Existen momentos en la vida de las personas en que se plantean muchas cosas, se ponen en juicio cuestiones que hasta ese momento nunca se habían cuestionado, probablemente entran en juego otras cosas que hacen que hasta incluso se puedan modificar si no los valores, sí el criterio con que se observan esas mismas cosas y por descontado la resolución final es diferente al planteamiento inicial. Posiblemente cambien las premisas con las que hemos crecido. Probablemente hemos evolucionado y ello nos permite ser más tolerantes no tan solo con los demás sino también con nosotros mismos.
Por supuesto, esto que pasa a nivel interno de muchas personas también se traslada al mundo profesional, empresarial, y cómo no, al mundo asociativo/institucional.
Hay corrientes en sociología que entienden las instituciones como constelaciones de normas y sistemas e roles. Parsons menciona que dentro de las instituciones se pueden distinguir 2 niveles o formas de analizar una misma realidad, que pueden confundirse. Las primeras serían aquellas que se entienden como organizaciones y otras colectividades de las que tiene sentido decir que uno es miembro, por ejemplo la universidad, asociaciones profesionales… La segunda es aquella en la que se entienden como complejos de normas y principios que regulan, por medio de la ley y otros mecanismos de control social, la acción y las relaciones sociales.
Teniendo en cuenta esta premisa, parece ser que existe una necesidad de pertenencia a algún grupo, asociación o institución sea en el ámbito personal o profesional. Pero ¿y las propias asociaciones/instituciones? ¿Tienen esa necesidad de relación? Existirían 2 respuestas. La primera tendría que responder a la pregunta ¿a quién debo rendir explicaciones? A las personas que forman parte de esa institución, a sus afiliados, sus asociados, a las personas gracias a las cuales se sustenta. Esto obliga a evolucionar a medida que avanza el tiempo para ir incorporando e internalizando procesos entre otras cosas de comunicación, participación, información… hacia sus mentores. La otra pregunta que se debería responder sería ¿cómo se puede dar un mejor servicio a los usuarios de esa institución?, solos o relacionándose con otras parecidas en ideología, creencias, afines por motivos profesionales… Creo que la respuesta es clara. Siempre es mejor cuando más amplio es el espectro en el que te mueves a este nivel, se aprenden muchas cosas solo por el hecho de abrirte a los demás. Este planteamiento que parecería ser el más racional no siempre lo es y así aparecen personas intolerantes como instituciones de todo tipo que son abanderados de su verdad y carecen de raciocinio suficiente para al menos cuestionarse por 5min su existencia.
En el mundo de la radiología pasa absolutamente lo mismo. Existen profesionales, unos con titulación específica y otros sin ella, unos que dependiendo de la comunidad autónoma donde estén pueden formar colegios profesionales y los mismos profesionales en otra comunidad autónoma no pueden crear dicho colegio profesional y se forman asociaciones. Existen colegios, asociaciones, sociedades que forman parte de otras mayores dentro del mismo estado y estas a su vez que buscan pertenecer a otra mayor. Este es el espíritu que hace crecer y compartir, que hace sentirse como profesional integrado, el que te da una conciencia de colectivo. No importa si las grandes instituciones nacionales y su legislación territorial no permiten la creación de colegios profesionales como es el caso de los técnicos de este país, porque las personas como individuos y como colectivos, cada profesional le pide a su asociación, sociedad o colegio que avance en esa línea. Que deje de lado o no tenga prejuicios en relacionarse con los demás, que no importa perder cierto grado de identidad local si se consigue una conciencia de colectivo y/o de profesión mayor porque eso les va a enriquecer aún más.
En ese sentido y concretamente en el colectivo de técnicos, desde hace tiempo van luchando por lo mismo pero cada uno dentro de su circunscripción territorial o incluso puede darse el caso de hacerlo de forma independiente en la misma comunidad. Parece ser que se ha madurado en ese sentido y hace ya unos meses que se han puesto a trabajar en conjunto, unificando criterios o al menos marcando una serie de líneas en las que todos están de acuerdo. También es cierto que a veces hay grupos que están evolucionando y ello les lleva a participar en ese interasociacionismo aún sin estar muy convencidos de ello, o que aún sin haber crecido internamente, tienen otros intereses más o menos oscuros para estar y formar parte de ese otro gran grupo que se forma. Esto podría suponer un conflicto para el resto de los participantes, pero estoy seguro que al final, al igual que las instituciones político-educativas, estos «rebeldes» asociativos se darán cuenta de la importancia del colectivo, de que se deben a sus profesionales antes que a su persona. En fecha 8 de noviembre de 2015, día internacional de la radiología, se celebró en Madrid un acto lúdico-festivo-formativo organizado por y entre los diferentes colegios profesionales y asociaciones de técnicos, algunas de ellas aún en ese proceso de evolución, pero todas estaban. Es un gran paso para este colectivo que empieza a notarse unido y así se deja ver y se empieza a mostrar a los demás.
Las relaciones interasociativas son necesarias desde muchos aspectos como he comentado anteriormente, y aun cuando existiera un interés puramente egoísta por parte de una sola de ellas, el resultado sería positivo para el conjunto. Han de aprender aún a convivir en conjunto y a perder los miedos de pertenecer a algo mayor, han de perder el miedo a desaparecer como institución más locorregional para pasar a jugar en las ligas mayores. Este tipo de relaciones siempre aportan beneficios a todos, aunque estoy seguro de que también conllevan mucho trabajo, sacrificio, inversión de tiempo personal y familiar, y seguro que muchos quebraderos de cabeza.
Desde estas líneas querría agradecer a todas y cada una de las asociaciones, sindicatos, federaciones, colegios profesionales, etc., de cualquier tipo, ya sea social o profesional, su tiempo, dedicación y compromiso para con los demás, y lo que es más loable aún, de forma altruista.
Animo a todos a que evolucionen, aunque sea a nivel personal, porque eso nos hace crecer como personas. De esa forma y sin darnos cuenta modificamos los interiores de las organizaciones a las que pertenecemos.
