Varón de 74 años con hepatocarcinoma en segmento VI (fig. 1) sobre cirrosis alcohólica, Child B8. Tratado con quimioembolización transarterial (QETA). A los 5 días presenta dolor en hipocondrio derecho, sin fiebre. Se realiza tomografía computarizada abdominal objetivando lesión abscesificada de 60×100×60mm en segmento VI, que se extiende a espacio perihepático con colección de 160×22×135mm y pileflebitis (figs. 2 y 3). Se trata con meropenem intravenoso y drenaje percutáneo ecoguiado con colocación de catéter. En controles posteriores la colección disminuye de tamaño (fig. 4).
La QETA es el tratamiento de elección para el hepatocarcinoma estadio BCLC-B, también efectiva en metástasis hepáticas irresecables1–3. Es mínimamente invasiva, aunque puede tener complicaciones graves como abscesos hepáticos1,4. Son raros, con una incidencia del 0,2-5%, pero tienen elevada morbimortalidad1,2,4. Son factores de riesgo: alteraciones biliares (esfinterotomía o anastomosis biliar), edad avanzada, diabetes, tumor grande o trombosis portal1,4. Se ha propuesto como mecanismo patogénico la disfunción del esfínter de Oddi, que permitiría a bacterias acceder a la circulación hepática, infectando el tejido necrótico2. Es importante el contexto clínico para diferenciarlos de la presencia de gas en la lesión embolizada por la necrosis pocos días postembolización. Además, a diferencia del síndrome postembolización, que suele ser precoz, los abscesos pueden presentarse pasada una semana1.