con ileocolonoscopia que es normal, realizándose biopsias seriadas. El estudio histológico muestra una gastritis crónica en actividad severa con aumento de eosinófilos en lámina propia (>20 por campo) a nivel gástrico y en todos los tramos colónicos (fig. 1), compatible con gastritis y colitis eosinofílica, respectivamente.
Se inicia tratamiento con omeprazol 40mg y budesonida 9mg en pauta descendente con cese de la sintomatología.
Caso 2: mujer de 44 años sin antecedentes que ingresa por diarrea, vómitos y distensión abdominal. Analíticamente destaca eosinofilia del 44,1% con elevación de IgE. Se realiza TAC abdominal, objetivando ascitis y engrosamiento difuso de asas intestinales (fig. 2). El análisis de líquido ascítico muestra un 95% de eosinófilos. Se realizó enteroscopia anterógrada que fue normal. En biopsias de yeyuno se identifican más de 20 eosinófilos por campo, compatible con enteritis eosinofílica.
Se inicia tratamiento con prednisona 60mg/24h en pauta descendente con buena evolución.
La gastroenteritis eosinofílica es una enfermedad infrecuente con presentación clínica variable según la extensión de la afectación. Incluye dolor abdominal, diarrea, cuadros obstructivos, clínica de malabsorción o ascitis. Se asocia frecuentemente con trastornos alérgicos (asma, eccema, alergias alimentarias…). La demostración de la infiltración eosinofílica en el tracto gastrointestinal es imprescindible para el diagnóstico, así como descartar otras causas de eosinofilia1.
El tratamiento consiste en dieta de exclusión alimentaria y corticoides2.